“En agosto de 1981 tenía preparada la maleta para hacer mi quinta visita a Panamá cuando recibí por teléfono la noticia de la muerte del general Omar Torrijos Herrera, mi amigo y anfitrión. La avioneta en que viajaba rumbo a una casa de su propiedad en Coclesito, en las montañas de Panamá, había caído sin dejar sobrevivientes. Pocos días más tarde oí la voz de su guardaespaldas, el sargento José de Jesús Martínez, alias Chuchu, ex profesor de filosofía marxista en la Universidad de Panamá, profesor de matemática y poeta, que me dijo:

 - Había una bomba en el avión. Sé que había una bomba en el avión, pero no puedo decirle por teléfono por qué lo sé.” 

Así comienza el libro “Descubriendo al General Torrijos. Historia de un compromiso”, en el que Graham Greene relata sus andanzas en Panamá desde el año 1976 cuando trabó una gran amistad con el General Torrijos y “Chuchu”, su colaborador de mayor confianza

El libro editado en 1984 es muy interesante para conocer más íntimamente la personalidad de Torrijos, su pensamiento político y su forma de conducción. 

Muestra también cómo vivió el líder panameño la intensa negociación con los gobiernos de Ford y Carter que llevaron a la firma de los tratados de 1977, por los cuales Panamá recuperó en forma pacífica el control del Canal. 

Greene fue testigo directo de la firma del tratado de 1977. Torrijos le había pedido que fuera parte de la delegación panameña y le entregó un pasaporte diplomático para asistir a la ceremonia: “Éramos un grupo heterogéneo, sin contarme a mí mismo y a García Márquez. En el grupo figuraba con mayores honores quizá que nosotros, la madre de un estudiante muerto por los infantes de marina en la revuelta de 1964”

La principal avenida de ciudad de Panamá se llama hoy “Avenida de los Mártires “en honor a los 18 jóvenes panameños que murieron en ese año por la represión de las tropas yanquis cuando grupos estudiantiles intentaron hacer flamear la bandera panameña en la zona ocupada. 

Como en toda negociación, aún más tratándose de una entre el país más poderoso de la tierra y uno de los más pequeños, ninguna de las partes consiguió todo lo que ambicionaba. 

Torrijos mismo no estaba nada conforme con lo obtenido en un principio (las bases norteamericanas que tenían más de 10.000 efectivos continuaban en su lugar hasta el año 2000 por ejemplo). Sus enemigos internos tanto por derecha como por izquierda aprovecharon para atacarlo. 

Según Greene, Torrijos le dijo sobre este tema y sobre su reforma social que también era criticada:Mi idea de la ultraizquierda es que cuando ellos encaran la imposibilidad de hacer su revolución hallan una cobarde salida planeando una revolución futura que nunca se hace realidad. En este país hay menos de dos millones de habitantes. No hay motivo para pagar un alto costo por el cambio social. Si no es necesario ¿Para qué pagarlo? No apoyo ninguna posición radical en un país tan pequeño como éste”. 

Entre las múltiples anécdotas que hay en el libro sobre la gran diversidad de exiliados de las dictaduras latinoamericanas de aquellos años que eran cobijados por el gobierno de Torrijos, hay un comentario al pasar particularmente curioso: 

Otra de las ideas románticas del general era rescatar a la señora de Perón de su arresto domiciliario en la Argentina. Chuchu me presentó al abogado de ella en Buenos Aires, en quien no confiaba en lo más mínimo, y juntos fuimos a ver al vicepresidente e la Espriela. Éste firmó rápidamente un cheque por veinte mil dólares que Chuchu cobró en un Banco, entregando luego el dinero al abogado.

-No volveremos a verlo- observó. La idea del General era que sirviese para sobornar a los guardias argentinos, de manera tal que la viuda pudiera escapar a un aeropuerto donde aguardaría un avión panameño.” 

Debo confesar que escuchando a Donald Trump al asumir la Presidencia de Estados Unidos expresar, entre otras agresiones a la comunidad internacional, su voluntad de recuperar el control del Canal de Panamá, me asaltaron inmediatamente las imágenes de Torrijos visitando en Buenos Aires al entonces Presidente Perón a mediados de enero de 1974. 

