La gestión de los residuos y el impacto ambiental de los basurales a cielo abierto se mantiene como un problema vigente en el territorio bonaerense aunque, a partir de la creación del Ministerio de Ambiente en 2022, empezó a abordarse el tema de manera integral, previendo también la posibilidad de transformar los desechos en una fuente de trabajo para vecinos de los distritos afectados.

Uno de los proyectos más ambiciosos en ese sentido se iba a desarrollar sobre la Ruta 11 en la localidad de General Madariaga, pero quedó trunco con la llegada al Gobierno nacional de la administración liberal libertaria. La propuesta no es menor, dado que involucra a otros cinco municipios de la región.

Se trata del Centro Ambiental de Madariaga, que se puso en marcha en 2021 de manera conjunta entre el Ministerio de Ambiente de la Provincia, el ex Ministerio de Ambiente de la Nación y los municipios costeros para la gestión sustentable de residuos y el saneamiento de basurales a cielo abierto.

La ministra de Ambiente bonaerense, Daniela Vilar, se reunió por esto en los últimos días con el intendente de General Madariaga, el radical Esteban Santoro, con el fin de evaluar el estado de situación dado que el proyecto quedó frenado de manera total, aunque la intención de la Provincia es poder continuar.

“Todo el proyecto estaba listo y aprobado, incluso el financiamiento. Junto al ex Ministerio de Ambiente de la Nación gestionamos un crédito con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que nos aprobó un presupuesto aproximado de 15 millones de dólares, un costo que de otra manera sería imposible de afrontar para la Provincia”, señaló la funcionaria en diálogo con Buenos Aires/12.

El proyecto, en concreto, contempla la construcción de seis plantas de separación y transferencia distribuidas en el sudeste de la provincia, como así también la construcción de un relleno sanitario regional en General Madariaga para que también dispongan las ciudades vecinas de Villa Gesell, Pinamar, General Lavalle, La Costa, Mar Chiquita y localidades de Pirán, Coronel Vidal y Santa Clara del Mar.

Además, incluye la puesta en marcha de plantas de transferencia en Coronel Vidal y un centro ambiental con transferencia y planta de separación en Santa Clara, ambos en el partido de Mar Chiquita.

Una de las claves de la importancia de la iniciativa radica en que los municipios costeros salvaguardan ecosistemas clave de la provincia, ya que ostentan una gran riqueza en biodiversidad, humedales y dunas, fundamentales para las reservas de agua dulce.

A ello se agrega que se trata de una región muy sensible, dado que se ve afectada por la amenaza latente de la erosión costera y el aumento del nivel del mar, producto de la crisis climática. No es menos importante que se trata, también, de una zona que cada año recibe a millones de turistas, generando una importante actividad económica para esos municipios.

Por caso, desde la Municipalidad de General Madariaga enfatizaron en que "el cambio de gestión a nivel nacional paralizó la misma y, desde ese momento, tanto el Municipio como la Provincia han estado gestionando para que la misma se desarrolle desde la órbita provincial, pero a pesar de conseguirlo, se necesita de la aprobación de Nación la cual aún no ha llegado".

Un gobierno negacionista del cambio climático

La realización del proyecto y la gestión del crédito llevó meses, hasta que alcanzaron todos los vistos buenos para comenzar con las obras y desde Nación debía iniciarse la licitación, hasta que la administración nacional actual frenó todo este proceso.

“Este proyecto impactaría no solo en una mejor gestión ambiental, sino también social y con inclusión laboral. Queremos darle una verdadera infraestructura al espacio de trabajo de las y los recuperadores urbanos que se ocupan de brindar un servicio público ambiental que merece ser mejor reconocido”, añadió Vilar.

A lo largo del año pasado, la ministra y su gabinete mantuvieron reuniones con las autoridades de la nueva Subsecretaría de Ambiente de Nación con el fin de dar continuidad a este proyecto, pero todos los intentos se vieron frustrados.

“Esto se condice con la postura explícitamente negacionista del cambio climático del Gobierno nacional, que nos está trabando avanzar en la ejecución del proyecto”, sentenció la ministra.

Es que el de General Madariaga no es el único con trabas, dado que en una situación similar se encuentra el saneamiento del basural a cielo abierto de Luján, que además es el más grande del país; el ecoparque de Chascomús, los Centros de disposición final en General Alvarado y un Centro Ambiental en Tornquist.

“Todas estas obras contaban con financiamiento del BID e iban a brindar una respuesta fundamental para la gestión de residuos en al menos 13 municipios. Lamentablemente, no obtuvimos más respuesta del gobierno nacional y esas operaciones se encuentran totalmente frenadas”, dice Vilar.

Vale recordar que en la provincia de Buenos Aires se generan más de 20 mil toneladas de residuos por día, que muchas veces no son tratados de manera adecuada y, de los 135 municipios, 80 disponen sus residuos en basurales a cielo abierto.

Con ese panorama, la cartera ambiental puso en marcha políticas de promoción ambiental, separación en origen y recolección diferenciada con clasificación y valorización de reciclables y el saneamiento de basurales. Por eso, solo en 2024 se invirtieron más de 10 mil millones de pesos en la adquisición de bienes y servicios destinados al fortalecimiento de la Gestión Integral e Inclusiva de Residuos Sólidos Urbanos de los gobiernos municipales de la provincia.