Mr. Blake a sus órdenes 6 puntos
Complétement Cramé, Francia/Luxemburgo, 2023
Dirección: Gilles Legardinier
Guion: Christel Henon y Gilles Legardinier.
Duración: 110 minutos
Intérpretes: John Malkovich, Fanny Ardant, Émilie Dequenne, Philippe Bas, Eugenie Anselin.
Estreno en salas.
Comedia de costumbres con módicos enredos, la película francesa Mr. Blake a sus órdenes propone una receta de fórmulas probadas y que por ese camino cumple con lo que promete. Sin superar las expectativas, es cierto, pero tampoco sin quedarse corta. Está claro que en el cine no siempre es necesario ser novedoso ni innovador; tan claro como que el director debutante y coguionista Gilles Legardinier no pretendía ninguna de las dos cosas. Aun así es posible que consiga ganarse el favor de sus espectadores a partir de otros méritos, como la capacidad de construir un universo de personajes queribles y bienintencionados o la simpleza con que se desarrollan los hechos.
Estos giran en torno al señor Blake del título, un empresario británico muy exitoso que acaba de perder a su esposa de toda la vida y con ella, muchas de sus motivaciones. Para atravesar su duelo, Blake decide viajar a Francia e instalarse en una lujosa residencia, la misma en la que se conocieron con su mujer en la juventud. Pero al llegar, no solo el caserón está lejos de sus años de esplendor, sino que él mismo es confundido con un aspirante al puesto de mayordomo. Con módico ingenio y mucha buena voluntad, Legardinier consigue que los engranajes encajen para poner en marcha esta historia que aborda cuestiones como el dolor de la pérdida, la vejez o el valor de los vínculos, sin mucha profundidad pero sin pontificar ni volverse declamativa.
Es cierto que los lazos que Blake va tejiendo, tanto con la dueña del castillo como con los pocos empleados que aún trabajan en él, buscan activar resortes emotivos que en general resultan muy obvios y a partir de situaciones que no es difícil predecir. Sin embargo, la película pone todo eso en escena con una gracia no excenta de candidez. Ese éxito en parte recae en la figura de John Malkovich, encargado de interpretar al protagonista, cuya labor incluye los elementos de autoconciencia que le han valido un merecido reconocimiento. Sus habituales manierismos actorales puestos al servicio de la comedia vuelven a funcionar muy bien en ese marco de aristocracia decadente que, por otra parte, el actor ha revisitado tantas veces a lo largo de su filmografía.
Mr. Blake a sus órdenes también resulta sencilla en sus formas cinematográficas, sin proponer un gran despliegue, pero aprovechando la fotogenia de la arquitectura y los espacios en los que se desarrolla la acción. Una propuesta que puede resultar una alternativa válida para un montón de espectadores que cada vez encuentran menos opciones en la cartelera porteña, volcada con decisión a cobijar los tanques de siempre.