El General le había pedido a la Juventud Peronista que recibiera a su amigo Torrijos como un gran compañero de lucha y como uno de los líderes de los pueblos del Tercer Mundo que él propiciaba en aquellos años. Es así que los grupos juveniles copamos la zona de Plaza San Martín donde se alojaba y lo seguimos en su corta estadía por las calles de Buenos Aires con nuestras banderas al grito de “Torrijos - Perón , “Tercera Posición”. 

Conocíamos la lucha de los panameños por la recuperación del Canal. Eudeba, dirigida por Rogelio García Lupo y presidida por Arturo Jauretche, había publicado en 1973 una recopilación de discursos de Torrijos bajo el título “La Batalla de Panamá”. Allí había, por ejemplo, un discurso de 1970 dirigido “Ante una masa obrera en Puerto Armuelles” donde decía: 

La Revolución del 11 de octubre está dirigida a una transformación nacional, de manera que todos los factores que forman la República participen del bienestar y la riqueza nacional. Por eso hemos dicho que ésta es una revolución, sobre todo, de los niños, porque ellos son los únicos privilegiados entre todos los sectores

También hemos afirmado que ésta es una revolución de los campesinos, porque ellos, con el sudor de sus frentes constituyen la base de la producción nacional y la salvaguarda de nuestra nacionalidad. Y ahora ante ustedes afirmamos que la Revolución del 11 de octubre es la revolución de los trabajadores de toda la república….

Por eso la revolución proclama ante ustedes como base de su política revolucionaria la organización del sindicalismo obligatorio de manera que este sector sufrido e incomprendido de la nacionalidad, participe en los destinos nacionales, en el planeamiento económico, en el bienestar general. Este sindicalismo obligatorio permitirá la creación de una poderosa Unión General de Trabajadores…Una Unión General de Trabajadores Panameños convertirá el sindicalismo , con la cuota sindical obligatoria, en un organismo económicamente fuerte, cívicamente saludable y nacionalmente positivo ,porque gracias a ello cesará la violación constante a las disposiciones que protegen los derechos del obrero panameño…esta UGT estará en condiciones de crear casas de recreo y descanso para los trabajadores y sus familias… podrá también crear sus propias clínicas y hospitales, sus propias organizaciones turísticas sus propias barriadas obreras…” 

El 16 de enero del 1974, al finalizar las reuniones, Perón dio una conferencia de prensa ante la delegación de periodistas panameños que había llegado para la ocasión. Estas fueron algunas de sus declaraciones: 

Periodista: El General Torrijos conversó, me imagino, e informó a usted sobre el estado actual de las negociaciones entre Panamá y los Estados Unidos respecto del Canal. 

Perón: Hemos conversado sobre eso, y pienso que Panamá tiene toda la razón del mundo. Si no se tomaran medidas para hacer lo que Panamá quiere, sería injusto y una arbitrariedad, que algún día tendrá que enfrentar Latinoamérica como un problema de todo el continente. 

Periodista: Nosotros, los panameños, dada nuestra situación geográfica, consideramos que el Canal de Panamá es un recurso natural igual que es el petróleo para Venezuela, el estaño para Bolivia y el cobre para Chile. ¿Qué puede decirnos sobre esa concepción? 

Perón: Es natural. El canal está en territorio panameño, y el que se haya hecho una cesión en algún momento anterior, puede ser cosa que responda al pasado histórico de Panamá. Pero las necesidades de Panamá en el presente no pueden ser las mismas que hace un siglo. De modo que Panamá tiene todo el derecho de reclamar la soberanía absoluta y total del canal y disponer de él, porque es una parte de su territorio. Ya en el mundo las Naciones Unidas han dicho que todas las colonias deben ser liberadas; ¿O no? Más todavía, porque el Canal representa un recurso natural de Panamá. Si se han liberado las demás colonias, por qué no se va a liberar el canal. Es decir, allí están haciendo la justicia del fuerte y no la justicia del honesto, que es la que hay que hacer. Hay que proceder con honestidad; si los Estados Unidos proceden con honestidad tendrán que devolver el canal sin absolutamente ninguna condición. Es un territorio que hay que descolonizar. En realidad, ese es un sector colonial. Es así como lo vemos nosotros, los latinoamericanos, el problema; creo que no habrá dudas: todos lo vemos igual. 

