Disuelto Invisible, Luis Alberto armó Banda Spinetta, su primer intento pleno de jazz-rock. Durante el período que duró, los músicos fueron varios. La primera formación, la que debutó el 8 de enero de 1977 en el club Kimberley de Mar del Plata 20 días antes de la salida de Animals, de Pink Floyd, la integraban Diego Rapoport, en teclas; “Machi” Rufino, ex Invisible, en bajo y Osvaldo López, en batería. Fue la que grabó el disco propio que más amaba el “Flaco”. A 18' del sol, pues, el de “Canción para los días de la vida” –que venía de la inconclusa ópera de Almendra-, “Viejas mascarillas” y la bella “Toda la vida tiene música, hoy”. Ninguno de los músicos que integran hoy la banda de nombre epónimo fue parte de aquel. Pero sí Luis Cerávolo reemplazó en batería a Osvaldo López para las presentaciones del disco en vivo, en abril de 1978. Y Guille Arrom, si bien no fue parte de la agrupación del “Flaco” durante aquellos años, sí lo hizo en el hiato extraordinario que atravesó Luis entre fines de la década del ochenta, y principios de la del noventa. El de los extraordinarios Téster de Violencia, Don Lucero, Exactas y Pelusón of Milk, los cuatro discos en que Arrom descolló con su viola eléctrica.
Vienen ambos músicos al caso, porque forman parte de la remozada agrupación que no solo versionó en un nuevo trabajo aquel disco señero en la sinergia entre jazz, lirismo y rock, sino que lleva su nombre –casi- como nombre, y hará honor a él este jueves, cuando lo presente en vivo en BeBop (Uriarte 1658). Completada actualmente por Álvaro Torres, que reemplazó a Andrés Beeuwsaert en teclados; “Pato” Resico en lugar de “Machi” Rufino, bajista en el disco original y en el revisitado; y el recientemente incorporado Dhani Ferrón en voz y guitarra acústica, A 18` -así se llama el grupo, en verdad- tiene la firme intención de recrear no solo las piezas del disco evocado, sino también temas inéditos que son muchos en la cosecha Spinetta (“Ixtlán” y “Tanino”, por caso) y clásicos del tipo “Ludmila” y “Seguir viviendo sin tu amor”.
“La incorporación de Dhani suma mucho, porque es un músico multifacético, canta maravillosamente, y toca bajo y guitarra, además de conocer los acordes exactos de todos los temas”, resalta Arrom, posado en la flamante incorporación. “Tal cual” -tercia Cerávolo- “Dhani es un gran cantante que además conoce mucho la obra de Spinetta. Su aporte con la voz y la guitarra acústica suma mucho al grupo”.
Ferrón llega entonces para entremeterse en las piezas del remozado A 18' del sol que, según Arrom, la banda intervino bastante. No solo por la presencia de los invitados a su (re)grabación (el Cóndor de la Bersuit, Nahuel Pennisi, Hugo Fattoruso, Silvia Aramayo y Lula Bertoldi), sino por el propósito de servirlo en copa nueva. “Teníamos que hacer un disco diferente, original”, acentúa Cerávolo. “Por eso, hicimos versiones con ideas rítmicas más actuales, y cambiamos algunas estructuras haciéndolas menos complejas y respetando las melodías. El solo de Hugo Fattoruso en `Toda la vida tiene música, hoy`, por ejemplo, es hermoso” determina el batero, y vuelve Arrom: “Otra variación es que en `A 18 minutos del sol` -el tema- modificamos el compás de los solos. Mientras el original está en siete cuartos y en los solos pasa a cuatro cuartos, nosotros lo mantenemos en siete”, grafica el guitarrista, para quien el disco revisado fue puerta de entrada primera a la música del “Flaco”. “Si bien mis hermanos escuchaban Almendra, Pescado Rabioso e Invisible, mis gustos eran mucho más jazzeros, por eso este disco me introdujo en su obra –señala Arrom-. Cuando empecé a tocar con Luis, él tenía 36 años y una energía maravillosa de la cual aprendí muchísimo”.
-¿Cuál es tu tema preferido de A 18 minutos del sol?
Guille Arrom: -“Canción para los días de la vida”.
-¿Y la más compleja de recrear?
G.A: -“Viejas mascarillas”.
-¿Para vos, Luis?
Luis Cerávolo: -La que más me gusta del disco es “La Eternidad Imaginaria". Y la más compleja, la epónima. Recuerdo, porque viene al caso, que Machi nos contó una vez que Luis había hecho público en más de una oportunidad que A 18 minutos del sol era el mejor disco que había grabado. Claramente a Luis le gustaba mucho. Pero, si bien es un disco impresionante, no creo que un disco de Luis pueda ser considerado el mejor de todos. Tiene muchos discos muy buenos.
Cuando se integró a la Banda Spinetta, Cerávolo venía de tocar con Astor Piazzolla en Europa y admite que Luis “lo salvó” aquella vez, porque no encontraba un proyecto que estuviera a la altura de lo que había vivido con el creador de “Tres minutos con la realidad”. “Me sentía un poco acabado, deprimido”, recuerda. “Hasta que una noche estaba tocando en un club de jazz y aparecieron Machi y Spinetta, se quedaron todo el show y, cuando terminé de tocar, Luis me propuso entrar a la banda. Era justo lo que necesitaba, y por supuesto recuperé el entusiasmo al toque. Disfruté muchísimo de tocar y de estar con Luis. Era un tipo genial, generoso, cariñoso, muy divertido. Fuimos muy amigos, nos queríamos mucho. Tocar con Luis fue tocar una música tremenda en estadios y teatros con un público impresionante. Cada concierto era un evento importante, muy emotivo”.
-¿Algún pasaje memorable de entonces?
L.C: -Muchos. Uno que recuerdo ahora es cuando viajamos con Luis a Nueva York en el 79` para firmar el contrato de Only Love Can Sustain. Estuvimos tres semanas juntos, recorriendo calles, lugares, comprando instrumentos, yendo a clubes de jazz y hasta fuimos a un recital de Grateful Dead que fue algo descomunal. Y verlo con Luis fue todavía más descomunal.