6 - DE VUELTA A LA ACCIÓN
(Back in Action/Estados Unidos-Inglaterra, 2024)
Dirección: Seth Gordon
Guion: Seth Gordon y Brendan O'Brien
Duración: 114 minutos
Intérpretes: Jamie Foxx, Cameron Diaz, McKenna Roberts, Rylan Jackson, Glenn Close, Kyle Chandler y Jamie Demetriou
Estreno en Netflix
Uno de los tantos secretos guardados en el universo de las series es The Americans, situada durante el recrudecimiento de la Guerra Fría en la era Reagan y en la que la vida modélica de un matrimonio norteamericano –mamá, papá, dos hijos, linda casa, auto– es en realidad una fachada para las operaciones clandestinas de dos espías soviéticos. La hija está dejando atrás la niñez y comienza a darse cuenta que hay algo raro en que sus padres laven la ropa a la madrugada y tengan tantas emergencias siendo agentes turísticos. Ante la inevitable pregunta de qué esconden, a ellos no les queda otra alternativa que contar la verdad.
Una situación similar propulsa el relato de De vuelta a la acción. Claro que lo que en la serie de FX –el tentáculo de Disney con las producciones más interesantes, muchas de las cuales, The Americans incluida, llegan a la Argentina vía Disney+– generaba un terremoto laboral y ético en el matrimonio y la chica, aquí sirve en bandeja la enésima comedia de acción realizada con la fórmula preferida de la plataforma Netflix: dos actores de renombre a la cabeza del elenco (Jamie Foxx y el regreso a los sets de Cameron Diaz), dispositivos hi-tech, enredos cotidianos entrelazados con las misiones, un esbozo de subtrama familiar y/o romántica para rebozar de humanidad a los personajes, villanos que aparentan serlo y no lo son, buenos que ídem, escenas de acción áreas, acuáticas y/o terrestres colocadas a intervalos regulares y una trama que obliga a los protagonistas a viajar por varias ciudades, tanto mejor si son capitales europeas con un río atravesándola (porque así puede haber un grand finale acuático).
Matt (Foxx) y Emily (Diaz, que duerme en formol desde Los Ángeles de Charlie) son pareja pero no soviéticos sino que pertenecen al MI6 británico, aunque están retirados desde que los dieron por muertos luego de haber sido secuestrados en un avión que terminó estrolado contra una montaña. Los dieron, pero no lo están porque lograron escapar justo antes de la explosión. Ya instalados en Estados Unidos con vidas muy distintas a las que tuvieron, el pasado se materializa ante ellos con la forma de su exjefe (Kyle Chandler, experto en personajes con segundas intenciones) tocándoles la puerta. El motivo de su visita es que hay gente muy interesada en obtener un aparatito, que se creía perdido en el accidente, capaz de burlar todos los códigos de seguridad informática que existan y, por ende, de destruir el mundo. Un balazo en la cabeza apenas termina de hablar es la señal más evidente de que Matt y Emily deben volver al ruedo. Y que deben, claro, contarles a sus dos hijos, que vieron todo con los ojos como dos huevos.
Hay tres elementos que hacen que De vuelta a la acción asome levemente el cogote por sobre la medianía generalizada de todas las películas de este tipo de la N Roja (El sindicato del crimen, Alerta roja, El proyecto Adam y un largo etcétera). El primero no pasa por sus efectos digitales involuntariamente hilarantes, ni por la espesura de un guion que plantea, desarrolla y resuelve algunos conflictos en tres o cuatro escenas, sino por la decisión de ceder momentáneamente el punto de vista a los chicos a partir de que se enteran la verdad. Eso hace que la película explote el absurdo que hay en dos adolescentes viendo a sus padres revoleando patadas y piñas como expertos.
El segundo, de montaje, es dejar que las escenas duren más de tres segundos, permitiendo que se entienda quién pelea con quién y hasta que el asunto tenga un poquito de nervio y tensión. Y el tercero es Jamie Demetriou, a cargo de un aspirante a agente del MI6 que sale con la (también espía) mamá de Emily, un auténtico idiota desesperado por agradar, que siempre dice lo que no tiene que decir y se encabrona porque no hay nadie cerca para celebrar su maravilloso aporte a la resolución del caso. No será mucho, pero para unas vacaciones con bajas pretensiones alcanza.