Periodista: ¿Qué significación le ve usted a organizaciones como las Naciones Unidas o la Organización de Estados Americanos para dirimir esta clase de situaciones? 

Perón: Las Naciones Unidas ya han dado su palabra, diciendo que hay que liberar todas las colonias. Ahora es cuestión de que se cumplan las decisiones de las Naciones Unidas, porque aquí está pasando una cosa curiosa: los débiles cumplen lo que dicen las Naciones Unidas, mientras los fuertes no. Es la ley del embudo. Quiere decir que los fuertes tienen que cumplir también. Inglaterra debe liberar las posesiones que no le corresponden y que tiene por allí, lo mismo que los Estados Unidos. Si ellos, porque son fuertes, resisten a la justicia y a las decisiones de las Naciones Unidas, ¿qué podríamos pensar de dicho organismo?” 

En la medida que se va ahondando en los acontecimientos de la vida y en el pensamiento de Perón uno no deja de sorprenderse. Después del golpe del 55, comenzó su exilio y estuvo poco más de un mes en Paraguay, como es muy conocido. Sin embargo, los años posteriores están un poco más olvidados. 

El 6 de noviembre de 1955 llegó a Ciudad de Panamá y estuvo en ese país hasta agosto de 1956. Estuvo en la ciudad de Colón alojado en el Hotel Washington por invitación del gobierno panameño. De allí fue desalojado abruptamente por orden del gobierno norteamericano ya que el propietario mayoritario era de ese origen. La vergüenza y la impotencia de los anfitriones le hizo vivir en carne propia la realidad de la relación entre esos dos países durante aquellos años. Desde Panamá publicó su primer libro en el exilio: “La Fuerza es el Derecho de las Bestias” en donde contestaba los ataques que su gobierno estaba sufriendo por la propaganda de la autodenominada Revolución Libertadora. Allí conoció a Isabel que pasó a ser su compañera inseparable hasta el día de su muerte. Y allí publicó en los diarios locales su famosa carta en respuesta a declaraciones de Aramburu que lo acusaban de cobarde por no haber continuado la lucha militar en 1955: 

“República de Panamá, 8 de marzo de 1956. 

Al General Aramburu. Buenos Aires 

He leído en un reportaje, que Ud. se ha permitido decir que soy un cobarde porque ordené la suspensión de una lucha en la que tenía todas las probabilidades de vencer.

Usted no podrá comprender jamás cuánto carácter y cuánto valor hay que tener para producir gestos semejantes. Para usted, hacer matar a los demás, en defensa de la propia persona y de las propias ambiciones, es una acción distinguida de valor. Para mí, el valor no consiste —ni consistirá nunca— en hacer matar a los otros. Esa idea sólo puede pertenecer a los egoístas y a los ignorantes como usted. Tampoco el valor está en hacer asesinar obreros inocentes o indefensos, como lo han hecho ustedes en Buenos Aires, Rosario, Avellaneda, Berisso, etc. Esa clase de valor pertenece a los asesinos y a los bandidos cuando cuentan con la impunidad. No es valor atropellar los hogares humildes argentinos, vejando mujeres y humillando ancianos, escudados en una banda de asaltantes y sicarios asalariados, detrás de la cual ustedes esconden su propio miedo. 

Si tiene dudas sobre mi valor personal, que no consiste como usted supone en hacer que se maten los demás, el País tiene muchas fronteras; lo esperaré en cualquiera de ellas para que me demuestre que usted es más valiente que yo. Lleve sus armas, porque el valor a que me refiero, sólo se demuestra frente a otro hombre y no utilizando las armas de la Patria para hacer asesinar a sus hermanos. Y sepa para siempre que el valor se demuestra personalmente y que, por ser una virtud, no puede delegarse. Hágalo, sólo así me podría probar que no es la gallina que siempre conocí. 

Si usted no lo hace y el pueblo no lo cuelga, como merece y espero, por salvaje, por bruto y por ignorante, algún día nos encontraremos. Allí, le haré tragar su lengua de irresponsable. 

