El ministro de Economía, Luis Caputo, encabeza esta semana las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional para cerrar un acuerdo que permita recibir dólares frescos para abrir los controles cambiarios. El ministro no viajó a Davos y se quedó en Argentina, donde llegó esta semana una comitiva técnica del FMI. El gobierno apuesta por recibir más de 11 mil millones de dólares.

El nuevo acuerdo con el Fondo tiene entre sus objetivos refinanciar los 44.000 millones de dólares que Argentina aún adeuda al organismos y obtener un nuevo crédito para recomprar deuda del Banco Central. Según explicó el presidente Javier Milei, este mecanismo no implicará un aumento de la deuda consolidada, sino un cambio de acreedor: el Tesoro Nacional asumirá el compromiso con el FMI en lugar de mantenerlo con el Banco Central.

Si bien el mercado considera que la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos permitirá acelerar el acuerdo entre Argentina y el Fondo, el organismo de crédito tiene ciertos reparos con el país. El FMI insiste en que la liberación de los controles cambiarios y la flotación del peso son claves de un programa económico. Se busca atar la entrega de nuevos fondos a que se cumplan estas condiciones.

En el equipo económico tienen un manejo de las intervenciones en los dólares financieros que no cierra con las lógicas del Fondo. En los primeros quince días de diciembre, el Banco Central utilizó 619 millones de dólares para contener el precio del dólar, según reveló el vicepresidente de la entidad, Vladimir Werning, durante una disertación en Londres. 

Cristian Buteler, economista especializado en política monetaria, advirtió que "la intervención del Banco Central se utiliza principalmente para bajar el dólar y no para mantener la base monetaria estable". Según su análisis, el nivel actual de intervención es el más alto desde el relanzamiento del programa de estabilización.

El levantamiento de los controles es una promesa central del gobierno de Javier Milei, pero depende en gran medida de la capacidad de cerrar un acuerdo sólido con el FMI. Mientras tanto, el equipo económico apunta a sostener el tipo de cambio, que entre los inversores empieza a plantearse que se encuentra ultra apreciado. 

Caputo y su decisión de permanecer en Buenos Aires priorizando las negociaciones con el FMI en lugar de asistir al Foro Económico Mundial en Davos, apunta a mostrar al mercado que estas negociaciones son prioridad del gobierno.