El gobernador santafesino Maximiliano Pullaro recibió este martes en Rosario a sus pares de la Región Centro, el cordobés Martín Llaryora, y el entrerriano Rogelio Frigerio, en un encuentro que tuvo como fin dejar un mensaje el gobierno nacional: que baje las retenciones al campo. Los gobernadores alertaron que el sector atraviesa una crisis impulsada por la suba de costos, la baja de los precios internacionales y las dificultades climáticas, que sumado a una fuerte presión impositiva generan un combo muy dañino para los productores. “Entendemos que en función de la baja de impuestos a la que se ha comprometido el presidente, el próximo impuesto tiene que estar directamente asociado al campo. Tienen que ser las malditas retenciones”, cuestionó Pullaro. Además, los gobernadores acordaron que todo lo que las provincias recauden por el impuesto inmobiliario rural se vuelque a infraestructura para el agro y adelantaron la conformación de una mesa de emergencia con entidades del campo. “Desde Buenos Aires tienen que dimensionar que si no se toman medidas urgentes, el campo se va a fundir”, advirtió el gobenador de Santa Fe.
La primera reunión de trabajo del 2025 por parte de la Región Centro tuvo lugar durante la mañana, en la Sede de Gobierno de Rosario. Media hora después del mediodía, los tres gobernadores brindaron una conferencia de prensa donde anunciaron las definiciones tomadas y analizaron la situación que atraviesa el campo. Del encuentro también participaron los ministros de Desarrollo Productivo, Gustavo Puccini; de Economía, Pablo Olivares; y de Gobierno e Innovación Pública, Fabián Bastia, junto a funcionarios de las carteras económicas y productivas de otras provincias. También estuvo presente la representante de la Región Centro por Santa Fe, Claudia Giaccone.
El pedido para que el gobierno baje las retenciones fue explícito y repetido por los tres gobernadores, aunque de forma prudente y evitando polemizar con Nación. A lo largo de sus discursos los mandatarios reconocieron su acompañamiento a la decisión del gobierno de reducir el déficit fiscal y de bajar las cargas impositivas, repetido desde el inicio de la gestión de Javier Milei. Por eso, ahora sostienen que es momento de darles soluciones al campo en un contexto complejo. Ese panorama también fue advertido la semana pasada por las agrupaciones que conforman la Mesa de Enlace, que reclamaron una reunión con el ministro de Economía, Luis Caputo, para pedirle aflojar la presión impositiva. Desde la Región Centro se acoplaron a esa demanda.
“Nosotros estamos de acuerdo con la baja impositiva que va llevando adelante el gobierno nacional y estamos de acuerdo con sostener el equilibrio fiscal. Lo hemos hecho en las tres provincias que nos toca representar. Entendemos que en función de la baja de impuestos a la que se ha comprometido el presidente, el próximo impuesto tiene que estar asociado directamente al campo. Tienen que ser las malditas retenciones”, evaluó Pullaro. “El campo en este momento realmente no puede más. Desde Buenos Aires tienen que dimensionar que si no se toman medidas urgentes, el campo se va a fundir. Eso va a traer un impacto negativo para cada una de nuestras provincias, que son las que más producen en la Argentina”, añadió.
Un reciente informe de la Bolsa de Comercio de Rosario marca que las principales cadenas de granos aportaron 5.350 millones de dólares por retenciones durante el 2024. La cifra significó un 75% más de aporte que en 2023 y representó el 80% de la recaudación total por derechos de exportación del año pasado. Durante la conferencia, Pullaro fue más allá: sostuvo que en los últimos seis años la provincia de Santa Fe aportó por retenciones lo equivalente al valor de 22 mil cosechadoras y 150 mil tractores. En concreto, son recursos que fueron al gobierno nacional y ahora piden que se queden en las manos de los productores.
En esa misma línea, Pullaro remarcó que la presión impositiva de las provincias es baja: durante 2024 la provincia recaudó 14 millones de dólares, mientras que se destinaron alrededor de 350 millones de dólares en políticas destinadas al sector. “Invertimos 22 veces más de lo que entró en la provincia. Con lo cual, no nos pueden decir a nosotros que el problema de la presión fiscal tiene que ver con los tributos provinciales”, expresó y agregó: “En cada una de estas tres provincias, todo recurso que venga del inmobiliario rural, que es el único tributo que estamos cobrando al campo, se va a volcar el 100% a infraestructura rural”.
“Que no haya ninguna otra prioridad”
A su turno, Frigerio profundizó sobre los motivos que hoy explican la crisis del campo: una presión impositiva alta, precios internacionales a la baja, costos de producción en dólares cada vez más elevados y una situación climática adversa, principalmente por la sequía que arrastra el campo. “Lo que se planteó en la reunión tiene que ver con pedirle al gobierno nacional que analice de manera urgente la posibilidad de reducir la presión impositiva de los derechos de exportación al sector agropecuario. Que no haya ninguna otra prioridad que no sea aliviar impositivamente al sector”, sostuvo el gobernador de Entre Ríos.
El mandatario provincial también adelantó que a la brevedad convocarán a los representantes de las distintas entidades del campo y a los trabajadores rurales. “Queremos conformar una mesa que monitoree permanentemente, en medio esta crisis, la situación del sector agropecuario”, expresó y agregó: “Somos provincias agropecuarias y vamos a defender a nuestro principal factor de desarrollo y empleo en cualquier circunstancia. Lo hicimos al principio de nuestras gestiones cuando la Ley Bases pretendía de manera equivocada incrementar los derechos de exportación al sector agropecuario y lo vamos a seguir haciendo cada vez que el campo así lo necesite”.
En tanto, Llaryora consideró que las retenciones “siempre fueron un mal impuesto” y advirtió que si no se toman medidas urgentes, el sector puede sufrir un colapso: “Queremos que bajen las retenciones para que ese dinero quede en manos de los productores y así poder volver a sembrar y salir de esta situación tan difícil que tienen. Ese dinero se mueve en cada uno de nuestros pueblos. Nuestros productores no ponen la plata en las Islas Caimán, la ponen en cada una de nuestras regiones. Gobernar es generar trabajo y no podemos hacerlo si ahogan a la producción. En la Región Centro nadie quiere vivir de un subsidio, todos quieren vivir de un buen empleo”.
Por último, el mandatario cordobés insistió en que los productores hoy no tienen cómo cubrirse ante esta situación y alertó que si se funde el campo, todo el país va a sufrir las consecuencias. “Claramente hay que tomar medidas. En cada una de nuestras provincias no hay forma de bajar aún más la presión tributaria. Es la hora del campo. Hay que reaccionar antes que sea tarde y es la alerta que nosotros queremos dar”, sostuvo y añadió: “Tenemos que entender que el campo ha ayudado todos estos años a la Argentina, pero hoy las condiciones internacionales, climáticas y financieras hacen que el campo no pueda más”.