Cartoon Marica en las redes sociales, La Tini en la vida real. Es una ilustradora trans que vive en La Plata y se define como una nostálgica en clave cuir. Sus dibujos se viralizan constantemente en las redes y han sido compartidos y festejados por artistas como Lali, Emilia, María Becerra, Nathy Peluso, Miranda, Cristian Castro y hasta Paris Hilton.

Oriunda de San Martín de los Andes, se fue a vivir a La Plata de muy joven y fue ahí donde dice que volvió a nacer. “Cuando llegué, pude hacerme un montón de preguntas que me llevaron a transicionar y habitar mi identidad. Me di el permiso, el lujo de poder desenterrar eso que pensé que tenía que estar enterrado toda mi vida”, dice.

Durante su infancia fue bastante introvertida, tenía miedo de ser tildada de “rara” y se encerraba a dibujar. Fue su abuela la que le traspasó la pasión por las artes plásticas y la observación como herramienta principal para su oficio. Su camino siempre fue autodidacta, aunque estudió cine en La Universidad Nacional de La Plata y muchas de las herramientas que hoy pone en juego a la hora de ilustrar las aprendió allí. La lectura se la inculcó su abuelo, que coleccionaba las revistas de Condorito y le regalaba las historietas de Mafalda y Maitena.

Cartoon Marica, su página, comenzó en la pandemia. “Yo estaba aburrida, vivía sola y tenía que trabajar sin parar. Así que se me ocurrió volver a ese viejo amor que era el dibujo para mí. La pandemia llegó para darme ese tiempo que necesitaba y encontrarle la vuelta a esto que me hacía bien”, reflexiona.


La estética de Cartoon Marica es vintage y recuerda a “Susy, secretos del corazón” y a los cómics norteamericanos de los sesenta y setenta como Archie, Casper y las chicas de Harvey Cómic. Historietas donde estaba presente la familia sonriente y ordenada, donde el padre era proveedor y la madre ama de casa. O en el caso de “Susy…”, historias de mujeres violentadas por galanes en pos del “amor romántico”. Su propuesta fue volver al pasado y mostrar la otra parte de la foto, aquello que no tenía lugar en la cultura y que como no se mostraba, parecía no existir. “En los momentos donde fueron ilustrados esos cómics, nuestra comunidad no tenía visibilidad. Por eso empecé dibujando superhéroes queer. Se contaron miles de historias, pero en ninguna de ellas estábamos nosotrxs protagonizándolas explícitamente. Fue a partir de ese momento que me propuse la tarea de retratarnos y crear una ilusión de historia impresa cargada de nostalgia, de un pasado en donde siempre existimos por fuera de los relatos porque lo que no se dibuja, no existe", dice esta ilustradora con características de archivista que piensa que la nostalgia tiene que perder su tinte negativo y que hay que hacer un esfuerzo por reconstruir una nostalgia feliz. “Es una palabra con un peso triste. Pero yo trato de llevarla con alegría. Soy de esas personas que siente que la vida pasa muy rápido y creo que es necesario frenar para ver lo bello y poder apreciarlo. Mirar atrás y valorar las cosas que supimos conseguir. Me parece potente reconocer que somos nuestro pasado también”, dice.

Es por eso que en su página busca darle lugar a asuntos que tengan que ver con los derechos humanos. “Nuestra militancia nos define también. Nos lleva a ser quienes somos. Hoy todo pareciera que pende de un hilo y me parece importante darle lugar a esa nostalgia combativa desde la herramienta que tengo que es el dibujo”, dice.

En el mes de junio de 2022, se autopublicó su primer fanzine, Antología Vol.1, donde recopiló varias de sus obras. En el 2023 publicó junto a Barbara Di'rocco el libro infantil "Ramona, la Patona" bajo la editorial Chirimbote. Colaboró a principios del 2024 en el fanzine del Archivo de la Memoria Trans "La Abuela y la Travesti", donde se relata la historia de una abuela que marcha por sus familiares desaparecidos y una travesti que sufrió en carne propia el peso de la dictadura cívico militar.

“Las redes sociales me acercaron a mucha gente y espacios de lucha. Yo difundo lo que otras militantes y activistas han hecho por nosotros. Los derechos que tenemos no vinieron solos. Hay mucha gente que dejó la vida por ellos y es necesario honrarles”, dice.

A las ferias, donde vende sus cuadros, lleva siempre retratos de Lohana Berkins y Diana Sacayán, activistas que hicieron mucho por el colectivo travesti trans y conversa con quien se acerque sobre quienes fueron y por qué lucharon. Es la forma que esta artista encontró para que la historia no solo se cuente sino que también se vea.

En las redes se la encuentra como @cartoonmarica.