Tras la asunción de Donald Trump, el sociólogo, periodista y colaborador de Página/12 Jorge Elbaum analizó el discurso del presidente estadounidense, junto a la participación de Elon Musk en el escenario y el panorama global en el que se inserta el segundo mandato del republicano.
"Lo primero que se ve en el discurso de ayer es megalomanía, un nivel de violencia muy fuerte en una ecuación vinculada a una reacción conservadora en términos culturales, misógina, homofóbica, transfóbica y contra la ciencia", comenzó Elbaum en diálogo con la 750.
El escenario para Trump es complejo. Por un lado, los BRICS (Rusia, China, India, Brasil y Sudáfrica) crecen y Estados Unidos decrece en relación a ellos. Entre India y China representan el 30 por ciento de la humanidad, un mercado muy grande con el que no pueden competir y que supera en su conjunto al PBI del Grupo de los Siete (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos).
En un orden mundial en reconfiguración, en el que Rusia se impone frente a la OTAN y China lleva la delantera en la batalla comercial, económica y científico tecnológica, Trump promete reindustrializar Estados Unidos en un momento en el que las cadenas de valor están distribuidas y ninguna corporación americana piensa en relocalizarse.
"Veo una clara evidencia de megalomanía típica de algunos actores que están corriendo de atrás, se sienten disminuidos y quieren vengarse del estado en el que se encuentran. De ahí el famoso emblema de Donald Trump: 'Hagamos a América grande de nuevo'", continuó Elbaum, entrevistado por Gustavo Campana.
El destino manifiesto para ser la locomotora del mundo, un concepto histórico fundacional de Estados Unidos, tiene un rol fundamental en la construcción del M.A.G.A., ya que proviene de los primeros inmigrantes protestantes que, perseguidos en Europa, consideraron a Estados Unidos como la tierra prometida.
"Hay una continuidad imperial heredada del Reino Unido, de una creencia supremacista. De hecho todos los informes o análisis sobre el nazismo ponen en evidencia que las primeras leyes raciales aprobadas en Nuremberg en 1935 y 1936 son copiadas de las leyes racistas de Estados Unidos del siglo XIX en relación a los afrodescendientes", explicó el sociólogo y analista internacional.
Hijo del Apartheid
De ahí que la participación de Elon Musk en el gabinete de Trump no sea coincidencia. El magnate es hijo de millonarios sudafricanos que se dedicaban a la extracción de diamantes con explotación de población negra y que se fueron a Estados Unidos con el triunfo electoral del partido del Congreso Africano de Nelson Mandela, en 1994.
"Esos sectores son supremacistas blancos, los bóer sobre todo, descendientes de holandeses e ingleses, que tenían un componente muy fuerte que es indudablemente compatible con el nazismo", explicó Elbaum, quien se refirió al polémico saludo fascista del dueño de Tesla durante el acto de este lunes.
"Sea una coreografía pensada o un lapsus, es lo mismo, se les escapa aquellos que son", concluyó.