A pesar de la reinstauración del presentismo vestido con disfraz de premio a la asistencia perfecta y del descuento de los días de paro dispuestos por el Gobierno provincial, Santa Fe fue el año pasado unas de las cinco provincias argentinas en las que se dictaron menos días de clases en relación a 2023, según un informe comparativo elaborado por la Coalición por la Educación. 

De los 187 previstos en el calendario escolar hubo 177 días completos y parciales –como los denomina el informe-, lo que equivale a un cumplimiento del 89%, mientras que en 2023 fue del 92%, al dictarse 176 días de clases de los 189 previstos por el Ministerio de Educación.

Santa Fe tiene 388.054 alumnos y alumnas en al nivel primario, de acuerdo al informe de la Coalición por la Educación. Representa –en guarismos similares al total de la población del país- el 8,15 de los estudiantes de ese nivel en la Argentina, que son unos 4,7 millones.

En 2023 el Ministerio de Educación planificó 189 días de clases y hubo 13 jornadas “sin clases o paro con impacto de más del 50%”, de acuerdo al estudio comparativo de la Coalición. Así, se dictaron 176 días efectivos de clases, equivalente al 92,06% de cumplimiento total.

El año pasado, ya con Unidos al frente de la Casa Gris, Santa Fe planificó 187 días de clases para ese ciclo lectivo, de los cuales se dictaron efectivamente 171, al registrarse 16 jornadas “sin clases o paro con impacto de más del 50%”. De ese modo, el porcentaje de cumplimiento total descendió al 89,8%, de acuerdo al cuadro comparativo difundido por la Coalición por la Educación.

También estuvieron por debajo del 90% de cumplimiento las provincias de Río Negro, Neuquén, Misiones, Entre Ríos y Chubut. Con el total de días de clases previsto cumplieron San Luis, Santiago del Estero y Formosa.

La caída de ese guarismo en Santa Fe se produjo en un año en el que tanto el gobernador Maximiliano Pullaro como el titular de la cartera educativa, José Goity, se mostraron particularmente “duros” con la docencia sindicalizada.

Bajo el argumento narrativo de dar “debates incómodos” y eliminar lo que consideran “privilegios” –y las entidades gremiales reconocen como derechos-, el gobierno provincial reinstauró la política del presentismo docente, que había sido resistida en los años 90 durante la gestión de Carlos Reutemann. En esta ocasión, su implementación se produjo bajo el nombre de premio a la asistencia perfecta. Es decir, mediante la modalidad de “incentivo”.

En forma paralela, a partir de mayo del año pasado el gobernador Pullaro decidió descontar los días de huelga de las y los trabajadores de la educación, luego de 13 jornadas de paros por demanda de recomposición salarial en los primeros meses de 2024. “Son 13 los días de paro que han hecho los gremios vinculados a la educación en la provincia de Santa Fe. Por eso, entendemos que se ha cruzado un límite”, dijo entonces en rueda de prensa, al anunciar los descuentos.

Cinco en merma

El miembro de la Coalición por la Educación y referente de la ONG Argentinos por la educación, Gustavo Zórzoli, es rector del colegio Nacional Buenos Aires y docente de la UBA, dijo a Rosario/12 que “la mayoría de las jurisdicciones han mejorado su perfomance en relación con el cumplimiento de los días de clase”.

“Es más, cuatro de ellas en especial (Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego y Tucumán) han incrementado la cantidad de días de clase entre un 13% y un 35%. Sin embargo, unas cinco provincias han tenido una merma en este sentido, la que no superó en ningún caso el 6%”, detalló el referente.

-¿Cómo le fue a Santa Fe en ese objetivo?

-Entre esas 5 provincias está Santa Fe, que disminuyó -entre 2023 y 2024- esos días de clases en un 2,22%. En 2023 los días sin clase o paro con impacto superior al 50% fueron 13 y en 2024 17, lo que deja a la provincia con un cumplimiento superior al 90% en ambos ciclos lectivos, pero por debajo del 95%.

-¿Es importante, por sí solo, el cumplimiento de 190 días de clases -o los que cada provincia disponga- sin tener en cuenta otros aspectos del proceso educativo?

-Es sumamente importante que todo el sistema educativo asuma el compromiso de cumplir con los 190 días de clase. Porque que haya clase es la condición necesaria para que se den dos procesos indispensables: enseñanza y aprendizaje. Sin ello es imposible pensar en cualquier otro factor de impacto real sobre la educación de nuestros niños y jóvenes.

Un representante gremial de los trabajadores de la educación dijo a Rosario/12 que “en los últimos años viene siendo 175 y 180 días de clases, como ha sido históricamente”. Recordó que “esto de que empiezan las clases en febrero es para cumplir los famosos 190 días de clases, que nunca se van a cumplir en el sentido de ir a la mañana y dar clases, porque dentro de esos días se incluyen los periodos de recuperación y demás”.

Para el dirigente, “eso fue siempre una cosa para la tribuna, desde que lo implementaron en la época de (el ex ministro de Educación nacional, Daniel) Filmus, siempre fue para la tribuna”.

En relación al presentimos y el premio a la asistencia perfecta, Zórzoli respondió ante la consulta de este diario que considera esas políticas como una contribución positiva al objetivo del dictado de 190 días anuales de clases.

“Sin duda una política de incentivos es efectiva para mejorar el cumplimiento de esta meta. Por ejemplo, la provincia de Mendoza ha logrado reducir el ausentismo docente en la educación de gestión estatal e igualarlo al de la gestión privada mediante este mecanismo. Aunque a estas herramientas hay que complementarias con otras”, concluyó el especialista.