Este martes --durante la segunda semana de audiencias por el caso de los bebés muertos en Córdoba-- expusieron Vanessa Cáceres y Raúl Calderón, los padres de Francisco, el primer recién nacido que murió a mitad de marzo de 2022 en el Hospital Neonatal de Córdoba. En la partida de defunción se declara que la causa de muerte fue "colapso posnatal", pero la mamá del pequeño señaló con ímpetu: “se da dos veces cada 100 mil nacidos. Y ese día, en la misma sala, pasó dos veces. ¿A nadie le llamó la atención? Es muy extraño, no puede pasar, una luz se te tiene que prender. O no estaban lúcidos, o quisieron mirar para el costado”.
Antes de empezar, Cáceres pidió que saquen de la sala a Brenda Agüero, la enfermera acusada de haber asesinado a cinco bebés e intentado asesinar a otros ocho entre marzo y junio de 2022. La madre del bebé adjudicó que "su presencia es perturbadora", aunque finalmente declaró con la acusada en la sala, mirándola.
Cáceres no tenía obra social porque es emprendedora y su esposo, Raúl Calderón, había sido despedido de la empresa Iveco. De todas formas, confirmó que se hizo cinco ecografías en el sistema público y privado, que certificaron el buen estado del corazón del bebé y que tanto ella como Francisco, estaban sanos en gestación.
"Todo está perfecto"
Vanessa tuvo a Francisco por cesárea, como a sus otros dos hijos mayores. “Cuando nació me dijeron ‘acá está tu hijo, todo está perfecto’”, contó. Una hora y media después, una médica cambió el panorama: informó que el bebé tenía una arritmia y debían pasarlo a terapia. “Me arrepiento de no haber pedido que me lo pongan arriba. Iba a ser el único momento de tenerlo conmigo vivo”, sollozó en la audiencia.
Cuando Francisco hizo un shock, no había ningún cardiólogo de guardia. Cáceres cuenta que uno guiaba a los médicos presentes por teléfono. Los informes que les daban eran todos muy pesimistas, pero la familia mantenía la esperanza. “Te daban el pésame y estaba vivo”, se quebró Cáceres.
Luego, los médicos que habían atendido a su bebé le dijeron que no entendían cómo llegó a tener “destrozado el corazón”, preguntándole si tenía chagas o adicciones. “Me ofrecieron hacer una autopsia cuando mi hijo todavía estaba vivo, les pedía por favor que me lo salvaran, me pareció cruel en ese momento, y por eso les dijimos que no”, explicó.
La polémica por la autopsia
Cuando le comunicaron que el bebé falleció por un paro cardíaco, le ofrecieron otra autopsia médica: "pero nos dijeron que a lo mejor no salía, los cablecitos eran muy chiquitos y a lo mejor no sabíamos que había pasado, que demoraría siete días el resultado", relató Cáceres.
Calderón confirmó que siempre les ofrecieron hacer autopsias médicas, no forenses ni judiciales. “Mi hijo tenía muchas ganas de vivir: soportó tres paros. Cuando nos informan del fallecimiento, nos preguntan por otra autopsia, y nos dicen que puede estar siete días en cámara, pero que posiblemente no encuentren nada. ¿Para qué lo van a abrir todo si no van a encontrar nada? En medio de ese dolor no podemos decidir”, contó Calderón, reviviendo en presente la tragedia.
Cuando se llevaron al bebé a terapia intensiva, le dieron la ropa que tenía puesta. Esta es otra de las pruebas que tiene el expediente. A la altura del muslo de Francisco, había una mancha de sangre, ubicada en la pierna opuesta en la que se inyecta la vitamina K en los recién nacidos.
“Queríamos guardar su ropita. Tenía mucha sangre, la lavé y refregué, pero era mucha. Esa ropa ahora está en Tribunales”, bramó Calderón. Vieron la ropa con detenimiento luego de la muerte de su hijo y el alta de Cáceres, que había quedado internada porque se había hecho la ligadura de trompas luego de la cesárea.
Luego de la muerte de su hijo, Cáceres tuvo en su habitación una cuna vacía al lado durante toda su internación. “Nunca me ofrecieron ayuda psicológica. Mi marido hizo los trámites para que pudiéramos enterrar a mi hijo. A mí me dieron de alta, me bañé y fuimos a enterrarlo. No entendimos lo que había pasado, me fui agradecida del hospital pensando que habían hecho lo posible para salvarlo, nunca me imaginé algo tan siniestro”, protestó llorando de a ratos.
En su testimonio, el marido Calderón contó que se conmocionó al enterarse que su hijo habría sido asesinado. “No se murió, Vane. Lo mataron”, recuerda haberle dicho a su mujer apenas salió en televisión la noticia. “Fue terrible enterarnos de esa forma. Se nos cayó el mundo”, subrayó Cáceres.
"Nos robaron la confianza"
“A nosotros nos robaron la confianza para toda la vida”, concluyó Cáceres al término de su declaración. “En esta causa faltó humanidad, nos dejaron desamparadas, nos tomaron de estúpidas, de ignorantes, que no iba a salir nunca a la luz, y les salió mal, estamos viendo cómo se cuidan entre ellos, viendo qué día sabía uno o el otro. No puede ser que se olviden de la parte humana”, reclamó frente a los imputados. Con el correr de los meses, la madre ya conoce el vocabulario jurídico y los pormenores de los casos del expediente.
En la jornada del martes fueron citados también la pareja de Daramis Bustamante y padre de Benjamín, otro de los bebés fallecidos, Leandro David Luna. Ambos ratificaron lo que había declarado la madre del pequeño: en una reunión durante abril de 2022, Liliana Asís, exdirectora del Hospital, y Alejandro Escudero Salama, exsubdirector administrativo, les pidieron que no hicieran una denuncia judicial porque todo estaba siendo investigado internamente.
Por esto, la enfermera no es la única acusada: funcionarios del hospital público cordobés y del Ministerio de Salud provincial están imputados por distintos delitos. Al involucrar a tantas personas, las audiencias de este juicio por jurados se extenderán hasta junio de este año.
Informe: Natalia Rótolo.