Con consignas como "Vaciar es cerrar" y "Sin trabajadores no hay salud mental", comenzó el abrazo simbólico al Hospital Bonaparte, convocado por trabajadores, gremios y organizaciones sociales para exigir la reincorporación de 200 empleados despedidos y rechazar el vaciamiento de la institución, promovido por el Gobierno de Javier Milei.
La convocatoria se realiza desde las 17 en la puerta del hospital, ubicado en Combate de los Pozos 2133, donde decenas de personas están reunidas para decirle no al cierre de la institución y visibilizar el impacto de las medidas implementadas por el Ejecutivo.
“Invitamos a representantes de los hospitales y sectores en lucha por despidos, de la Secretaría de DDHH y Sitios de Memoria, organizaciones sindicales, sociales, de DDHH, políticas y de la cultura y a toda la comunidad”, expresaron los trabajadores en un comunicado de difusión del evento.
En total, entre médicos, psicólogos, terapistas y administrativos, fueron 1.400 despidos anunciados recientemente por el Ministerio de Salud, de los cuales 200 corresponden al Bonaparte, lo que equivale a la mitad de su planta laboral. Esto se suma a la pérdida de otros 100 trabajadores el año pasado.
Los trabajadores del hospital remarcan que la crisis que atraviesan es muy grave, no solo por el vaciamiento del centro y la perdida de puestos de trabajo, sino que también representa un ataque al derecho a la salud.
Debido a las decisiones del Gobierno, cientos de pacientes han tenido que suspender sus tratamientos, puesto que se han quedado sin profesional que los atienda. En ese sentido, remarcaron: “Este lunes, el abrazo al Bonaparte será una nueva oportunidad de exigir la reincorporación de los despedidos, la restitución de los servicios desmantelados y la defensa irrestricta de un sistema de salud público, accesible y de calidad para todos".
Cabe remarcar que la situación no es aislada, otros hospitales y organismos como el Sommer, el Posadas, el René Favaloro, el PAMI, el Instituto Nacional del Cáncer, la ANMAT y el Sedronar también sufrieron recortes por decisión del Gobierno. Es por ello que, este abrazo simbólico busca ser un gesto de resistencia colectiva frente a una de las crisis más profundas que atraviesa el sistema de salud pública en décadas.