Donald Trump y el presidente chino, Xi Jinping, hablaron por teléfono este viernes, tres días antes de que el próximo mandatario de Estados Unidos vuelva a la Casa Blanca, y prometieron adoptar un enfoque positivo para mejorar las relaciones bilaterales. En la campaña electoral, Trump amenazó a China y otros socios comerciales de Estados Unidos con fuertes aranceles, pero también dijo que estaba abierto a las conversaciones con Xi, un líder al que admira abiertamente desde hace mucho tiempo.
Xi señaló durante la conversación que es "natural que haya algunos desacuerdos entre dos grandes países con distintas realidades nacionales", pero defendió como crucial "respetar mutuamente los respectivos intereses vitales y preocupaciones transcendentales y encontrar una solución adecuada". El presidente de China pidió a Trump que aborde con "prudencia" la cuestión de Taiwán, que "concierne a la soberanía nacional y la integridad territorial de China", y defendió que las relaciones económicas y comerciales bilaterales son "en esencia mutuamente beneficiosas y de ganancias compartidas".
Trump quiere verse pronto con Xi
Por su parte Trump, según el comunicado oficial difundido por Beijing, agradeció a Xi su felicitación y "dijo que valora sus grandes relaciones" con el gobernante chino, con quien espera "seguir hablando y reunirse pronto". "Como los países más importantes del mundo, Estados Unidos y China deberían llevarse bien durante años y más allá y trabajar juntos por la paz mundial", manifestó el presidente electo estadounidense, quien poco antes había anunciado su conversación con Xi en una publicación en su red Truth Social.
El equipo de seguridad nacional configurado por Trump para su nueva administración ya estuvo en contacto con Beijing recientemente, pero esta llamada entre el líder chino y el presidente estadounidense supone su primera conversación directa en cuatro años. El contacto se produce apenas horas después de que China anunciara que será el vicepresidente del país, Han Zheng, quien asista en calidad de enviado especial a la ceremonia de toma de posesión de Trump, a pesar de que Xi había sido invitado al evento.
Además la conversación tiene lugar en medio de un intenso debate por la aplicación TikTok, que el próximo domingo podría verse obligada a suspender sus operaciones en EE.UU. después de que la Corte Suprema avalara este viernes una ley que considera que la empresa propietaria, la china ByteDance, reporta los datos de los usuarios a las autoridades del país asiático.
La amenaza de un arancel del 10 por ciento sobre los productos chinos, además de los ya existentes que datan del primer mandato de Trump, está impulsada por acusaciones de que China permite que los componentes químicos del fentanilo fluyan a México y Estados Unidos, donde la droga causa 70 mil muertes por sobredosis cada año. EE.UU. y China estudiaron en varias ocasiones diferentes mecanismos para reforzar la lucha contra el tráfico de esta droga.
El gabinete de Trump agita fantasmas
A pesar de la buena sintonía reflejada en la conversación entre ambos líderes, el inminente regreso de Trump a la Casa Blanca generó temores de que las tensiones bilaterales aumenten rápidamente. Esta semana Beijing criticó a Marco Rubio, el candidato de Trump a ocupar la Secretaría de Estado, por haber dicho que China es "el adversario casi más peligroso" al que Washington se haya enfrentado jamás.
"La parte estadounidense debe establecer una comprensión correcta de China, cesar los ataques injustificados y las campañas de desprestigio contra China", dijo el vocero del ministerio de Asuntos Exteriores, Guo Jiakun. En diciembre, Xi aseguró que China estaba dispuesta a entablar un diálogo y ampliar la cooperación con Estados Unidos, pero advirtió que una guerra comercial "no tendría ganadores".
En su discurso de despedida, el presidente saliente Joe Biden dijo que China "nunca superaría" a Estados Unidos, que seguiría siendo la superpotencia dominante del mundo. Biden agregó que Washington manejó adecuadamente sus complejos vínculos con Beijing y que la relación "nunca desembocó en un conflicto" en sus cuatro años como presidente.
Discurso en el interior del Capitolio
Trump anunció este viernes que su discurso de investidura del próximo lunes, junto con otros actos de su toma de posesión, se celebrarán en el interior del Capitolio, en lugar de en las escalinatas exteriores, debido a las bajas temperaturas previstas para ese día. "Ordené que el discurso de investidura, junto con las oraciones y otros discursos, se celebren en la rotonda del Capitolio de Estados Unidos, como hizo Ronald Reagan en 1985 también por el clima extremadamente frío", escribió en su red social, Truth Social.
"No quiero ver a nadie herido ni en peligro de ninguna manera", dijo el mandatario electo, quien recomendó a sus seguidores que, si deciden acudir a los actos que se celebrarán en el exterior, como el desfile desde el Capitolio hasta la Casa Blanca, lo hagan "bien abrigados". De esta forma, uno de los actos más importantes de la ceremonia, el discurso en el que el delineará su visión del país justo después de jurar el cargo, se celebrará en la rotonda del Capitolio, ubicada justo debajo de la cúpula del edificio, que conecta el Senado y la Cámara de Representantes y posee un gran valor simbólico.
Trump explicó que los líderes extranjeros invitados, entre los que figura el presidente Javier Milei, podrán presenciar el discurso también desde el interior del edificio. Mientras tanto, sus seguidores podrán seguir la alocución desde el estadio Capital One Arena, que se habilitará para la ocasión, donde planea acudir en persona y donde el día anterior prevé participar en un mitin similar a los de su campaña electoral, titulado "Make America Great Again Victory" (Hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande: victoria).