Usuarios y organizaciones de jubilados denuncian demoras de Pami para la entrega de audífonos en Rosario. Los damnificados reportan demoras que superan los seis meses que, en algunos casos, implica volver a iniciar el trámite por el vencimiento de las audiometrías y las órdenes médicas. A eso se le suma la falta de respuestas del organismo y de las empresas que trabajan con la obra social. Una situación similar se viene dando con la entrega de algunos medicamentos, luego de que el gobierno nacional restringiera el acceso la cobertura gratuita. “Lo que no se paga no llega. Son situaciones que genera la falta de partida de recursos necesarios”, evaluó Eugenio Semino, presidente de la Sociedad Iberoamericana de Gerontología y Geriatría (SIGG). “Cuando el ajuste impacta en Pami, después las repercusiones se ven en los servicios de salud pública, porque la gente acude a buscar las prestaciones que Pami deja de cubrir”, advirtió el concejal Leonardo Caruana.
Las demoras en las coberturas de Pami no son una novedad. Pero distintos usuarios denunciaron un agravamiento de esa situación a lo largo del último año, que deriva en un empeoramiento de la calidad de vida de los adultos mayores afiliados a esa obra social. Esa situación se viene dando con la entrega de audífonos. Para su solicitud los afiliados deben presentar una audiometría y la orden del médico correspondiente. Ese trámite suele avanzar con relativa normalidad hasta que las personas llegan a las empresas encargadas de entregar los audífonos, donde se encuentran, en mayor o menor medida, con las mismas respuestas: que no hay cupos, que en ese momento no están entregando, o que vuelvan a comunicarse más tarde.
“Las empresas te piden que te contactes por WhatsApp. Me comunique con una de las empresas por primera vez en octubre y me dijo que escriba en noviembre. Cuando lo hice en noviembre, me dijeron que estaban cubiertos hasta diciembre. En diciembre me fui directamente a una de las empresas y me atendieron muy mal. Me dijeron que lleve los papeles, pero que estaban con muchos turnos”, explicó Vanesa Amato, vecina de la ciudad que se encuentra tramitando un audífono para su madre, de 83 años. “Pedí explicaciones por las demoras, pero no las dan. No te dicen si son ellos los que no tienen el material o si el problema es de Pami”, relató.
Ante la negativa, Vanesa acudió a otra de las empresas donde también le explicaron que estaban saturados y le pidieron que se acerque en febrero, con los estudios correspondientes. Pero las demoras tienen un límite, que lo indica la fecha de vencimiento de la orden médica. “Para febrero se me vence la audiometría, la orden del médico y la derivación de la clínica. Lo que me dijeron en la parte social de Pami es que eso me lo tendrían que revalorizar. Pero si me guío por las respuestas que tuve hasta ahora, nada me garantiza que eso pase y tenga que empezar todo de cero”, lamentó.
Además de la situación particular que les toca vivir, lo que molesta en los usuarios es la falta de respuestas ante las consultas: “En Pami intenté hablar con la parte que se encarga de los audífonos, pero no tuvimos respuestas. Solo me dijeron que mi mamá, por su edad, debía tener prioridad. Pero no me respondieron si faltan oferentes para la entrega de audífonos, si llevan control sobre el retraso en la entrega, o si tienen una estadística sobre lo que demoramos las familias para acceder a esa prestación. La receta dura cinco meses y en ese lapso no conseguí ni turno y mucho menos un audífono para mi mamá”.
En total son cinco las empresas que figuran en la cartilla de Pami para poder tramitar los audífonos en Rosario: Auditron, Widex, Audimex, Amplitone y Audicenter. Rosario/12 se comunicó con las autoridades de Pami Rosario para consultar a qué respondían las demoras registradas por distintos afiliados, pero respondieron que no estaban autorizados a hacer declaraciones a la prensa. “Toda la comunicación viene de forma institucional desde la gerencia de comunicación de Buenos Aires”, se limitaron a decir.
Reclamo colectivo
Rosario/12 recopiló distintas situaciones como la de Vanesa que se repiten en algunos de los colectivos de jubilados que tiene la ciudad. Carlos Abruzzo, uno de los referentes del Frente de Jubilados en Lucha, comenzó a gestionar sus audífonos a mediados de 2023. “La audiometría que me hizo el médico dio que necesitaba audífono en ambos oídos. Fui a averiguar a los laboratorios que me mandó Pami y la mayoría no me daban turno e incluso muchos me decían que, si era de Pami, no te atendían. Pasaron seis meses y se me venció la orden y los estudios que me había hecho. Tuve que volver a hacer todos los trámites de cero”, recordó.
A principios de 2024, con los estudios renovados logró que un laboratorio le otorgue un turno para la realización de los audífonos, pero la consulta se concretó cinco meses más tarde. “En esa consulta, que fue en junio del año pasado en el laboratorio donde hacían el audífono, pregunté cuándo lo iba a poder tener. Lo que me dijeron es que iba a tener que esperar bastante porque recién estaban entregando los audífonos tramitados en 2023”, relató. La última información que tuvo al respecto es que sus audífonos podrían estar para abril de este año. Según comentó, casos similares se repiten entre personas que forman parte de la agrupación.
