El nuevo arzobispo católico de La Plata, Gustavo Carrara, que asumió funciones el 28 de diciembre pasado, afirmó que “fortalecer la vida comunitaria es muy importante, porque las respuestas no pueden ser ni mercadocéntricas ni estadocéntricas, sino que las tienen que dar las mismas comunidades”. El arzobispo platense admitió que recientemente viajó a Roma para entrevistarse con Francisco y recibir del Papa “consejos” para su nueva responsabilidad.
El arzobispo dijo, durante una entrevista concedida a Radio Provincia de Buenos Aires, que "no hay que descuidar el fortalecimiento de los vínculos comunitarios para completar el cuadro. Si hay algo que se desfinanció de modo abrupto –y algunas se están dando por goteo o prácticamente se han paralizado– es la política de integración de barrios populares”.
Carrara -que ha seguido de cerca la política pública de integración socio urbana- explicó que lo que se hace allí “es la intervención directa sobre la vida de un barrio popular”. Y ejemplificó diciendo que “se puede aumentar la Tarjeta Alimentar que recibe una mujer que es referente de su familia y vive en una villa o asentamiento y eso es bueno porque puede comer mejor. Pero si se descontinuaron las obras de cloacas, alumbrado, la construcción del cordón-cuneta, si en el centro de salud que se estaba haciendo pararon las obras, no se está atacando la pobreza multidimensional. No alcanza solo con mejorar el ingreso alimentario que es claramente necesario por supuesto”.
Consultado sobre la situación económica el arzobispo señaló que “para ser justo digamos que dos cosas son positivas: la baja de la inflación que nosotros sabemos que los primeros que la pagan son los más vulnerables. Y hay otro aspecto de la inflación: su cuota emocional muy fuerte porque no sabemos si nos va a alcanzar la plata para llegar a fin de mes, sobre todo en los sectores medios que tienen que alquilar, los más humildes en sus ingresos. Por otro lado, se ha acrecentado la Tarjeta Alimentar y la Asignación Universal por Hijo (AUH) en cuanto a la capacidad de compra de esa tarjeta porque se le carga más dinero”.
Carrara, quien además preside la Comisión Episcopal de Cáritas Argentina como resultado de la elección que hicieron sus pares en la asamblea de noviembre pasado, habló también sobre la situación de los comedores populares y se refirió a las críticas que se han hecho al gobierno de La Libertad Avanza (LLA) por la suspensión del envío de alimentos.
El arzobispo, que desde años atrás forma parte del Equipo de Barrios y Villas Populares de la Argentina, subrayó la importancia de hacer una “distinción” al respecto. “Hay un programa de Naciones Unidas (PNUD), que es para asistencia alimentaria” -dijo- que “se mantiene en Cáritas Argentina y las iglesias evangélicas pero se discontinuó –o en la mayoría de los casos– se interrumpió en los comedores de los movimientos populares partiendo del preconcepto de que hay corrupción en todos esos lugares, algo con lo cual yo no estoy de acuerdo”.
Sobre la cuestión Carrara coincidió en que “los comedores y todos los espacios hagan sus rendiciones y reciban sus supervisiones” y que ese requisito “tiene que ser para todos igual”. Sin embargo el arzobispo admitió que como consecuencia de la decisión gubernamental “a nivel país, hay muchos espacios que daban de comer que ya no lo están haciendo y eso también afecta a la organización comunitaria porque en torno a esos comedores se genera vida comunitaria”. A modo de testimonio Carrara agregó en la entrevista radial que “conozco experiencias directas de comedores comunitarios que no son de la Iglesia Católica sino que surgieron de grupos de vecinos y vecinas que, en los momentos de mayor crisis, trabajan esencialmente por lo alimentario”.
Para el obispo, que por experiencia directa es un conocedor idóneo de los problemas que afrontan los barrios populares, “cuando esa crisis baja, afloja, y las familias empiezan a tener trabajo y ya no necesitan tanto del comedor comunitario, esos mismos espacios ya constituidos como una pequeña comunidad viran su trabajo hacia apoyos escolares, o se animan a emprender un centro de primera infancia o incluso logran interactuar con jóvenes que tienen problemas con consumos y están en calle. Y no solo les dan de comer sino que trabajan para que salgan de la calle; estoy pensando en experiencias que conozco”.
Argumentó el arzobispo platense que “fortalecer la vida comunitaria es muy importante porque (…) fortalecer los comedores no es para que permanezcan para siempre pero sí para que después esa comunidad vaya atendiendo otros problemas”.
En su entrevista con Radio Provincia el arzobispo explicó que apenas asumió su tarea en La Plata solicitó un listado de los barrios populares en la arquidiócesis, en el entendido de que “se define barrio popular a un mínimo de doce familias viviendo en un lugar y no tienen la tenencia de la tierra, o sea, no tienen escritura, con nula o muy deficiente accesibilidad a los servicios básicos (agua, electricidad segura, cloacas y otros)”. Como resultado de ese pedido se conformó un “listado que tiene unas cinco páginas, es decir: hay un montón de barrios populares, formados por 30 familias, 50 familias, 250 familias. Cuando los sumamos forman una cantidad importante. Allí viven sobre todo niños, niñas y adolescentes. ¿Qué necesita un chiquito, una chiquita, un adolescente? Además del calor y del cariño de su familia, necesita una escuela cerca, un club, un espacio donde desplegar sus potencialidades; los jóvenes necesitan un primer trabajo. Esta también es una realidad de la arquidiócesis de La Plata en los cinco municipios que la integran (Ensenada, Berisso, Punta Indio, Magdalena y La Plata)”.
Y respecto de su vinculación con las autoridades provinciales y municipales, Carrarra admitió que todavía no mantuvo reuniones formales pero “sí he recibido el saludo y cercanía; incluso el gobernador de la provincia de Buenos Aires y algunos intendentes, entre ellos, el de la ciudad de La Plata, que estuvieron presentes el día que iniciamos el jubileo acá en la arquidiócesis que coincidió con el inicio de mi servicio pastoral. Yo no he tenido tiempo porque he priorizado mi diálogo con los sacerdotes de la arquidiócesis que es –lo que me parece que en principio– a lo que tengo que dedicarle más tiempo. Después iré mechando con los otros encuentros que también son importantes” finalizó diciendo.