Con una sonrisa de oreja a oreja, Javier Milei posó -como está acostumbrado- con los pulgares para arriba. A su derecha también posó Kristalina Georgieva, titular del FMI, en lo que simbolizó una reunión a la cual el Gobierno argentino se acercó con un único pedido: más dólares.
La cumbre llegó un año después de la primera foto entre ambos, cuando se vieron por primera vez en Davos. Esta vez, el encuentro se dio en el Fairmont, el lujoso hotel de Washington, que el Estado argentino le abona a Javier Milei y su comitiva para estar presente en la asunción de Donald Trump. Y tras la reunión, Georgieva anticipó que en la próxima semana técnicos del Fondo llegarán a Buenos Aires para trabajar en un nuevo programa.
"Nos gustaría trabajar con rapidez en un nuevo programa y llevarlo a nuestro board. El impulso para nuevas formas es fuerte y es un buen momento para darle más viento a las velas de la Argentina”, expresó ante la prensa que estaba alojada en el hotel.
De lo que se pudo saber, Georgieva llegó al hotel junto a Luis Cubeddu, el funcionario del staff a cargo de las discusiones con el Gobierno argentino tras la salida de Rodrigo Valdés por expreso pedido de Javier Milei. En tanto, el Presidente estuvo acompañado por su principal ladera (su hermana Karina) junto al canciller Gerardo Werthein, Leonardo Madcur, representante de la Argentina en el directorio y exhombre clave de Sergio Massa. Como no podía ser de otra forma, también asistió Luis Caputo, el mismo que ideó el préstamo millonario con el Fondo que hoy día funciona como una espada de Damocles para la economía argentina.
La pregunta de los millones
Ante esos 44 mil millones de dólares de deuda, Milei sabe que sí o sí deberá postergar los pagos que había acordado Martín Guzmán. La mayoría de los pagos vencían en los próximos tres años. Pero es sabido -y dicho- que el Gobierno no solo pretende un roll over sino también que del Fondo lleguen fondos frescos que permitan sostener el tipo de cambio hasta las legislativas de octubre. Para ello tienen pensado jugar la carta de la simpatía entre el presidente libertario y quien será nuevo mandatario de Estados Unidos por los próximos cuatro años.
La gran pregunta que resta saber es si el Fondo -con el aval de Trump- habilitará la llegada de dólares que tanto precisan el tándem Milei-Caputo. Tal como explicó Mariano Gallegos hace unas semanas en este diario, para encontrar una posible respuesta hay que pensar en un plano mayor a un mero requerimiento contable. Porque está claro que Argentina no solo no tiene fondos para tomar nueva deuda sino tampoco para abonar los millones que adquirió Mauricio Macri con el consejo de Luis Caputo. Pero el organismo internacional no es un mero acreedor sino también es un instrumento para que EE.UU. pese fuerte en el tablero geopolítico. Y en ese plano, no solo la simpatía de ultraderecha puede torcer la llave sino que el menú de opciones que puede ofrecer La Libertad Avanza a Trump (desde recursos naturales a ser un contrapeso a los BRICS) hace creer que desde el Fondo puedan responder a la única súplica del Gobierno argentino: más dólares.