Cuando una larga limusina negra se detuvo frente a la casa de Sinéad O'Connor en Los Ángeles una noche de 1990, ella imaginó que era su momento de Cenicienta. Un gran carruaje, enviado para llevarla hasta su Príncipe. Cuando contó a sus amigas que el Purpurado la había llamado esa misma noche para proponerle un encuentro y luego había enviado un coche a recogerla, se les ocurrieron ideas románticas. "Todos pensamos que tal vez él y yo nos enamoraríamos", escribió O'Connor en sus memorias de 2021. O que al menos se llevarían bien. "Pensamos: 'Debe de querer celebrar que la canción va tan bien. Habrá torta'".

A "la canción" le había ido muy bien. La lustrosa y sintéticamente orquestada versión de O'Connor de "Nothing Compares 2 U" de Prince, lanzada el 8 de enero de 1990, había roto el corazón del mundo con sólo dos lágrimas en las mejillas de una joven.

O'Connor derramó esas lágrimas en el emotivo video de John Maybury para la canción, mientras la cantante pensaba en la madre que había perdido en un accidente de coche cuatro años antes. "No sabía que iba a llorar cuando canté en el video porque no lloré en el estudio cuando la grabé", dijo más tarde; en Rememberings reveló que siempre pensaba en su madre cuando interpretaba la canción. "Siento que es el único momento que paso con mi madre y que vuelvo a hablar con ella. Tengo la creencia de que está ahí, de que puede oírme y de que puedo conectar con ella".

El crudo viaje de O'Connor a través de la canción -dolor, rabia y pura desolación, como exigía la hábil poesía del tema- animó y encapsuló la pérdida y el desgarro de millones de personas. Alcanzó el número 1 en 14 países, incluidos el Reino Unido y Estados Unidos, y vendió 3,5 millones de copias sólo en 1990. Hoy es uno de los temas que definen la década de 1990 y una de las versiones más conmovedoras y queridas jamás grabadas.

Seguro que en casa de Prince habría torta. En lugar de eso, O'Connor se deslizó en el asiento trasero de la limusina para ser conducida a una de las reuniones de famosos más enconadas de la historia del pop. "Tuvimos una pelea", dijo a la emisora de radio noruega NRK en 2014. "Me citó en su casa y -es una tontería hacerle esto a una irlandesa- me dijo que no le gustaba que dijera palabrotas en las entrevistas. Así que le dije que se jodiera. Se puso bastante violento. Tuve que escapar de su casa a las cinco de la mañana. Tenía más fuerza que yo".

Fue el feo final de una de las historias más bellas del pop. Prince escribió la canción por primera vez en julio de 1984, durante un prolífico periodo en el que escribía y grababa una canción cada día. Recién llegado de Dallas, donde había asistido a la gira Victory de los Jackson, regresó al almacén de Flying Cloud Drive, a las afueras de Minneapolis, donde trabajaba en el único álbum de su proyecto funk The Family.

Según su ingeniera Susan Rogers, la canción le salió a borbotones en una hora. "Me sorprendió lo hermosa que era", cuenta en el libro de Duane Tudahl Prince and the Purple Rain Era Studio Sessions. "Tomó su cuaderno y se fue al dormitorio, escribió la letra muy rápido, volvió a salir y la cantó. Me impresionó mucho".

La propia inspiración de Prince para la canción ha sido objeto de mucho debate. En sus memorias The Beautiful Ones, publicadas tres años después de su muerte, escribió sobre su madre haciendo "llamadas nocturnas y súplicas" a su padre tras su separación, y de cómo se alistaba para rogar a su padre que volviera con la familia. "Creo que por eso puedo escribir canciones de ruptura tan buenas, como 'Nothing Compares 2 U'", escribió. "No he oído ninguna canción de ruptura como la que puedo escribir... Tengo ese conocimiento".

Algunos imaginaron que Prince se había inspirado en su relación con Susannah Melvoin, de The Family, una de las dos cantantes originales de la canción. Sin embargo, Jerome Benton, otro miembro de The Family, creía que la canción se basaba en la angustia que había compartido con Prince por el fracaso de su propio compromiso.

Rogers argumentó que líneas como "Todas las flores que plantaste, mamá, en el patio trasero/ Todas murieron cuando te fuiste" iban dirigidas a la antigua ama de llaves de Prince, Sandy Scipioni, que había dejado de trabajar para Prince recientemente después de que su padre sufriera un ataque al corazón. "Habría sido Sandy quien plantó esas flores", dijo Rogers a The Guardian en 2018. "Sandy dirigía la vida de Prince. Él no paraba de preguntar: '¿Cuándo vuelve Sandy?".

Junto a todo este dolor, al menos una historia relacionada con la canción tuvo un final feliz. Para conseguir la emoción necesaria para la canción, Paul Peterson, el otro cantante de The Family, recordó que en el instituto le rompieron el corazón por una chica llamada Julie. Unos años después del lanzamiento de la canción, Julie y Paul se casaron.

La pesada interpretación de la canción por parte de The Family cayó rápidamente en el olvido, hasta que el representante y entonces socio de O'Connor, Fachtna Ó Ceallaigh, se acordó de ella en un momento en que su relación con O'Connor se estaba desmoronando. Ó Ceallaigh sugirió sabiamente que O'Connor versionara el tema en su segundo álbum, I Do Not Want What I Haven't Got.