Luego de que el gobierno nacional anunciara restricciones para el acceso a la cobertura gratuita de medicamentos en diciembre pasado, desde el Plenario de Trabajadores Jubilados de Rosario vienen realizando manifestaciones frente a la sede de Pami en la ciudad. María Elena Molina, referente del colectivo, indicó que en esas concentraciones se acercan personas mayores que solicitan ayuda de distinto tipo. “Tenemos gente que no recibe el audífono, otros que reniegan con la asistencia médica, y muchos que tienen dificultades con la quita de medicamentos”, expresó y agregó: “Se están interrumpiendo tratamientos fundamentales por esta decisión del gobierno nacional que pone en riesgo la vida de los jubilados”.
Carmen, una mujer que forma parte del Plenario y pidió no revelar su verdadera identidad, atraviesa una situación angustiante. En noviembre fue a su farmacia de cabecera a retirar la insulina que se debe aplicar todos los días desde hace años para su tratamiento de diabetes, cuando se encontró con que la cobertura ya no corría por Pami. Lo mismo con las pastillas de la presión que debe tomar. Cuando se acercó al organismo reclamando por la ley nacional que regula el acceso la insulina y otros medicamentos para las personas con diabetes, le pidieron renovar el trámite y le pasaron el listado de posibles endocrinólogos a consultar. Con ninguno consiguió turno.
“Me tuve que hacer los análisis en forma personal porque me demoraban y yo necesito la insulina diariamente. Me salieron bastante caros. Salí del laboratorio y llevé los análisis directamente a Pami pensando que con eso ya era suficiente, pero me dijeron que faltaba que la endocrinóloga ponga en la planilla el análisis anterior”, explicó y añadió: “Yo recién tengo turno nuevamente en febrero. Doy gracias a Dios que la misma doctora que me atendió me regaló algunas lapiceras de insulina y, junto a algunas que me quedaban, puedo ir tirando hasta entonces. Pero hay otras personas que están pasando la misma situación y se tiene que resolver, porque la vida de uno depende de este medicamento”.
Las consecuencias del ajuste
Consultado por este medio, Eugenio Semino señaló que los trámites por audífonos “demoran una eternidad” cuando se tramitan por Pami. “Son siempre plazos muy largos. Lo que no se paga, no llega. Son situaciones que se generan por la falta de partidas y recursos necesarias”, explicó el abogado y agregó: “Hemos recibido consultas y registrado demoras que van desde los seis meses hasta un año. Esa falta repercute enormemente en la calidad de vida de los jubilados. Los cuadros depresivos por falta de audición son enormes”.
El presidente del SIGG también recordó que en 2023 parte de las demoras tenían que ver con que no entraban audífonos al país por los vaivenes económicos atados al tipo de cambio. Sin embargo, en 2024 eso no ocurrió y las demoras se acentuaron: “Lo que sigue pasando en Pami es que la partida de medicamentos es la que se lleva la parte grande y desfinancia al resto de las partidas, como la que se destina a audífonos. Y la industria del medicamento sigue siendo muy fuerte. En 2023, con una inflación de 211%, los medicamentos aumentaron un 300%. En 2024, que la inflación fue del 118%, los medicamentos aumentaron un 200%”.
En ese marco, Semino manifestó su preocupación por las consecuencias que empieza a generar el recorte en la cobertura de medicamentos gratuitos a los jubilados de Pami. “Las personas que cumplen con los requisitos planteados por Pami iniciaron el pedido y, un mes y medio después, no tienen resolución. Es decir, ni se los aceptaron ni se los rechazaron. Eso significa que hay tratamientos interrumpidos, o que no se pueden iniciar, porque ningún jubilado puede comprar el medicamento al 100%, más allá de que después le aseguren el reintegro. No llegan hoy con la guita”, evaluó.
Por eso, uno de los reclamos que se vienen impulsando –y que incluso fue planteado en la comisión de Salud del Congreso– es que la lógica sea la inversa: que se continúen con los tratamientos y, en caso de registrar irregularidades, se den de baja después. “Cuando un abuelo no puede comprar el medicamento deja de usar aquellos que tiene que ver con enfermedades asintomáticas. Pasa con la hipertensión, por ejemplo, donde el primer síntoma puede ser el último, como un infarto o un ACV. Esto es el desquicio de un sistema que termina siendo caro, ineficiente e ineficaz”, sostuvo.
Por su parte, el concejal rosarino Leonardo Caruana, consideró que la situación forma parte del ajuste impulsado desde Nación, que se vislumbra en el congelamiento del presupuesto desde hace dos años. “En Pami, esa situación repercute en recortes, en prolongación de listas de espera y en dificultades para el acceso a medicamentos y prótesis. Probablemente todo eso se siga profundizando”, evaluó el exsecretario de Salud pública de Rosario. Y advirtió: “Cuando el ajuste impacta en Pami, después las repercusiones se ven en los servicios de salud pública, porque la gente acude a buscar las prestaciones que Pami deja de cubrir. Y a la salud pública hoy no le sobra nada, todo lo contrario. Va a ser un impacto muy fuerte”.