Desde Moscú
El movimiento en el lobby del hotel de la FIFA es incesante. Entrenadores y asistentes de distintos rincones del planeta ingresan y salen a toda hora, casi siempre con la prisa que exigen las temperaturas bajo cero de Moscú. Buena parte del planeta del fútbol está reunido en la capital rusa con un motivo impostergable: ver cómo el Mundial adquiere su forma definitiva.
El sorteo de hoy dará cuerpo al evento deportivo más potente de 2018, ese mega acontecimiento que cada cuatro años deja en un segundo plano toda actividad humana que no se llame fútbol. Grupos, rivales, sedes, traslados: la hoja de ruta que deberán atravesar las 32 selecciones entre el 14 de junio y el 15 de julio del 2018 quedará definida hoy a las 18 (12 en Argentina) en la sala de conciertos del Palacio del Kremlin.
Unas 6000 personas, entre ellas los entrenadores de 30 de los equipos, leyendas del fútbol y los altos cargos de la FIFA y el gobierno local, seguirán en vivo la ceremonia que se realizará en el corazón del poder político ruso. Y millones más lo harán por televisión en todo el planeta, entre ellos los propios protagonistas. “Pondré algo de popcorn en el microondas y me juntaré con familia y amigos”, prometió el brasileño Neymar, uno de los hombres llamados a brillar en Rusia. “Todos tendremos un ojo puesto en la televisión.”
Será un sorteo muy distinto al de Brasil 2014, al menos en sus contornos. Si a fines de 2013 fue el paraíso de Costa do Sauipe, con su playa, sol y palmeras, el que dio forma a la Copa del Mundo, en 2017 es el gélido invierno moscovita el anfitrión de la gala del fútbol. Y a nadie pasa inadvertida la diferencia. Lo siente por ejemplo Jorge Sampaoli, el técnico de la Selección Argentina, que con su abrigo de cuero intenta desafiar unas temperaturas que en ningún momento del día se acercan ni siquiera a los cero grados. También Fernando Santos, el comandante de Portugal, que se anima a fumar dos minutos un cigarrillo en la puerta antes de volver al calor del lujoso hotel Crowne Plaza. A su regreso, el técnico campeón de Europa se cruza con Jan Andersson, el entrenador de Suecia y uno de los responsables de la histórica ausencia de Italia, quien agiliza el check-in para poder cenar temprano. Mientras tanto, Ricardo Gareca, el hombre que devolvió al Perú a un Mundial tras 36 años, se distiende con un paseo en barco en el Río Moscova. Sin salir a la cubierta.
Hoy, sin embargo, serán muchos los nervios en el Kremlin. Y también las eternas suspicacias que todo sorteo depara con los mitos –¿lo son realmente?– sobre supuestas trampas y las ya famosas bolas calientes y bolas frías. “Todas las pelotas tienen el mismo tamaño y la misma temperatura. No habrá bolas calientes”, afirmó el miércoles Chris Unger, director de competiciones de la FIFA.
Todas las miradas estarán puestas en las manos inocentes de leyendas como Diego Maradona –ausente ayer en el ensayo, ver aparte–, Diego Forlán, Carles Puyol, Cafú, Laurent Blanc, Gordon Banks, Fabio Cannavaro y Nikita Simonyan, los asistentes de lujo de un evento que tendrá como maestro de ceremonias al ex futbolista inglés Gary Lineker y a la periodista rusa Maria Komandnaya.
Una de las bolas más temidas, sin duda, será la de España, una de las potencias que quedó en el bombo 2 y que deberá medirse a alguno de los ocho primeros cabezas de serie. En el bolillero 1, definido por primera vez en base al ranking FIFA, estarán Rusia (en su caso como anfitrión), Alemania, Brasil, Portugal, Argentina, Bélgica, Polonia y Francia. Rusia, como es habitual con el local, ya tiene asegurado jugar en el Grupo A y disputará el partido inaugural en el Estadio Luzhniki. Los otros siete equipos del bombo 1 se distribuirán entre las zonas B y H.
A continuación se sortearán los cuencos 2, 3 y 4, cada uno de los cuales está conformado por ocho equipos. El bombo 2 tiene además de España a Perú, Suiza, Inglaterra, Colombia, México, Uruguay y Croacia. El 3 a Dinamarca, Islandia, Costa Rica, Suecia, Túnez, Egipto, Senegal e Irán. Y el 4 a Serbia, Nigeria, Australia, Japón, Marruecos, Panamá, Corea del Sur y Arabia Saudí.
La FIFA informó que no podrá haber dos equipos de una misma confederación en la misma zona, con la única excepción de Europa. El Viejo Continente, con 14 representantes, podrá tener un máximo de dos combinados por grupo. Aunque con una particularidad: cada zona deberá tener al menos un equipo europeo. Esto quiere decir que habrá, suceda lo que suceda, seis grupos con dos europeos y otros dos con uno.
Por su ausencia brillarán en el sorteo equipos como Italia, Holanda, Chile o Estados Unidos. Y también, en otro plano, nombres como el de Joseph Blatter, siempre jocoso en este tipo de eventos. Será el primer Mundial tras la caída en desgracia del suizo y a su vez el primer sorteo de Gianni Infantino, su sucesor como presidente del organismo. Los efectos del FIFAGate todavía se sienten a pesar del perfil renovador que busca imprimir Infantino, pero qué mejor que una Copa del Mundo para dar vuelta la página. De eso puede dar fe también Rusia, un país cuya imagen deportiva se ha visto dañada por las denuncias de corrupción en la asignación del Mundial en 2010 junto a Qatar 2022 y, sobre todo, por los escándalos de doping. “El mundo descubrirá con el Mundial un país abierto, acogedor y cordial”, apuntó no obstante Infantino. Los titulares negativos, en cualquier caso, quedarán en un segundo plano cuando el balón empiece a rodar. O incluso antes. El espectáculo de hoy será seguido por televisión en más de 200 países y muchos ya empezaron a vivirlo en los últimos días con distintos programas de simulación online del sorteo. Sin embargo, habrá solo uno que contará y será el de hoy.