Tras un año de interna feroz y a la espera de la palabra final de la Justicia sobre el recambio de autoridades partidarias, la Unión Cívica Radical (UCR) bonaerense acelera con un acto que el espacio que conducen Maximiliano Abad y Miguel Fernández encabezará este viernes en Mar del Plata, de cara a un combate electoral que todavía no tiene definido en dónde los encontrará.
Es que el escenario político ya empezó a mutar con la gestación de una alianza entre el PRO, ex socio de la UCR, con La Libertad Avanza. La idea de fortalecer el perfil opositor a Axel Kicillof en la Provincia toma más color y el partido centenario busca una ubicación en un espacio que no condicione las banderas históricas del partido, como la defensa de la educación pública y de los derechos humanos.
El evento será a las 19 en el Club Quilmes, donde estarán presentes 19 intendentes, legisladores nacionales, provinciales, concejales y titulares de los comité locales alineados con el oficialismo. La organización tiene la expectativa de reunir a unas 3 mil personas de todos los puntos de la provincia.
Desde el Comité bonaerense marcaron que este será un “punto de partida” para el año electoral en el que el radicalismo tiene que “ordenar muchas cosas”. Entre ellas, con quiénes realizará una alianza.
Los desafíos de gestión, los políticos y el debate interno encuentra al partido centenario “en un plano distinto al de los últimos 12 años”, reconocen en el espacio que entiende que el escenario está marcado por el final de Juntos por el Cambio. “Queremos definir hacia dónde ir, por eso es una cita obligada este encuentro”, dijo a Buenos Aires/12 uno de los organizadores.
Sin olvidarse de lo que fue la interna por el Comité, que enfrentó a Fernández con el diputado provincial Pablo Domenichini, aliado del titular del partido a nivel nacional, Martín Lousteau, desde el oficialismo ven lejos una posibilidad de acuerdos. En la oposición, también.
“Hay un sector que hizo fraude en una elección, que desapareció de la discusión nacional y está escondido; nosotros no vamos a caer en las chicanas o mentiras. En vez de ir a la Justicia tenían que estar adentro discutiendo. El radicalismo no definió nada todavía y la discusión del PRO es un problema de ellos”, dijo un legislador bonaerense involucrado en los armados.
Por eso, la misma fuente confió que hoy “la UCR se ocupa de la UCR” dado que internamente “tenemos que evaluar ahora cómo mejoramos nosotros, cómo ayudamos a los que están gestionando municipios, cómo nos movemos en la Legislatura, lo que hagan los otros partidos no es algo que nos ocupe”.
El armado de las listas seccionales interesa sobremanera al espacio. Es que este sector de la UCR arriesga la mitad de las ocho bancas que posee en la Cámara de Diputados provincial, mientras que en la cámara alta, siete de sus ocho miembros ponen en juego la silla, lo que deja al partido centenario en un escenario por demás complicado.
A fines de noviembre Fernández juntó a la cúpula del partido en La Plata, ante quienes planteó la idea de avanzar en una unificación de los bloques de la UCR en la cámara baja, dado que le daría más poderío al espacio. De lograrlo, los radicales pasarían a ser la primera minoría juntando 15 escaños, lo que los ubicaría por encima de La Libertad Avanza y del PRO.
“Creo que es imperioso tratar de unir el bloque del radicalismo en un solo bloque y tener esto que hoy parece una excepcionalidad, como una regla: trabajo conjunto entre intendentes, las autoridades del partido y los legisladores. Eso da una visión 360 grados con perspectiva de la política, del territorio, de quienes tienen que legislar y votar. Hay un trabajo que tiene que fluir articuladamente”, planteó Fernández ante este medio. Finalmente, no hubo acuerdo.
El verano no detuvo la interna radical
La elección interna por la conducción del Comité Provincia encendió la furia entre los bandos boina blanca, ensanchando la grieta que divide al abadismo del sector que responde a los legisladores nacionales Facundo Manes y Lousteau. Los referentes de este segmento del partido centenario no serán de la partida.
Este sector boinablanca tiene las cosas más complicadas en la Legislatura. Es que el bloque Acuerdo Cívico UCR+GEN, pone en juego seis sillas azules de las siete que ostenta en la actualidad.
“El partido está roto, partido al medio”, disparó a este medio una voz disidente. “Hasta que no se defina en la Justicia el resultado, en lo formal, pero también en lo político porque tenemos dos miradas bien distintas en lo que tenemos que construir en la provincia de Buenos Aires”, sentenció.
El pasado noviembre, la Justicia Electoral validó la postura de la Junta Electoral Provincial que dio por ganador de la elección interna del Comité Provincia al exintendente de Trenque Lauquen, aunque aún resta una definición final exigida por la oposición.
“No hay acercamiento y estamos a la espera de la definición de la Cámara electoral. Creemos que hay una demostración de movimientos de ese sector a terminar en un camino con el PRO y Milei, pero nosotros ahí no tenemos nada que ver, no podríamos estar en una coalición así”, señaló una voz aliada al neurocientífico.
En el espacio que coordinan Manes y Lousteau sacaron chapa, además, de que el municipio más grande que gobierna el radicalismo es Tandil, bastión de la Quinta sección y que está a cargo del histórico intendente Miguel Ángel Lunghi, distanciado de Abad. El hombre, que es “fuente de consulta” de Kicillof, se involucró de lleno en la última elección interna, siendo además candidato a convencional.
El espacio, avisa, busca “construir una alternativa claramente opositora al gobierno nacional tanto en su ideología como así también en las políticas económicas de La Libertad Avanza” y que tendría como figura de preponderancia al neurocientífico oriundo de Salto, cuyo mandato en el Congreso se vence a fines de este año.