Juan Perón, General. Comando Nacional del Partido Peronista.” 

Ante la inminente posibilidad de un atentado contra la vida de Perón por parte de sus enemigos nacionales e internacionales, el gobierno panameño había designado una custodia permanente de jóvenes oficiales de la Guardia Nacional. Según varios testimonios que merecen ser investigados, así fue como Perón habría conocido al futuro General Torrijos. 

En el diario La Estrella de Panamá del 4 de julio del 2009, por ejemplo, Ramón Landajo, Secretario Privado de Perón y uno de los escasísimos acompañantes en el exilio panameño, habla sobre la amistad entre Perón y Torrijos. Dice en una parte de la entrevista: 

“Ramón Landajo tiene 80 años y es un testigo privilegiado de la amistad desconocida entre Omar Torrijos y Juan Domingo Perón, el líder argentino que estuvo exiliado en Panamá en el año 1956. Torrijos, por esas cosas del destino, fue el designado para custodiar al líder derrocado argentino. Torrijos era apenas un desconocido Mayor de la Guardia Nacional. Landajo, sentado en el lobby de su hotel, afirma que Torrijos recibió el legado de Perón para enrumbar la lucha por la soberanía del pueblo panameño. Landajo era secretario privado de Perón y ese año que pasó en Panamá lo marcó para siempre. Dice que su corazón es tan panameño que ha copiado la cultura y su acento, a veces, deja de ser argentino. Volvió al Istmo invitado por la Fundación Omar Torrijos para participar de las celebraciones a raíz de la inauguración de la Calle Juan Domingo Perón, en Amador, donde también se abrió al público la Plaza de la Amistad Argentino Panameña, auspiciada por la embajada del país del Sur. 

Periodista: ¿QUÉ ANÉCDOTA RECUERDA DE PERÓN EN PANAMÁ? 

Landajo: Un día en Colón una señora muy humilde se le acercó al General Perón y lo identificó. El general tenía un cariño especial por la gente del campo. La señora andaba con sus dos niños y le señaló a uno de ellos, el más chiquito que vestía una camisita blanca, un pantalón azul y unas zapatillitas y dice —refiriéndose a la ropa— esto me lo mandó su esposa, la señora Eva mediante una fundación que había acá. El general se quedó estupefacto y se le salieron las lágrimas, mientras la señora le agradecía por su gesto de solidaridad. Y así muchas personas se acercaron y le hablaron. El general les conversaba, a pesar de ello había que estar atento porque también había enemigos que lo querían matar. 

Periodista: ¿CUÁNDO FUE EL PRIMER CONTACTO CON EL GENERAL OMAR TORRIJOS?

Landajo: Bueno, en 1955 Omar Torrijos era Mayor y fue asignado a la custodia del General Perón. Recuerdo que ambos charlaban por horas, ambos tenían algo en común, se desvivían por la gente del interior. Omar estaba asombrado y Perón le hablaba de todo lo que había hecho. 

Periodista: ¿CUÁN IMPORTANTE FUE OMAR TORRIJOS PARA PERÓN? 

Landajo: Omar lo vigilaba las 24 horas del día porque habíamos tenido varios atentados. Gracias a Omar y a otros trabajadores siempre nos avisaban cuando había alguien raro. Y le agradezco a una empleada del correo de Colón, Carmen Bardales, quien nos filtró el correo para evitar que los servicios de inteligencia de Argentina leyeran las cartas primero.” 

Otro testimonio es el de Rubén Darío Murgas, un importante periodista panameño que fue director de la Radio Nacional de su país durante el gobierno de Torrijos. Él también sostiene esta historia y la expuso al ser orador en un acto de homenaje al líder panameño cuya crónica se publicó en el portal panameño ”Bayano Digital” del 17 de diciembre del 2021: 

Por David Carrasco, Director de Bayano digital 

El presidente argentino Juan Domingo Perón y el jefe de gobierno de Panamá, Omar Torrijos, acordaron dar un paso histórico en Latinoamérica, para poner fin al bloqueo político, económico y diplomático que Estados Unidos impuso a Cuba tras el triunfo de la revolución cubana. 

