Pese a que la legislación española se basa en el consentimiento, el juez lo obvió cuando tomó testimonio a Mouliaá. Casi desde el inicio, el magistrado planteó dudas sobre la versión de la denunciante —Mouliaá acusa a Errejón de "tres agresiones sexuales"— cuando esta aseguró que, durante una fiesta en un piso, el expolítico la llevó violentamente a una habitación, la desabrochó el sujetador y la tocó.
Hay muchos ejemplos de la falta de empatía del juez, pero esta pregunta a Mouliaá es muy reveladora: "Dice que se sacó el miembro viril. ¿Sabe usted para qué?".
Es más, con tono duro, incluso displicente, el juez Carretero quiso saber por qué Mouliaá "no paró" a Errejón cuando este la acosaba, por qué no le reprochó después su actitud y por qué tardó tres años en denunciar los hechos, ocurridos en septiembre de 2021.
"¿Pero le dijo que parara?", llegó a preguntarle en otro momento de la declaración el juez Carretero a Mouliaá. Nerviosa e incluso llorando, la actriz reiteró que dejó claro a Errejón que no quería que la besase ni tocase así. "Sí, sí... que estaba muy incómoda", contestó la denunciante visiblemente tensa.
El magistrado incluso llegó a espetar a la actriz: "¿No será que usted quería algo con ese señor, y al no corresponderle ese señor por eso ahora le denuncia, porque ese señor se ha reído de usted?".
Por último, el juez Carretero también preguntó de forma insistente a Mouliaá por qué no alertó a ninguna de las personas que estaban en la fiesta. "Podría habérselo dicho a sus amigos, podría simplemente haber dicho 'me quedo en la fiesta, contigo no voy a ninguna parte'. Es raro que no diga nada", le reprochó el juez a la actriz en un momento de su declaración.
La actitud del juez Carretero viene a demostrar que Irene Montero, exministra de Igualdad y principal impulsora de la ley de garantía integral de la libertad sexual, conocida como la ley del solo sí es sí, no iba muy desencaminada cuando en 2022 denunciaba el machismo de una parte de la judicatura española. Aquellas acusaciones sentaron muy mal no sólo a la cúpula judicial, sino a la derecha española, que emprendió una campaña de descrédito contra Montero.
"Hay una judicatura absolutamente pétrea al cambio de paradigma que trajo la ley del solo sí es sí al poner en el centro el consentimiento en perjuicio del sometimiento de la mujer. Tras ver el interrogatorio de Mouliaá es evidente que para este juez el paradigma no ha cambiado: para él solo vale la cultural patriarcal del sometimiento, en el que si no hay un no explícito desde el principio entonces hay un sí", explica María Naredo, jurista e investigadora española, especializada en derechos humanos y género, y exasesora del Ministerio de Igualdad, tras ver la declaración de Mouliaá.
Naredo lamenta que esta manera tan agresiva de interrogar a una presunta víctima de agresión sexual es bastante habitual en los tribunales : "Esto sucede a menudo con víctimas de violencia machista y sexual", explica. Naredo denuncia que en muchos casos las mujeres víctimas de una agresión sexual tienen que declarar en los tribunales ante "jueces sin formación, sin sensibilidad, sin conocimiento y sobrados de prejuicios".
Sin embargo, con Errejón la actitud del juez fue completamente distinta: es más, hay una cierta sensación de que orientó las respuestas del expolítico. "¿Usted la vio muy ebria, como dice ella?", preguntó el juez a Errejón. Errejón negó que la actriz hubiese bebido tanto como decía ella. "¿Pero ebria en absoluto; en todo momento sabía lo que hacía?", insistió el juez, aparentemente muy interesado en que Errejón confirmara que Mouliaá no estaba tan borracha.
En este sentido, esta experta en igualdad destaca la importancia que ha tenido la aprobación de la ley solo sí es sí para empatizar más con las víctimas y mejorar la formación de todos los actores jurídicos que intervienen en un caso de violencia sexual, aunque reconoce que aún queda un trecho por recorrer. "Con la nueva legislación se ha dado un paso adelante para que quienes trabajan con estas víctimas tengan una formación y logren entender todo lo que hay detrás de la violencia sexual. Los relatos de las víctimas no siempre son lineales, sino que trasladan emociones, sensaciones; muchas veces se quedan paralizadas... Todo eso hay que tenerlo en cuenta, pero no parece que haya ocurrido esto con Elisa Mouliaá".
Revictimizar a la víctima de violencia sexual
Por eso, Naredo y otras expertas también señalan que con su actitud, el juez Carretero vuelve a revictimizar a Mouliaá. "Lo que nos traslada esta filtración es una declaración devastadora y una actuación judicial muy revictimizante que puede desmotivar a otras víctimas a denunciar", advierte Naredo.
En la misma línea, se ha expresado Ana Redondo, ministra de Igualdad, en su cuenta de Twitter: "Este tipo de interrogatorio revictimiza a las mujeres y las aleja de la denuncia y de la protección. La LOGILS [ley del solo sí es sí] pone el consentimiento en el centro y ha cambiado el paradigma de valoración de las conductas machistas. El juez debe valorar las pruebas, no cuestionar a la víctima".
Una última pregunta queda en el alero: ¿La filtración de la declaración de Mouliaá y Errejón perjudica a la denunciante?. Naredo lo tiene claro: "A una víctima de violencia sexual o machista se le toma declaración, nunca se la interroga. En el caso de Elisa Mouliaá hemos visto un auténtico interrogatorio en el que el juez la ha perjudicado notablemente", concluye sin atisbo de duda.