Este lunes el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, asumió su segundo mandato al frente de la Casa Blanca, con un discurso que para el sociólogo Gabriel Puricelli no tuvo mayores sorpresas.

"Reiteró los tópicos de campaña, al igual que en la asunción de su presidencia anterior. Contravino este principio de la ciencia política clásica de que en la campaña se dicen determinadas cosas y cuando se gobierna se muestra una moderación respecto de las ideas que se plantearon. Trump no hizo eso en su primera presidencia, y ahora tampoco: después de una campaña más radicalizada arranca su segundo mandato con un discurso inaugural igual de radical", planteó el coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas en la 750.

Algunos de los tópicos que el 47º presidente de Estados Unidos mencionó durante la ceremonia realizada en el interior del Capitolio, en Washington, incluye la ratificación de posibles deportaciones masivas, el levantamiento de cualquier restricción contra el el fracking en suelo estadounidense y una reforma de la educación para sacarles los "contenidos antiestadounidenses". Todos temas que el dirigente republicano abordó en su campaña.

La tensión con México y Canadá

Por otra parte, consultado por los cruces que Trump mantuvo en los últimos meses con sus pares de de México, Claudia Scheinbaum, y Canadá, Justin Trudeau, Puricelli trazó una diferencia con la postura que el mandatario estadounidense adoptó durante su primer mandato. 

Claudia Scheinbaum demostró que está en alerta y con la mecha muy corta para dejarle pasar cosas a Donald Trump. En ese sentido arranca con un estilo distinto al de (el expresidente mexicano Andrés Manuel) López Obrador, que de alguna manera tuvo un vínculo bastante civilizado y poco tormentoso con Trump, ya que, no hay que olvidarlo, no solo adhiere a ciertas ideas de extrema derecha sino que dentro de su paquete ideológico hay una reinvindicación machista muy fuerte y un reconocimiento mutuo entre machos alfa", señaló el sociólogo.

"Eso, en la cabeza de Trump, hizo que la relación con México no fuera tan tensa en su primera presidencia. Pero las agresiones a México en esta campaña se han reiterado y no es la primera oportunidad en la que Scheinbaum responde de inmediato. Creo que hasta que eventualmente se acomode vamos a ver una relación bastante distinta de lo que fue en la primera presidencia", remarcó.

En esa línea, se refirió a la posible tensión creciente con Canadá: "Trump agregó un elemento que no estuvo tan presente en su campaña anterior, que es una política muy agresiva no solo hacia México sino también hacia Canadá, por el mismo motivo: acusa a los dos países de no colaborar para detener la inmigracion a los Estados Unidos. Y se aprovechó de una coyuntura particular en Canadá, con un primer ministro que está llegando al final de su presidencia, como es Justin Trudeau, y Trump abusó de esa situación para insultar a Canadá sugiriendo que debería ser una provincia de EE.UU.", recordó Puricelli en Escuchá Página/12.

"El tema de la relación bilateral se va a meter de forma muy fuerte en las elecciones de Canadá en los próximos meses. Lo estamos viendo en las internas del Partido Liberal de Trudeau, donde una de las candidatas a sucederlo, la ex viceprimer ministra Chrystia Freeland, plantea la necesidad de darle una respuesta fuerte a Trump, con términos que tienen un eco en las palabras de Scheinbaum. Es decir, hay dos mujeres de países vecinos contestándole a Trump en términos muy duros", expresó.

Milei, el fan

Por último, al referirse a la relación de Javier Milei con Trump, el coordinador del Programa de Política Internacional del Laboratorio de Políticas Públicas no se mostró tan seguro de que fuera a tener un impacto inmediato en nuestro país.

"Hay una diferencia con la relación de Trump con Mauricio Macri, donde había negocios conjuntos y se conocían de antes. La relación de Trump con Milei es entre un ídolo y un fan, y eso marca una relación distinta. Por otro lado, en lo que tiene que ver con el vínculo comercial, las visiones no podrían ser más distintas, con un Milei que fantasea con un acuerdo de Libre Comercio mientras Trump promete que va a poner los aranceles más altos de la historia de la humanidad. Con lo cual, un entendimiento bilateral en materia comercial se avizora muy difícil", enumeró Puricelli. 

Y agregó: "Hay otros aspectos que anuncia Trump que también pueden ser en lo inmediato problemáticos para la Argentina, no solo por las tarifas sino también porque la política que anuncia Trump implica un súper dólar, es decir un dólar que va a valer mucho más que todas las monedas del mundo, en un momento en que el peso está apreciado con respecto del dólar. Con lo cual, uno de los efectos mediatos puede ser una pérdida adicional de competitividad en la economía argentina".