Así lo afirmó el periodista y ex director de Radio Nacional Rubén Darío Murgas, quien acompañó al general Torrijos en misiones nacionales e internacionales para promover en foros, asambleas y encuentros políticos la causa de la soberanía panameña sobre su territorio, defendida con ardor por la juventud estudiosa. 

Murgas fue uno de los oradores en un acto organizado en el Mausoleo dedicado a Torrijos en el sector de Amador, en la capital panameña, para conmemorar el 52 aniversario del Día de la Lealtad (16 de diciembre de 1969), fecha que evoca el retorno del jefe militar a Panamá para desarticular un golpe de Estado en su contra, urdido por oficiales traidores vinculados a la Agencia Central de Inteligencia (CIA), de Estados Unidos. 

El periodista recordó que Torrijos, quien en 1955 era un oficial joven, fue designado por el alto mando de la Guardia Nacional para servir como edecán del general Juan Domingo Perón, quien se había asilado en Panamá tras ser derrocado en Argentina. Esa comunicación cercana y directa ayudó a que Torrijos y Perón fortaleciesen su amistad.

El joven oficial panameño empezó a generar un pensamiento transformador a favor de los derechos de los desposeídos y el importante papel de las políticas sociales a favor del desarrollo humano con equidad. Murgas rememoró que luego del triunfo electoral en 1973, en el que Perón ganó los comicios generales con el 63 por ciento de los votos emitidos para obtener su tercera Presidencia en Argentina, los dos gobernantes intercambiaron criterios sobre cómo cambiar el destino de Latinoamérica, lo que necesariamente pasaba por eliminar el boicot impuesto por Washington a Cuba y normalizar las relaciones diplomáticas con la mayor de las Antillas. 

El 28 de mayo de 1973, bajo la presidencia de Héctor Cámpora, Argentina se convirtió en la tercera nación (después de Chile y Perú) en reestablecer relaciones diplomáticas con Cuba, las que mejorarían bajo la presidencia de Perón. De hecho, en el mandato de Perón, Argentina concedió a Cuba un crédito de 200 millones de dólares anuales por año (sic)durante un sexenio, como alivio económico al criminal boqueo. Por su parte, el gobierno de Panamá reestableció relaciones diplomáticas con Cuba en 1974, después de que el 15 de marzo 1973, el general Torrijos manifestó en una reunión del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas que “cada hora de aislamiento que sufre el hermano pueblo de Cuba, constituye 60 minutos de vergüenza hemisférica”. En ese discursó, Torrijos definió con claridad la ruta soberana de los panameños. 

Murgas sostuvo que el Día de la Lealtad fue un momento decisivo para definir el camino digno de Panamá en materia de las nuevas relaciones internacionales y la integración regional. Manifestó que sin esa serie de sucesos militares y políticos trascendentales, Panamá no habría materializado su proyecto soberano.” 

Retomando el asunto desde este presente y volviendo a las confesiones personales del comienzo, debo decir también que mientras veía la ceremonia de Trump y escuchaba sus definiciones, se me hizo muy presente aquél día de 1981 cuando leí las noticias internacionales que informaban sobre la muerte de Torrijos en “un accidente aéreo”. 

Mi reacción en aquél momento fue instantánea y me dije: “A éste lo mataron”. 

Puede decirse, no sin alguna razón, que estaba influido por cierta forma un tanto conspirativa de leer los acontecimientos internacionales, muy propia de la generación a la que le tocó militar en política en aquellos años. Es verdad que yo no sé a ciencia cierta si lo mataron. Tampoco conozco fehacientemente la relación personal de Perón con Torrijos. Aunque ciertamente están los testimonios aquí presentados. De lo que sí estoy seguro es que el Canal es de los panameños y que es una obligación de los militantes y dirigentes del peronismo manifestarse de todas las formas posibles en apoyo y en solidaridad con este pueblo hermano en honor a la historia del Movimiento y a la causa de San Martín y Bolívar. La vergonzosa actuación internacional del actual gobierno argentino obliga a redoblar esfuerzos para dejar en claro la posición del Peronismo.