Un comandante mayor retirado de la Gendarmería Nacional, su hijo de 25 años, una agente del Servicio Penitenciario de Salta y su ex pareja que fue dado de baja de la misma repartición, son algunos de los ocho miembros más destacados de una estructura criminal trasnacional que desde hace tres meses explotaba una ruta de tráfico de Orán a Mendoza, hacia donde llevaban cocaína y éxtasis.
Estas ocho personas fueron detenidas el pasado 13 de enero en la localidad mendocina de Guaymallén, en el marco de un operativo que incluyó tareas de seguimiento y allanamientos en las ciudades de Salta, Orán y Mendoza.
El juez federal de Garantías Julio Bavio dio por formalizada ayer la investigación penal seguida contra el ex comandante Miguel Ángel Torres, su hijo Miguel Emanuel Torres Ibba, la penitenciaria Sandra Mariela Areco Florentín, Daniel Antonio Olivera Serrano, Antonio Agustín Gutiérrez, Francisco Salinas Campos, Paul César Heredia Comandiri y Diego Andrés Bahamonde por el delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes.
Con excepción de Areco Florentín, a quien se la adjudicó la condición de partícipe secundaria, el resto están imputados como coautores. A Comandiri y a Salinas Campo también se los acusó por los delitos de almacenamiento y tenencia de armas de uso civil. Los ochos quedaron en prisión preventiva, aunque en el caso de Areco Florentín la medida se cumplirá bajo la modalidad de arresto domiciliario, mientras que el resto lo hará en una unidad carcelaria federal.
El gobierno de Salta celebró la desarticulación de esta organización narco como un logro enmarcado dentro del Plan Güemes. "En el marco del Plan Güemes, el Ministerio de Seguridad y Justicia, por medio de la Policía de Salta, junto a Gendarmería Nacional y la cooperación de la Policía de Mendoza efectuaron un importante golpe contra el narcotráfico en una compleja investigación desarrollada por la Procuraduría de Narcocriminalidad regional NOA y la Unidad Fiscal Federal de Transición", informó ayer la provincia.
Señaló que la organización narcocriminal operaba en Salta, Jujuy y Mendoza y que entre las ocho personas detenidas se cuenta "el líder de la organización, ex comandante de Gendarmería Nacional".
También el gobernador destacó la operación en su cuenta de X.
El nombre de Gutiérrez
La fiscalía federal informó que los procedimientos de detención y secuestro de evidencia fueron solicitados a partir de una investigación previa que se desprendió de un caso registrado el 7 de mayo de 2024, cuando se secuestraron 99 kilos de marihuana en un control de ruta, en el puesto El Naranjo, en el sur de la provincia, donde se detuvo a tres personas.
De este caso surgió el nombre de Gutiérrez, el hilo del cual los investigadores comenzaron a tirar para dar con la identidad de otros implicados como Torres, Areco Florentín, Bahamonde y Olivera Serrano.
Posteriormente, se estableció que los ahora acusados eran parte de una organización criminal, "con distribución de roles y de orden trasnacional", dado que adquirían la droga en el Estado Plurinacional de Bolivia, la acopiaban en la ciudad de Orán y desde ahí la llevaban a Mendoza.
Este tráfico se llevaba adelante mediante convoyes de dos o tres vehículos, uno en el que iba la droga y el resto haciendo de “coche puntero” con el fin de advertir sobre la presencia de controles en la ruta.
El auxiliar fiscal Jorge Viltes Monier resaltó el conocimiento que tenía Torres, retirado de la Gendarmería con el grado de comandante mayor y que además haber ocupado cargos importantes en distintas unidades de esa fuerza.
Precisamente, Torres lideraba el tráfico, coordinaba los transportes y siempre viajaba solo, en este caso, en un automóvil Fiat Argo, mientras que el resto de los integrantes de la organización, incluido su hijo, iban de a dos o tres.
El fiscal explicó que la vinculación de Torres no solo surgió de su relación con Gutiérrez, sino también de aportes que fueron provistos por la Unidad Fiscal de Narcocriminalidad (UFINAR) de Salta.
Dijo que Torres y su hijo Torres Dibba registran vinculaciones con una banda narco que opera en Orán, con la cual habrían tenido inconvenientes con una deuda, la que derivó en la venta de un inmueble por parte del comandante retirado para saldar ese pasivo y evitar represalias.
Respecto de Areco Florentín y su expareja, Olivera Serrano, destacó que la primera se desempeña como agente en el área administrativa del Servicio Penitenciario de la Provincia, mientras que su exmarido también cumplía tareas en esa fuerza, pero fue dado de baja.
De Orán a Mendoza
En cuanto al operativo en el que los acusados fueron detenidos, el fiscal explicó que dado que los principales implicados ya estaban siendo monitoreados se advirtió que habían iniciado un nuevo convoy, esta vez de tres vehículos.
A través de los registros de geolocalización de los teléfonos, se detectó que Gutiérrez y Torres Ibba se movilizaban en un automóvil Fiat Cronos, que ya se hallaba en Catamarca y se dirigía a Mendoza; mientras que Torres iba en el Fiat Argo, con el mismo destino. En un tercer vehículo, una Cupé Fiat Toro, iban Olivera Serrano, Areco Florentín y Bahamonde.
Los investigadores vigilaron el paso de los dos primeros vehículos desde La Rioja hasta la ciudad mendocina de Guaymallén, donde se pudo identificar dos destinos. Uno era un hotel, en el que quedó alojada la agente penitenciaria. Al otro destino, una casa ubicada en la Adolfo Calle al 9100, fue Torres, quien antes de entrar a la vivienda hizo un gesto de aprobación al conductor de una camioneta Volkswagen Amarok, cuyo conductor se marchó luego.
En seguida, apareció el Fiat Cronos, que fue interceptado y fueron Gutiérrez y Torres Ibba. En el vehículo llevaban 14 kilos de cocaína. Acto seguido se allanó la casa, en la que fueron detenidos Comandiri y Salinas Campos.
En una habitación en la que ambos dormían se secuestraron otros 18 kilos de la misma droga, un envoltorio con 995 gramos de éxtasis, dos pistolas y 300 mil pesos y los teléfonos celulares, entre otros elementos de interés.
Asimismo, fueron detenidos Torres, Bahamonde, Olivera Serrano y Areco Florentín, con lo que se completó el cuadro delictivo que había salido de Orán, como así también los dos destinatarios de la droga en Mendoza, quienes eran los encargados de la comercialización local del estupefaciente, aunque no descarta que también se la traspasara a Chile.
Tras las detenciones, la fiscalía supervisó varios allanamientos más en los que se reunieron más elementos de pruebas, como computadoras y documentación.