La siderúrgica Acindar fue escenario de una escalada relámpago en su tironeo entre la patronal y los trabajadores. Por la mañana impidió la entrada a trabajar a 65 obreros, los declaró suspendidos como sanción por haber realizado una asamblea gremial. Enseguida se declaró el paro total en la planta de Villa Constitución, al considerar el gremio de la UOM que esa medida empresarial eran despidos. En las primeras horas de la tarde el choque se encauzó y las partes acordaron la reincoporación de los cesanteados. Pero la situación es un polvorín. Hoy los metalúrgicos tendrán una reunión paritaria con la empresa del grupo Arcelor Mittal. Y si no acuerdan, entonces sí volverán al paro. Síntoma del momento, el segundo año de la gestión Milei comenzó así en la acería villense; de paro en Vicentin de San Lorenzo porque la aceitera no pagó un bono acordado en paritaria (ver aparte); con 30 despidos en el frigorífico Euro SA, de Villa Gobernador Gálvez; y con otros despidos en la Usina Sorrento del Grupo Taselli, contenidos por ahora por una conciliación obligatoria. Metalúrgicos, aceiteros, de la carne y lucifuercistas enfrentados de nuevo a la ofensiva patronal en el arranque del 2025.

"Es lo que se viene. El año pasado fue la avanzada sobre los derechos, se intentaron sacar conquistas, algunas se frenaron otras no. Avanzaron sobre el trabajo estatal, el problema es que durante un año las empresas no invirtieron en sus trabajadores, los gremios pudimos sortear algunas cosas, otras no, pero acá si la producción no tiene otras perspectivas, salvo algunos sectores como minería, entonces vamos a un año de grandes conflictos con los privados", aventuró Silvio Acosta, de la comisión interna de UOM Villa Constitución. 

El esquema de suspensiones rotativas, y con cobro del 80% del sueldo, que había aceptado UOM Villa Constitución en Acindar concluyó con el primer tramo de enero. La planta se reactivó a pesar de que la falta de demanda la atraviesa. La producción de acero, que en niveles históricos andaba en 1,2 millón de toneladas por año, en 2024 apenas sumó 600 mil toneladas. Todos coinciden en señalar que la paralización de obra pública afectó de lleno a este sector. 

Finalizadas las suspensiones consensuadas, los 950 trabajadores de la acería normalizaron su actividad. De fondo, viene el tire y afloje de una paritaria trunca y demorada. Los salarios de la "rama 21", que agrupa a las empresas grandes de la siderurgia, llevan un atraso de 5 meses. Por eso en los últimos días hubo intensas deliberaciones gremiales al interior de la planta.

"Esto es un cambio de actitud empresaria. Un escarmiento por el paro de 11 días a fin de año porque la paritaria sigue frenada", señaló la fuente gremial consultada por Rosario/12.

La gerencia, al parecer, eligió una asamblea del área Trefilado (producción de alambre) para castigar a los 65 obreros que participaron. Ayer no los dejaron entrar a trabajar y se les notificó que estaban suspendidos por 30 días. "Eso implica que no les pagarían el sueldo, entonces lo consideramos un despido. Ahí nomás dispusimos un paro en toda la fábrica", explicó Acosta.

"El problema de fondo es que la empresa se niega a definir la paritaria. Quiere rediscutir el esquema de suspensiones, ya planteó la semana pasada achicar puestos laborales, sectores, cambiar formas de trabajo, un paquete de achique muy grande", expuso el dirigente obrero. Esas propuestas de restricciones son reducción de tiempos muertos, ajustes en los planteles laborales, cambios en el régimen de turnos y feriados, y suspensiones con porcentajes salariales inferiores a los acordados en años anteriores.

Hoy a las 15 está prevista la reanudación de la negociación colectiva. "Si la fábrica no se hace cargo de lo que sucede de fondo, y si sigue bajo la órbita de lo que manda Techint (voz cantante en el bloque patronal del acero), mañana mismo (por hoy) vamos a medidas de fuerza. Aunque a nivel nacional están en cuarto intermedio con la paritaria, nosotros no", distinguió.

La posición gremial es que no están dispuestos a aceptar ninguna forma de despido. "Ellos dicen que necesitan achicar costos y aumentar la productividad, que hay conquistas que no van más, y al mismo tiempo no actualizan salarios. Es de una voracidad nunca vista", analizó Acosta.