Este jueves se produjo otra reunión paritaria de la rama siderúrgica de la UOM. El sector empresario, representado por el grupo Techint, dueño de Ternium en San Nicolás y Tenaris en Campana, volvió a reiterar la misma oferta anterior, sin moverse ni un punto.
Tras una tensa reunión de más de cuatro horas, se pactó un cuarto intermedio hasta el próximo jueves 30. Los representantes de Techint ofrecieron dos puntos para enero, uno para febrero y uno más para marzo, por debajo del IPC. Pero, además, quisieron impedir que la oferta conste en actas, lo que generó un revuelo importante.
Si bien actitud inflexible de Techint no es nueva, contaría ahora con apoyo oficial, que hace aún más difícil cerrar un acuerdo. "No ofrecen nada y nos piden un efuerzo a nosotros", manifestaron dirigentes sindicales indignados.
En concreto, los rumores surgido de usinas oficiales, según el cual el gobierno no convalidará ninguna clase de aumentos salariales, para utilizar esa variable como ancla inflacionaria, alentó la intransigencia de los empresarios. Según esos mismo trascendidos, la "paritaria cero"podría no convalidar ningún aumento salarial a partir de marzo.
El primero en responder en nombre de la CGT fue el camionero Octavio Argüello, que remplazó en el triunvirato de conducción a Pablo Moyano en diciembre pasado. "La inflación no va a ser cero, así que la paritaria no puede ser cero", desafió el oriundo de Tres de Febrero.
Camioneros atravesó un largo conflicto durante 2024: tras acordar con las cámaras empresarias, el gobierno demoró la homologación y, sin ese paso administrativo, los acuerdos no entran en vigencia.
Desde el mes de julio de 2024, las empresas del grupo que encabeza Paolo Rocca vienen otorgando, de manera unilateral, alrededor de 2 puntos mensuales de aumento. En el último salario, el incremento fue de 2,87 por ciento, por debajo de la inflación.
El año pasado, la paritaria de 2023 se extendió durante casi todo 2024. El grupo inició una política de desgaste contra la UOM a nivel nacional, sindicato que encabeza el zarateño Abel Furlán.
La distancias con el gobierno nacional
Rocca viene sosteniendo que "se puede competir con Brasil pero no con China, porque la cancha está inclinada". Quien le respondió fue el Jefe de Gabinete, Guillermo Francos: "no va a haber una Argentina proteccionista".
El correlato directo de esa política es la compleja situación que atraviesan la metalúrgica en general y la siderurgia en particular, plagada de retiros voluntarios, despidos, amenazas de cierres y paritarias a la baja, debido a la caída de la demanda, la competencia del acero chino y, desde hace algunas semanas, la posibilidad de exportar chatarra que encarece uno de los principales insumos, a través de una resolución que lleva la firma del ministro Federico Sturzenegger.
Mientras en la misma localidad de San Nicolás, la UOM local trabaja para evitar despidos, frente al planteo empresario de reducir costos para poder competir, en la localidad vecina de Villa Constitución, provincia de Santa Fe, ya hay un conflicto en curso por el mismo motivo.
La siderurgia atraviesa una crisis profunda, que se explica en buena medida por la contracción de la demanda. Sus principales clientes son la construcción, pública y privada, la industria automotriz y el campo. Todos ellos enfrentan dificultades severas por el tipo de cambio artificialmente retrasado.
Inversión y suspicacias
La excepción, que despierta en el sector todo tipo de recelos y suspicacias en este escenario, es la empresa Sidersa, propiedad de la familia Spoto. Con más de setenta años de trayectoria en el sector metalúrgico, anunció recientemente la construcción de una planta siderúrgica en San Nicolás, con una inversión estimada en 300 millones de dólares.
En la actualidad, Sidersa posee en San Nicolás una planta de plegado y corte que emplea a 300 trabajadores. En la futura siderúrgica, ubicada en un predio contiguo al autódromo local, acaba de comenzar el movimiento de suelos.
“Todo el proceso de construcción va a tardar mínimo tres años. Ellos no están pensando en esta macro sino en la que viene después, en una posible reactivación a mediano plazo. Las primeras etapas, hasta la construcción de galpones, son lo más barato. Hay que ver si llegado el momento traen la tecnología”, explica un viejo conocedor del sector.
La construcción de la futura planta se desarrolla a partir de financiamiento externo. En los últimos meses, Sidersa primero realizó una colocación de obligaciones negociables por 30 millones de dólares, como hicieron muchas empresas locales, con la intención de captar parte de los fondos repatriados con el blanqueo. Luego anunció una línea de crédito del BID Invest por cien millones de dólares, que se destinarían a adquirir la tecnología, proveniente de Italia.
Esta tecnología, considerada la más verde en la actualidad, cumple las normativas actualmente vigentes de la Unión Europea, aunque nadie sabe hasta dónde puede llegar la ola proteccionista encabezada por el presidente estadounidense Donald Trump cuando la planta finalmente se ponga en marcha, en 2027 o 2028. A su favor, el grupo posee dos extensos parques solares en la provincia de San Juan, cuya producción energética equivale al consumo de 20 mil familias. Esa energía se sube a la red y, además de compensar el gasto eléctrico, le genera un saldo favorable.
Las diferentes fuentes se mostraron más recelosas que entusiastas. Ocurre que, como el proyecto está encuadrado dentro del Régimen de Incentivo a los Grandes Inversores (RIGI), el sector empresario local descuenta que no habrá desarrollo de la cadena de valor ni más trabajo para proveedores, ya que la normativa permite importar lo que sea. Sidersa no respondió los llamados de Buenos Aires/12.