Dado que se había dado a conocer con el pop-rock apasionado y polémico de su debut de 1987, The Lion and the Cobra, ésta era una oportunidad para que O'Connor mostrara un lado más delicado. Entre el ingeniero Chris Birkett, su coproductora Nellee Hooper (de Soul II Soul) y el virtuoso del jazz japonés Gota Yashiki, se creó una orquesta minimalista de sintetizadores y un bucle de batería, sin bajo, sobre el que la voz de O'Connor se abalanzaba con furia. "Es un poco como el método de actuación de Stanislavsky", declaró más tarde a la BBC. "Tenés que encontrar cosas emocionales dentro tuyo que puedas utilizar".

Yashiki recuerda las sesiones como algo tan suave como la canción. "El ambiente era tranquilo, relajado, pero serio y concentrado", dice. "No había gritos ni discusiones, y muy pocas risas". Fue O'Connor, dice, quien extrajo el núcleo de la canción del original de Prince. "Sinéad sugirió simplificar al máximo la progresión de acordes porque el original era bastante complejo". Según Birkett, la grabación duró poco más de un día. Recuerda la toma vocal de O'Connor como un momento de alquimia sónica instantánea. "Lo clavó en una toma", dice. “Luego dijo 'quiero hacer una doble pista' y cantó la doble pista perfecta. Suena como si fuera una sola voz, está tan ajustado".

El "Nothing Compares 2 U" de O'Connor estuvo a punto de correr la misma suerte que la original. Pocas semanas después de su lanzamiento, la canción rozaba los 40 Principales cuando la BBC decidió eliminarla de sus listas de reproducción. Fue el video de Maybury, rodado rápidamente en París, lo que convirtió el tema en un rompecorazones mundial. "Hizo una gran actuación, llorando de verdad en el video", dice, "y ese video fue lo que realmente lo rompió. De repente, las ventas subieron y llegó al número 1. Sin ese video, probablemente habría sido un éxito. Sin ese video, probablemente habría desaparecido".

Prince.

Mientras la canción encabezaba las listas de éxitos de todo el mundo e impulsaba I Do Not Want What I Haven't Got hacia los 7 millones de ventas y cuatro nominaciones a los Grammy (ganó el premio a la Mejor Interpretación Musical Original, aunque O'Connor se negó a aceptarlo), parecía que el mundo lloraba a su lado. Todos menos Prince. Cuando la larga limusina negra llevó a O'Connor a la puerta principal de la extensa mansión de Prince en Hollywood Hills, no fue recibida con una torta, sino con un enfrentamiento.

Su descripción de la velada, según Rememberings, habría servido para el guión de una gran película de terror. Tras ser conducida a través de salas de recepción con grandes ventanales cubiertos de papel de aluminio ("No le gusta la luz", le informó un nervioso subordinado) hasta una pequeña cocina, Prince la retó primero por su lenguaje soez en las entrevistas y luego la invitó a mantener una pelea de almohadas con su anfitrión. "Al primer golpe que recibo", escribió, "me doy cuenta de que tiene algo en la almohada, metido hasta el fondo, diseñado para hacer daño”.

O'Connor consiguió escapar de la casa a las 5 de la mañana y esconderse en los jardines mientras él la buscaba. Luego se dirigió a una carretera, donde él la localizó y la persiguió, profiriendo violentas amenazas. Según O'Connor, sólo consiguió ahuyentarlo llamando al timbre de una casa cercana. En entrevistas posteriores, O'Connor expresó la creencia de que podría haberse visto envuelta involuntariamente en una disputa empresarial entre Prince y su representante Steve Fargnoli, que ya había dirigido a Prince anteriormente. También sugirió que el cantante se había enojado por el hecho de que ella hubiera versionado su canción sin que él se la ofreciera, eludiendo su proceso habitual. "Le incomodaba que yo no fuera su protegida", dijo O'Connor.

El hecho de que O'Connor describiera al reservado Prince como una presencia amenazadora, exigente y controladora ha hecho que perdure la mala sangre. Los herederos de Prince denegaron el permiso a la directora Kathryn Ferguson para utilizar la canción en su documental de 2022 sobre la vida de O'Connor, Nothing Compares. "No sentí que O'Connor mereciera usar la canción que mi hermano escribió en su documental, así que nos negamos", dijo Sharon Nelson, hermanastra de Prince, en un comunicado. "Su versión de 1993 es la mejor".

La versión de Prince ganó adeptos en Estados Unidos, sobre todo después del furor que causó que O'Connor rompiera una foto del Papa Juan Pablo II en Saturday Night Live en 1992. "Las ventas en Estados Unidos bajaron literalmente a cero la semana siguiente", dice Birkett. "Vendía millones de copias y luego nada. Ese único acto me costó cerca de un millón de dólares en derechos de autor".

Sin embargo, la canción se ha entrelazado inextricablemente con la vida y la muerte de ambos artistas. La semana después de la muerte de O'Connor en 2023, la canción volvió a entrar en la lista de éxitos del Reino Unido, mientras que a la muerte de Prince en 2016, las emisoras de radio de Estados Unidos se conjuraron para reproducir su versión de la canción exactamente siete horas y 13 días después de su fallecimiento, de acuerdo con su letra original.

El tema en sí ha demostrado ser inmortal. "La letra tiene resonancia en todo el mundo", dice Yashiki. "La sencilla frase 'Nada se compara contigo' permite a los oyentes proyectarla en alguien especial de sus propias vidas". En términos lacrimógenos, sigue siendo incomparable.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.