Terminado el libro que más trabajo ha dado a este columna, cabe la confesión de que no es más que el resumen de muchos años de amor y defensa del río Paraná, fluir maravilloso que fue cuna y es orilla.
Disculparán quienes lean esto, pero este domingo esta columna no tiene tema único y excluyente porque confluye en este texto una ringlera de asuntos que merecen por lo menos enumeración, mientras est