En un rápido repaso de la actualidad la síntesis es que asusta todo lo que se vive. Sin buscar un orden preciso, podemos decir:
El caso Nisman sacudirá la semana con su torrente de estupideces.
Trump no va a la cárcel ni paga por sobornos a una actriz porno. Quiere ocupar Groenlandia para el CEO mundial de los cosméticos Estée Lauder.
Elon Musk duplicó su fortuna desde la elección de Trump: tenía dos mil millones y ahora 400 mil para poner patas para arriba a cualquier país. Con la Argentina no precisa, porque está así:
El FMI dice que nunca se vio nada igual al ajuste de Milei. Lo más maravilloso que vio el FMI.
Ahora resulta que Clarín dice que la AFIP trabajaba para los directivos de Indalo, por ejemplo. Los protegían tanto, pero tanto, que los pusieron dos años presos.
Monsanto y las demás ya se quedaron casi con la mitad de los territorios de Ucrania.
Los fondos buitre ya están previstos para reconstruir el país.
Las guerras contienen improperios a la verdad. Europa podrida quizás como todo lo viejo. Cuanto más resplandece, más miserable.
Todo eso… Pero vamos bien. Está Sandra Petovello sentada en un paquete de videos; Diego Kravetz golpeando pibes y Mariano Cúneo Libarona metiéndolos presos a los 14 años, aunque Patricia Bullrich pretende que sea a los 13.
Esa es Mi-Ley, dicen.
En un contexto tan abrumador, en medio de la salvajada de la que describimos el uno por ciento, un pibe sale a buscar trabajo y va a Kentucky, que lo recibe con toda su pompa y colorido norteamericano. Recién lo escuchamos: cuando dice que por 54 horas le ofrecen 360 mil pesos. Si lo toman como empleado les cuesta más caro. Tendrían que darle de comer y una cama debajo de un puente y pagar el traslado y las cuentas. Ya no da para tener esclavos.
Entonces ofrecen laburo con sueldo. No es laburo ni es sueldo. Es una afrenta a la condición humana. Uno se cansa de repetir el “voto-odio” que le dieron a Milei, pero es inevitable también reflexionar cómo se llega a tanta ignominia.
¿Cómo se atreven? Si recuerdan los horrores enumerados antes, lo peor no pasó. Mañana se atreverán a más. Y Kentucky pagará con dos pizzas para llevar, baratas como la de los tiempos de Alfonso Prat-Gay, ¿se acuerdan?