David Lynch murió días antes de cumplir 79 años y deja tras de sí una de las filmografías más peculiares de la historia del cine. Realizador onírico, casi inclasificable, será recordado por sus películas y por el impacto que generó la serie Twin Peaks.

La obra lyncheana se inició con una opera prima perturbadora como pocas: Eraserhead. Estrenada en 1977, se trata de una obra surrealista, que filmó gracias a una ayuda inicial de 10 mil dólares que le dio el American Film Institute Conservatory.

Filmada en blanco y negro, la primera película de Lynch muestra a un hombre atormentado por su hijo recién nacido, un monstruo que gime todo el tiempo. El director volcó allí sus miedos sobre la paternidad. Eraserhead se volvió una película de culto y estuvo protagonizada por Jack Nance, actor fetiche de Lynch hasta su muerte en 1996.

Su siguiente film fue por encargo. El hombre elefante (1980), también filmada en blanco y negro, cuenta la historia real de John Merrick, un inglés con malformaciones físicas únicas en la historia de la ciencia. Merrick vivió en la Inglaterra victoriana y, después de ser expuesto en ferias como un fenómeno circense, estuvo al cuidado del médico Frederick Treves. John Hurt hizo de Merrick, y Anthony Hopkins personificó a Treves. Lynch fue nominado al Oscar al mejor director por una película producida por Mel Brooks, que no dudó en contratarlo.

El éxito de El hombre elefante llevó a Lynch a ser contratado por Dino De Laurentiis para la adaptación de Duna, la novela de Frank Herbert, un clásico de la ciencia ficción. El productor italiano le dio al director un presupuesto fastuoso para una épica cinematográfica que se pretendía parangonar con La guerra de las galaxias. Fue un fracaso de crítica y taquilla.

Kyle MacLachlan (actor fetiche de Lynch desde entonces), Silvana Mangano, Sting, Brad Dourif, Jürgen Prochnow y José Ferrer, entre otros, integraron el elenco de la película, que se rodó en México. Duna tuvo su remake en 2021, a cargo de Denis Villeneuve.

Pese al fracaso de Duna, De Laurentis financió la siguiente película de Lynch, una de sus obras maestras y una cumbre del cine de los 80: Terciopelo azul. Kyle MacLachlan y Laura Dern protagonizaron un film que comienza en su estética como una comedia romántica y deriva en un noir inquietante, con un villano impagable a cargo de Dennis Hopper.

Lynch recibió su segunda nominación al Oscar por esta cinta, en la que además coincidió con Isabella Rosellini, que sería su compañera sentimental en esos años.

Pasaron cuatro años hasta que Lynch volvió con todo en 1990. En abril de ese año se estrenó la serie Twin Peaks, un auténtico fenómeno pese a no haber tenido un éxito masivo. La serie sobre la investigación del crimen de Laura Palmer en el pueblo ficticio que titula la historia tuvo a MacLachlan como protagonista, además de la presencia de Nance y de Everett McGill, a quien se vio en Duna.

Un mes después del estreno de Twin Peaks (que se mantuvo al aire hasta 1991 y volvió en 2017), Lynch concurrió al Festival de Cannes, donde presentó Corazón salvaje, con Laura Dern y Nicolas Cage como protagonistas. Para sorpresa de muchos, el film se llevó la Palma de Oro.

Dos años más tarde, Lynch decidió llevar a la pantalla grande la historia de Laura Palmer antes de su asesinato. Así nació la precuela Twin Peaks: Fuego camina conmigo, que fracasó en la taquilla. El relato, onírico como la serie, tuvo a David Bowie en su elenco.

En 1997, el director regresó con una de sus grandes obras: Carretera perdida. No le fue bien en las salas, pero la crítica alabó el film protagonizado por Bill Pullman, Robert Blake y Patricia Arquette.

En el cierre del siglo XX, Lynch estrenó Una historia sencilla. Su film de 1999, protagonizado por Richard Farnsworth, es lo que el título dice: un relato realista, costumbrista, acerca de un hombre que sale en una máquina de cortar césped en un largo viaje para ver a su hermano.

En 2001 fue el turno de Mulholland Drive, que lo acercó al mundo ambiguo de Carretera perdida. Sumó su tercera nominación al Oscar, además del premio al mejor director en Cannes.

El director reapareció cinco años después para lo que sería su último largometraje. Inland Empire se estrenó con 2006, con Laura Dern, Julia Ormond y Jeremy Irons en su elenco. Lynch usó técnicas digitales para filmarla en Polonia y dividió a los críticos.

No volvió a dirigir hasta el anunciado rodaje de la tercera temporada de Twin Peaks. En 2019 recibió un Oscar por su trayectoria.

Más tarde, en 2022, Steven Spielberg lo convocó para la escena final de The Fabelmans. Spielberg terminó de hallar su vocación como director en un particular encuentro con John Ford. Para recrear eso en su film autobiográfico, buscó a Lynch para encarnar al director de La diligencia.

Un comentario al video de esta escena subida a YouTube lo resume muy bien: "Un gran director dirigiendo a un gran director que hace de un gran director"