Ayer continuó en el Centro de Justicia Penal la audiencia imputativa con Ariel "Guille" Cantero apuntado como jefe de una asociación ilícita que manejaba la barra de Newell's Old Boys. La investigación judicial expuso una trama compleja de actividades ilícitas, disputas internas y posibles vínculos con la dirigencia del club. En esta segunda jornada fue el turno de las defensas que, ante el juez Fernando Sosa, negaron la imputación, por entender que no había una asociación ilícita entre las dos facciones de la banda criminal que en 2024 estuvieron enfrentadas por el manejo del paravalanchas leproso.
Según lo informado por la Fiscalía, la dirigencia de Newell’s habría sido víctima de al menos dos extorsiones documentadas, y se investiga si algunos miembros de la dirigencia podrían haber incurrido en conductas delictivas al facilitar dinero, entradas y camisetas a los líderes de la barra. Estos hechos están siendo analizados por la Unidad de Delitos Económicos de la Fiscalía Regional.
La lucha por el control de la barra se intensificó cuando Alejandro "Rengo" Ficadenti buscó ganar terreno frente a Leandro "Pollo" Vinardi, llegando incluso a organizar atentados para mostrar su “chapa” ante Guille Cantero. Estos actos incluyeron amenazas a Angel Di María y ataques en el estadio Coloso del Parque, además de enfrentamientos armados entre las facciones.
En ese contexto, se dieron varios hechos violentos como la tentativa de homicidio contra el hijo de Luciano Gallardo -que por entonces era uno de los principales referentes de la hinchada de Newell’s-, una balacera contra una dirigente del club, más otros hechos “paralelos” como las amenazas a la familia "Fideo" y el secuestro extorsivo de un empresario entrerriano por una deuda narco. Para el MPA, estos últimos dos eventos se podían explicar por la intención de Ficcadenti de “quedar bien parado” con el público leproso y con Cantero, para poder ganar la disputa del para avalanchas del Coloso.
En ese contexto, Emir Rodríguez, hijastro de Leandro “Pollo” Vinardi, dijo tener un vínculo de chico con el club, por el cual llegó a jugar durante algún tiempo en inferiores. Reconoció que su madre es pareja desde hace cinco años de uno de los líderes de Los Monos, pero aseguró que es “un hincha más” y que no tenía relación con los hechos que se le atribuían: “No le disparé a Fernanda Corte (que era la dirigente de Newell’s que tenía relación con los barras, hasta que recibió balazos en su casa en 2024 en medio de la disputa que se trató en la audiencia), ni tiré las bombas de estruendo que dijeron”, planteó.
La última referencia era la de un encuentro en el Coloso del Parque con Independiente Rivadavia de Mendoza, luego de la Copa América del año pasado. En ese momento, la defensa del hijo de Vinardi aportó un video que se proyectó en la sala. Allí fue cuando Emir Rodríguez dijo que no era él a quien se veía tirar bombas de estruendo a la cancha apenas terminado el partido.
En los códigos de la barra, esas bengalas al césped eran una forma de mostrar a la dirigencia del club lo que eran capaces de hacer si le daban el poder a la otra facción de Los Monos que buscaba en esos días quedarse con el control de negocios como la reventa de entradas, los cuidacoches y los carritos de comida cercanos al estadio. Lo llamativo fue que este video era el de las cámaras de seguridad del estadio, que no tenía todavía la Fiscalía.