El papa Francisco explicó este miércoles que, durante su llamada diaria a la parroquia de la Sagrada Familia en Gaza, cuyo párroco es el sacerdote argentino Gabriel Romanelli, el clérigo le transmitió que los gazatíes "están contentos" debido a la tregua en la región, que ya lleva cuatro días en vigor. Romanelli consideró que el alto el fuego es "un soplo de esperanza en una Gaza totalmente destruida", y que ahora "la gente empieza a pensar cómo reconstruir sus casas, cómo reanudar sus vidas, pero la incertidumbre persiste".
Durante la audiencia general, Francisco contó: "Ayer llamé, como todos los días, a la parroquia de Gaza. Estaban contentos. Son 600 personas, entre la parroquia y la escuela. Y me dijeron: 'Hoy hemos comido lentejas con pollo', algo a lo que no estaban acostumbrados estos días". El papa pidió además "rezar por Gaza, por la paz allí y en tantas otras partes del mundo".
Tras el rezo del ángelus el domingo pasado, el papa agradeció el acuerdo de alto el fuego en el enclave y exhortó a la comunidad internacional a trabajar por una "solución justa" de dos Estados que favorezca la reconciliación entre Israel y Palestina. "La guerra siempre es una derrota, no lo olviden. ¿Y quién gana con las guerras? Los fabricantes de armas. Por favor, recemos por la paz", insistió Francisco.
El día del anuncio, Jorge Bergoglio expresó su gratitud para los mediadores, quienes hicieron posible el cese de hostilidades tras 15 meses de conflicto. "Espero que lo acordado sea respetado de inmediato por las partes y que todos los rehenes puedan finalmente regresar a casa para abrazar a sus seres queridos. Rezo mucho por ellos y por sus familias", agregó el papa.
"El inicio de la paz"
Romanelli, párroco de la única iglesia católica en Gaza, expresó la mezcla de esperanza y alegría que mostraron los locales ante la implementación del alto el fuego, al que calificó como el "inicio de un camino de paz", permitiendo que el silencio regrese sin violencia y que lleguen alimentos frescos a la región.
"Algunos miembros de la comunidad salieron del monasterio para ver cómo estaban sus casas o lo que quedaba de ellas. Algunos descubrieron que sus hogares estaban completamente destruidos, mientras que otros aún no han encontrado sus viviendas o ni siquiera reconocen los barrios en los que vivían", relató Romanelli sobre el día en que se anunció la tregua.
De todas formas "la gente está contenta, aunque sabe que esta tregua no es la paz. Esperamos que sea el comienzo de un camino hacia la paz, una nueva etapa en Tierra Santa, y una reconciliación justa entre palestinos e israelíes", afirmó el sacerdote argentino en declaraciones a medios del Vaticano, acompañado de su sacerdote vicario, el gazatí Youssef Assad.
Romanelli explicó que lo primero que notaron los habitantes con la tregua fue "un silencio absoluto", tras el cese del constante ruido de disparos, armas y drones. Además destacó que por primera vez en mucho tiempo, sus parroquianos habían podido disfrutar de frutas y verduras frescas, enviadas a sus casas por el Patriarcado Latino de Jerusalén.
"La tregua no es la paz, pero es un primer paso hacia ella", señaló el párroco, quien apuntó que la implementación de esta primera fase del acuerdo no vendrá sin dificultades, debido a la escasez de productos básicos como agua, combustible y alimentos. "Las dificultades son evidentes, pero también lo son la esperanza y la resistencia", concluyó Romanelli.
Sin embargo, el misionero lamentó que "hay muchos cargamentos de ayuda en la frontera que no han podido llegar, y algunos alimentos ya se han echado a perder". Ante esta situación, algunos voluntarios se organizaron para distribuir la ayuda entre las familias de la parroquia y los barrios más empobrecidos de Gaza.
Romanelli recordó que el papa Francisco les dijo: "Estoy feliz de que haya paz en Gaza", durante una de sus llamadas, las cuales sostienen todos los días a las 20 horas locales, para mantenerlo al tanto del estado de la congregación. "Estamos llenos de esperanza y trabajamos para reconstruir nuestro futuro", dijo por su parte Youssef, quien afirmó que la comunidad sigue centrada en construir una vida digna y un futuro mejor, a pesar del sufrimiento.