En Francia, la justicia decidió absolver este martes a una activista ecologista que en junio del año pasado pegó un cartel sobre el cristal que protege el cuadro "Coquelicots" del famoso artista Claude Monet en el museo de Orsay, en París. El objetivo de la acción fue denunciar la promoción de parte del Gobierno del cambio climático.
La mujer había sido acusada de haber colocado un cartel rojo de unos 50 centímetros de largo sobre la reconocida pintura de una escena campestre de amapolas. Además de pegar esa imagen, de un paisaje apocalíptico, la implicada había adherido también su mano a la pared junto al cuadro del pintor impresionista.
En tanto, durante la audiencia ante el tribunal de París que se había celebrado el pasado noviembre, la joven militante del movimiento Riposte Alimentaire aseguró que era consciente de que había un cristal sobre el cuadro, y que de lo contrario, no habría llevado a cabo esa "acción de resistencia civil".
En tanto, este martes, la Justicia decidió su absolución. "Una condena penal habría constituido una injerencia desproporcionada en el ejercicio del derecho a la libertad de expresión de mi clienta", explicó el abogado de la militante, Yves Patouillard.
El museo de Orsay, que se constituyó como parte civil, estimó que aquel accionar ecologista costó unos 27.788 euros (unos 28.860 dólares) por el trabajo que supuso retirar el cartel del cristal protector y por el cierre temporal de la exposición.
La justicia ya había condenado en 2023 a la activista a una pena de dos meses de prisión, con suspensión de pena, y a un curso de educación ciudadana por hechos similares.
Las pinturas de Monet ya habían sufrido un atentado en oportunidades anteriores. En 2023, el Museo Nacional de Estocolmo, en Suecia, denunció que "El jardín del artista en Giverny" había sido atacado por unos militantes ecologistas que habían adherido sus manos con pegamento al cristal protector que resguardaba la obra para criticar la situación sanitaria ese país causada por la pérdida de humedales.
En tanto, otro grupo de ambientalistas lanzó meses antes puré de papas sobre una de las pinturas de Monet en el Museo Barberini de Postdam, en Alemania.
Pero no fueron esos los únicos atentados a obras de arte. En los últimos años, varios activistas ecologistas llevaron a cabo acciones contra obras maestras —pegado de manos, lanzamiento de sopas o puré, etc— para alertar de la emergencia climática y otras cuestiones vinculadas a hechos sociales. La sucesión de episodios llevó a que numerosas galerías y museos entraran en alerta y reforzaran las medidas de seguridad de sus instituciones.