En diciembre de 2001 el país vivió la peor crisis económica y social de su historia reciente. La sociedad se encontraba devastada y todos sus actores pugnaban por salir adelante. Un caso paradigmático, sin dudas, fue la recuperación productiva de empresas en quiebra gracias a la inclaudicable lucha de sus trabajadores, quienes lograron reconstruir el tejido de los lazos sociales y del ejercicio de los derechos ciudadanos.

En ese marco, una investigación del Centro de Investigaciones y Estudios del Trabajo de la Facultad de Ciencia Política y RRII de la Universidad Nacional de Rosario (CIET‑UNR) se propuso analizar las distintas formas de organización y gestión de las empresas recuperadas del sur de la provincia de Santa Fe. Para ello, el trabajo evaluó su caracterización como tecnologías de innovación generadas a partir de los saberes colectivos de los trabajadores.

"Estos casos constituyeron un proceso de reconstrucción de ciudadanía, comenzando con la búsqueda de reconocimiento y enfrentando la difícil tarea de concientizar a la sociedad de la justicia del reclamo. A los trabajadores les permitió alcanzar un lugar de legitimidad en el imaginario social no sólo en nuestra sociedad, sino también en otros países como modelos a estudiar y replicar, logrando un efecto multiplicador", reflexionó María de los Ángeles Di Capua, directora del proyecto de investigación.

La investigadora, docente de las carreras de Comunicación Social y de Ciencia Política, explica que en primer lugar se indagó el proceso que rodeó la conformación de estas experiencias, "con sus contradicciones internas, los factores favorecedores de sus prácticas autogestivas, los obstáculos que la inserción en un mercado capitalista implicaba para una organización del trabajo no asalariada".

En todos los casos estudiados se pudo identificar cómo cada trabajador tuvo que llevar adelante distintas acciones tendientes al reconocimiento de sus derechos a través de diversas etapas que aparecían como un recorrido regular y compartido por las distintas experiencias: la búsqueda de visibilidad política y la concientización social; la ocupación y reapertura de la fábrica, con todas las dificultades que enfrentaban (jurídicas, económicas, de legitimación política), y finalmente el aprendizaje que en su mutua interacción emprendieron para constituirse como sujetos políticos colectivos organizados en federaciones, movimientos y agrupaciones.

"Superada la fragilidad inicial y frente a un escenario político y social que redefinió un nuevo patrón de intervención asociado a políticas públicas inclusivas y de ampliación de los derechos ciudadanos" -conceptualizó Di Capua-, en 2013, la investigación centró su interés en la problematización de las formas de organización y de gestión en su etapa de consolidación.

En este nuevo contexto, el estudio constató cambios en la escala productiva de algunas empresas, permitiéndoles a los investigadores "jugar" con la hipótesis de que estas empresas se verían obligadas a revisar su organización y gestión, particularmente en relación a la fuerza de trabajo.

"Integramos como una dimensión de análisis la intersección entre la puesta en marcha de aquellas tecnologías y las respuestas del Estado desde las políticas públicas para el sector. Desde esta perspectiva, reflexionamos sobre la dimensión política que subyacía en esos procesos marcando la agenda estatal y con ello posibilitando u obstaculizando, la capacidad multiplicadora de las empresas recuperadas como fortalecimiento del sector de la economía solidaria", sostuvo Di Capua. Sin embargo, la llegada del nuevo gobierno nacional en diciembre de 2015 significó un giro de 180 grados para la investigación. Es así como en 2016 el estudio viró su enfoque, centrándose en cómo las empresas podrían lograr reposicionarse en un contexto totalmente desfavorable para su continuidad.

"Las empresas que veníamos siguiendo desde el 2002 se encontraban en plena etapa de consolidación en 2015, momento en el cual se vieron severamente afectadas por el cambio de escenario económico, social y político, caracterizado por la alta inflación, aumento de tarifas de servicios, devaluación, apertura de importaciones y retracción del consumo", analizó la profesora universitaria.

Esa circunstancia confrontó al grupo de investigación a la necesidad de indagar las estrategias de resistencia y/o superación que pusieron en marcha, no ya en vistas a la continuidad de su crecimiento sino a su supervivencia, amenazada por tales medidas.

En opinión de Di Capua, es necesario encontrar "una forma certera" de modificar el rumbo del actual modelo económico y político, puesto que el escenario "se vuelve cada vez más acuciante para la continuidad de estas experiencias", no sólo "por las restricciones económicas sino por la tendencia represiva con la que el gobierno encara cualquier tipo de demanda social".

 

* Integrante de la Dirección de Comunicación de la Ciencia de la UNR