La tele del verano ya no es ni siquiera frívola ni tampoco liviana, como lo era en otros tiempos. Si en el pasado la temporada estival servía para poner en pausa las programaciones habituales y acompañar a los televidentes en sus vacaciones con una agenda bajas calorías, la temporada 2025 inaugura un nuevo estadio: el de la pantalla en piloto automático. Signo de la crisis que atraviesa la industria en la era Milei, con la caída del consumo masivo y la consecuente baja en la pauta publicitaria, la pantalla chica argentina hasta cortó con una de sus costumbres más arraigadas: se acabaron las mudanzas de los programas a la Costa Atlántica. Sin presupuesto y con la sostenida caída de audiencia, la TV abierta apela a un único recurso para soportar la caliente realidad: las repeticiones de ciclos de ayer y hoy.

Sin programas haciendo la temporada en alguna localidad de la Costa Atlántica argentina, la TV abierta resiste el verano aferrándose al viejo y más económico recurso de los cronistas todoterreno deambulando por las playas para entrevistar a algún artista que se está presentando en alguna sala de teatro, hacer un relevamiento de precios o simplemente charlar con los privilegiados veraneantes de este 2025. El notero multifunción se las ingenia para -micrófono en mano- llenar minutos y minutos de aire con lo que produzca previamente y también encuentre en su camino. 

El colmo de esa pobreza -en la que muchos no son siquiera enviados especiales sino los mismos corresponsales de cada lugar- es el andar de "Robertito" (Roberto Funes Ugarte) en LN+, que muestra el glamour y la obscenidad de la gente bien de Punta del Este con una transmisión satelital de baja calidad que pixela una y otra vez el brillo que se pretende mostrar. La ñata contra el vidrio de “La robertineta”, tal como se titula el segmento diario.

La otra cara de la cobertura de la temporada veraniega la muestran algunos canales de streaming, que con otro nivel de producción trasladaron sus programaciones a la Costa Atlántica. Así, Olga TV transmite toda su programación desde un estudio montado en un parador sobre la playa del sur de Mar Del Plata, con eventos y shows multitudinarios incluidos, ocupando el lugar que en otros tiempos le correspondía a la TV abierta. Algo similar sucede con Luzu TV, que mudó dos de sus programas de verano (Patria y familia y Un Churrito) a Pinamar, en una apuesta playera acorde a la audiencia que los sigue. Una constatación: los canales de streaming argentinos ocupan el lugar de cercanía estival que la TV abierta deja vacante. Signo de los tiempos.

En épocas de vacas flacas, entonces, la TV abierta recurre el viejo y casi nunca exitoso truco de las repeticiones de programas. Y el verano 2025 no es la excepción: se desempolvaron ciclos de todas las épocas y géneros. Incluso, hasta se repiten programas que se emitieron semanas atrás, como hace Telefe con Bake off famosos, cuya edición que terminó el 16 de diciembre pasado comenzó a ponerse al aire inmediatamente después de haber consagrado a Cande Molfese como la mejor chef amateur famosa del año. Toda una rareza que se repita un reality y mucho más que se lo haga a la semana siguiente de haber finalizado. Cosas de esta televisión low cost.

No es el único programa que repite el canal líder de la TV Argentina desde hace 13 años de manera ininterrumpida. El Chavo del 8 y El chapulín colorado también volvieron a la TV abierta, los fines de semana por la mañana, tras el conflicto por los derechos de autor que había quitado por unos años a las creaciones de Roberto Gomez Bolaños de la Argentina. Además, Telefe está repitiendo viejos programas de Escape perfecto, el ciclo de entretenimientos con Iván de Pineda, y de Los Simpson, en su clásico maratón de los sábados.

Francella, a contramano de los tiempos.

Sin embargo, ninguno de estos ciclos ya emitidos causó tanto revuelo como la decisión de desempolvar Poné a Francella. Con la excusa de cumplir 35 años de vida, Telefe repuso el ciclo de sketches humorísticos que se estrenó en la pantalla chica allá por 2001. Sin tener en cuenta lo demodé de su humor, con sketches como el de “La nena”, en el que la pedofilia del personaje que interpreta Guillermo Francella sobrevuela con un tono jocoso que está -como mínimo- fuera de época. Una decisión a contramano del andar de la sociedad y de la legislación, alejada hasta del concepto de “pantalla familiar” con la que alguna vez se asoció al canal, pero que las autoridades de Telefe sostienen sin importarles el revuelo que causó su reposición. En sus tres emisiones hasta el momento, la repetición midió 5,8 puntos en su estreno, 5,9 en su segundo envío y cayó a 4 puntos el último sábado.

Otra pantalla que no se queda atrás es la de El Trece, que viene perdiendo audiencia año tras año y ya no pelea por el liderazgo de la TV argentina. Ya sin la tradición de emitir el programa de Mirtha Legrand desde Mar del Plata, en el canal del Grupo Clarín esta semana se dio una situación que marca la pauta del andar de su programación: el miércoles pasado el ciclo más visto de la emisora fue la repetición por enésima vez de El Zorro, la creación de la década del '50 del siglo pasado y de tan solo 82 episodios, que midió al mediodía 5,1 puntos, superando a los noticieros El trece y a Los 8 escalones en el prime time. Inoxidable. Y no es todo: el canal repuso (a las 16.30) viejos episodios de MDQ para todo el mundo, el simpático programa de los hermanos Weinbaum recorriendo rarezas por distintos lugares del globo.

En la apagada TV Pública, la cosa no va mejor. Entre los programas de chimentos que forman parte de su programación (Estamos en una y el ahora fuera de aire Buenas tardes con Denise), se intercalan distintos ciclos ya emitidos en otras pantallas públicas y hasta repeticiones de lo que pasó la noche anterior en los festivales musicales de todo el país con Lo mejor de Se siente argentina. Sin embargo, el absurdo o la mayor perversidad de la pantalla estatal libertaria es la reposición los sábados a la mañana de Los siete locos, el programa cultural de Cristina Mucci que la misma gestión levantó ni bien se hizo cargo de la TV Pública. Creer o reventar, la TV del verano da para todo.

El Zorro, clásico.