Tras una larga lucha que comenzó su abuela, Nélida, y siguió él mismo, Miguel “Tano” Santucho pudo reencontrarse con su hermano, Daniel. Un año y medio después, contó por la 750 cómo sigue el vínculo y el trabajo que hubo detrás de este suceso.
A pesar del acento italiano, Miguel es argentino. Cuando tenía solamente un año, fue exiliado a Europa por la dictadura militar. Volvió por primera vez cuando tenía 10 años, cuando comenzó a conocer su identidad.
“Me enteré de que mi abuela era integrante de Abuelas y que buscaba a un hermano o hermana mía”, contó sobre aquel primer regreso a la Argentina, un viaje que le abrió los ojos y lo hizo volver cuando cumplió 17.
“Dejé un montón de amigos que sigo sosteniendo. Mi lazo con Italia es muy estrecho, más allá de toda la familia de mi vieja, que está allá”, contó Miguel, quien tras la muerte de Nélida se desempeña en la comisión directiva de Abuelas.
Y fue en esta lucha cuando, en 2023, pudo lograr lo que su abuela no: reencontrar a su hermano. “Ahora sé que mi hermano se llama Daniel. Lo sé hace poco más de un año. Él pudo recuperar su identidad con mucho coraje”, expresó.
“Desde hace un año y medio, a pesar de todo lo que está pasando en el país, tengo mucha alegría de haber conseguido el objetivo de toda una vida”, agregó, ante la pregunta de Víctor Hugo Morales.
Pero para Miguel fue un proceso difícil. “Por suerte mi hermano es una persona muy sensible que reaccionó de la mejor manera. Está feliz de haber encontrado a su familia”, contó.
Tras lo que añadió: “Fue duro, fue largo todo este camino. Ahora que sabemos la verdad, preferimos no mirar para atrás, sino mirar para adelante. Dejar la pena que nos puede dejar tantos años sin habernos visto viviendo a poco más de una hora el uno del otro”.
“Pensamos que es mejor disfrutar ahora que nos tenemos antes que pensar en todo lo que nos separaron”, sostuvo Miguel Santucho, a la par que sostuvo que su madre y su abuela fueron figuras centrales para que esto ocurriera.
Su madre, desaparecida durante la dictada, por haber llevado adelante el embarazo en cautiverio y hacer saber como pudo que Daniel había nacido. Su abuela, por la lucha que mantuvo de forma incesante.
“Después claramente ahí empieza otro gran trabajo. Logramos con Dani interactuar. Matcheamos, como se dice ahora. Nos encontramos muy bien, haciendo cosas juntos. Es lo que deseamos que les pase a todos los que tienen dudas”, finalizó.