El dirigente del Movimiento Popular La Dignidad, Rafael Klejzer, contó por la 750 cómo se vive en Cisjordania —una de las dos regiones que conforman el Estado de Palestina— el reciente acuerdo entre Israel y Hamás tras 15 meses de dura guerra en la zona.
El dirigente afirmó que la iniciativa del viaje surgió cuando las noticias de los acuerdos en Medio Oriente comenzaron a trascender: “Frente a los acuerdos decidimos venir y ser testigos de lo que es la política colonial en la región que significa Israel”.
“Y lo que es un Gobierno de extrema-derecha que se pelea entre ellos a ver quién es más de derecha”, añadió al mismo tiempo que agregó que “el problema es que tienen de rehenes a los palestinos, en este caso a Gaza”.
“Donde desde el 7 de octubre plantearon una ofensiva militar como muy pocas veces en la historia se ha dado. De los dos lados hubo rehenes. Porque las personas detenidas por Israel estaban sin juicio, sin sentencias. El Estado toma de rehenes sin juicio previo. Tienen una situación de apartheid”, denunció.
Cabe recordar en el acuerdo Hamás se comprometió a liberar 33 rehenes israelíes, incluidas todas las mujeres, niños y hombres mayores de 50 años, mientras que Israel liberará a 30 detenidos palestinos por cada rehén civil y a 50 por cada militar.
Esto, dijo Klejzer, se vivió en Cisjordania con “mucha alegría”. “Hubo mucha festividad en la calle a partir de la liberación de presas. Y fue un ataque permanente por parte de las colonias”.
Explicó rápidamente: “Cisjordania tiene puntos de entrada. Es como cuando tenés que presentar un documento para poder entrar. Todos esos accesos han sido cerrados por los colonos israelíes y entraron. Prendieron fuego casas, cultivos, autos, porque la gente estaba en la calle celebrando la liberación de sus hijos”.
“Hay no solo una política oficial, sino que estos colonos, que representan a un sector político, han avanzado violentamente más allá del permiso del Estado. Hay una situación muy complicada”, añadió.
Es más, dijo que en este mismo momento, está retenido ahí: “Hoy no puedo salir de Cisjordania. Esto es un gueto. Una cárcel a cielo abierto. No hay ni bienes ni servicios. Tienen una situación muy dependiente y hay al mismo tiempo una ofensiva”.
Esto, se lamentó, tiene serias consecuencias entre los más jóvenes: “Hablé con muchos jóvenes, estoy con varios traductores, y me dicen que no quieren más política, que quieren ser de Hamas”.
“Esto habla de un optimismo en la lucha armada y no en las negociaciones. Por el otro lado, otro joven me dijo que antes del 7O venían haciendo un esfuerzo grande para ponerse de acuerdo entre jóvenes y discutir un futuro mejor como estados vecinos. Dos visiones de la política”, finalizó.