La salud mental se encuentra en el ojo de la tormenta de un modelo libertario de la crueldad. La discusión vuelve siempre a su centro: ¿Cuáles son las vidas que le importan al ‘equilibrio fiscal’ y cuáles son descarte?

El Hospital Nac. de Salud Mental 'Lic. Laura Bonaparte' quedó casi inoperativo tras los 200 despidos efectuados el pasado miércoles y un recorte de $700 millones en su presupuesto. Son más de mil las personas LGBT+, incluida Sofía Castro Riglos, única sobreviviente de los lesbicidios de Barracas las que se atienden en la institución signada además por un teje histórico con organizaciones como El Gondolín y el Bachillerato Popular TTNB Mocha Celis.

La salud mental como campo de batalla biopolítica se expresa hoy en un ataque despiadado a una institución modelo de salud mental como lo es el Bonaparte. Al atravesar la mirada individualista de la disciplina, es decir, que no solo aborda aquello como un problema de la psiquis, mente, ánimos, biografías o patologías individuales nos encontramos con su dimensión colectiva: es donde pueden entenderse los rastros de un mundo que golpea sobre los cuerpos, donde se están haciendo visibles los efectos de una vida invivible.

Laura Bonaparte con Lohana Berkins


Para Sofía Guggiari, psicoterapeuta y escritora, "hay síntomas muy actuales, trastornos propios de la época, que parece que están siendo el campo donde las fuerzas de lo político se están expresando. Como si la disputa se hubiera retirado del campo público y se hubiera corrido al campo anímico. La politización del malestar lo que trae es una pregunta por si escuchar nuestros estados de ánimo, nuestros síntomas y nuestros afectos, no es un modo también de preguntarnos por la vida que queremos vivir"

Es allí donde el Hospital Nacional en Red Lic. Laura Bonaparte se vuelve insignia. Es el único hospital nacional de salud mental dependiente del Estado en AMBA donde se desarrollan tareas de prevención, tratamiento y rehabilitación de salud mental y adicciones con una mirada integral de la salud, voluntad política de inclusión, perspectiva territorial y prácticas sociales comunitarias. Es decir: respetan los derechos humanos, trabajan junto a la comunidad, salvan vidas de todas las maneras posibles abarcando su complejidad.

Laura Bonaparte con la CHA


“Me acerqué al hospital porque aceptaban mis pronombres. Vengo una vez por semana porque me quiero morir, por todo lo que duele ver como mis amigos sufren porque no saben cuando van a comer” contaba Tuki, une usuarie del Hospital Bonaparte que tomaba la palabra en la asamblea de la Columna Mostri frente a más de 100 personas LGBT+ el domingo 6 de Octubre durante las jornadas de resistencia de lxs trabajadorxs.

El Bonaparte mantuvo históricamente un vínculo con la comunidad LGBT+, comenzando por la identidad de quien le da nombre a la institución. Laura Bonaparte, Madre de Plaza de Mayo LF, fue una de las profesionales de la salud mental pioneras en antipsiquiatría, quien además conjugaba como líneas básicas de su militancia, el feminismo y los DDHH. Laura tuvo una alianza muy estrecha con la incipiente militancia LGBT+ de los 80’ participando desde 1993 en las Marchas del Orgullo de Argentina y llegando a encadenarse junto a un centenar de travestis en repudio al brutal ataque policial contra Nadia Echazú.

El legado Bonaparte

Cecilia Caraguezión, es médica generalista y jefa del Servicio de Medicina General del Hospital, entre todas las anécdotas destaca la importancia de alojar en la misma institución otro tipo de cuidados y puntualiza: “El vínculo histórico de la comunidad arranca sobre todo con la historia de mujeres trans y travestis que empiezan a circular el hospital, más que nada vinculado a cuestiones de salud mental y consumos problemáticos. Desde ese lugar se empieza a generar un espacio de referencia, espacios grupales para laburo terapéutico en cuestiones de salud mental y con la incorporación del servicio de salud integral y medicina general se incorpora la pata clínica en la posibilidad de atención.”

Durante más de 15 años la institución se ocupó de trabajar profundamente la interdisciplinariedad y la territorialidad así como también de crear dispositivos que permitan generar un puente para que personas LGBT+ por primera vez accedan a la salud.

Previo al 2010 la agrupación Putos Peronistas comienza a articular con el Hospital. Diana Aravena, Presidenta de la Cooperativa La Paquito cuenta: “Nos comunicamos con la directora porque teníamos un problema de consumo muy grande en la comunidad y nos mandaron un consultorio a Constitución, ahí hicimos una jornada de salud para las compañeras, para revisarlas, para hacerles estudios y se empezó a romper un poco la creencia de que muchos médicos no nos veían como sujetos de derecho. Fue muy importante conocer ahí cómo atendían a las compañeras”

Otra de las huellas fundamentales para el Bonaparte es la de Diana Sacayán, nombre que lleva hoy su auditorio principal. Diana era usuaria del hospital y durante el juicio por el travesticidio la institución forma parte activa al entregar historias clínicas y posicionarse. En la misma época además, el hospital publica la primera investigación que analiza la relación entre la población transfemenina y los tratamientos por consumo problemático y a partir de eso es que se empieza a generar el vínculo con El Gondolín y el Bachillerato Popular Travesti, Trans y No Binarie Mocha Celis.

Sofía Castro Riglos, la única sobreviviente de la masacre de Barracas, asiste al Bonaparte, y son sus profesionales los que la acompañaron luego de perder a su pareja y amigas y de haber recibido un ataque de odio por parte de quien la prendió fuego. Hoy Sofía, pelea por el Bonaparte, por ella y por un equipo que supo sostenerla cuando no quedaba nada.

Al calor de La ley de Salud Mental, el Hospital Lic. Laura Bonaparte se transformó en tierra fértil donde germinaron preguntas, prácticas y construcciones que hicieron evidente la potencia de preguntar: “¿Por qué me siento tan mal?”, poder levantar la mirada y que haya unx otrx. El Bonaparte demostró cómo una estructura de cuidado puede ser sostenida por el Estado y su comunidad y cómo es que se forja un derecho entre tantas necesidades.

Como si develaran en los ataques liberales las propias fortalezas, ese caldo de cultivo y experimentación, esa pregunta latente por las vidas vivibles, por la salud para todes, esa resiliencia de atravesar el dolor y aferrarse a la vida, es hoy la lucha por el Hospital en red Lic. Laura Bonaparte. El que lleva el nombre de una Madre de Plaza de Mayo.