En el partido de La Matanza, el más grande de la Argentina, el Gobierno de la provincia de Buenos Aires lleva adelante un plan de reurbanización que califica como “histórico”, dado que no solo alcanza a más de 12 mil personas, sino que da marcha atrás con fallidas políticas habitacionales implementadas por la dictadura.
El Ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano a cargo de Silvina Batakis, mediante el Organismo Provincial de Integración Social y Urbana (OPISU) que dirige Romina Barrios, comenzó la adjudicación de viviendas del complejo habitacional Peribebuy, ubicado en el barrio San Petersburgo.
En esta etapa, se entregaron las primeras de un total de 69 unidades funcionales, plan que contempla, además, la conexión formal a las redes de agua y cloacas, ocho locales comerciales, veredas, espacio público y la apertura y pavimentación de tres calles.
Previamente, se realizaron intervenciones en sectores comerciales y espacios públicos con la colocación de luminarias y reparaciones de veredas; además de trabajos sobre espacios deportivos con la puesta en marcha de canchas y espacios de uso común como parrillas.
“En La Matanza intervenimos en tres barrios que son Núcleos Habitacionales Transitorios (NHT), que simbolizan la historia de la vivienda en el país. Los NHT son parte de una política fallida de los años ‘60, de la dictadura de Onganía, que se levantaron con la idea de hacer viviendas definitivas como parte de la erradicación de villas de Capital Federal”, dijo a Buenos Aires/12 la titular del OPISU, Romina Barrios, en referencia los barrios San Petersburgo, Puerta de Hierro y 17 de Marzo.
De estos, este último fue creado a partir de una toma organizada de los años ‘80, que llevaban adelante organizaciones sociales bajo la exigencia de que el Estado se haga cargo de la construcción de más barrios urbanizados. No ocurrió.
El plan de la dictadura
En un informe documental que hizo la Provincia en el marco de un aniversario de la dictadura, dio cuenta de que este proceso comenzó en el año 1967 en el marco de la dictadura de Juan Carlos Onganía, cuando se estableció el llamado Plan de Erradicación de Villas de Emergencia (PEVE) para sacar a la gente de las barriadas porteñas.
Esto vino a terminar con una propuesta del Gobierno democrático del radical Arturo Illia, que había promovido la política de vivienda social. Un informe de la Comisión por la Memoria detalla que el PEVE consistía en relocalizar la población en los NHT, que no eran más que casas prefabricadas muy precarias.
Para tomar dimensión, cada familia dispnía de 13,3 metros cuadrados; las casas eran de 2,4 por 2,4 por 2,10 metros de alto, en tato que las paredes eran de solo cuatro centímetros de grosor. No solo eso, sino que se colocaron en zonas inundables y alejadas de los centros urbanos. Según el documento elaborado por la Comisión, el objetivo real detrás del plan era "imponer estas severas condiciones de vida para desalentar la permanencia en la metrópoli y retornar a sus lugares de origen".
El plan se profundizó durante la última dictadura cívico militar de 1976. Desde ese año hasta la recuperación democrática en 1983, tuvo un fuerte impacto en el intento del Gobierno de facto de mostrar las bondades del país en el marco del Mundial de Fútbol de 1978. Así, según un informe de la Comisión Municipal de la Vivienda (CMV), de las 224 mil personas que vivían en villas y asentamientos de la ciudad de Buenos Aires, cerca del 50 por ciento de esos fueron expulsados de sus casas tras el torneo internacional.
Más de 40 años después, durante la primera gestión del gobierno de Axel Kicillof, se alcanzó formalizar el traspaso a la Provincia, de tierras que pertenecían a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Se trata de un espacio de 58 hectáreas ubicadas en La Matanza que en la época de Onganía el Gobierno nacional le transfirió a la entonces Municipalidad de Buenos Aires (luego CABA).
A partir de un convenio entre la Provincia y la Ciudad, con posterior aprobación del Concejo Deliberante de La Matanza, en 2022 ese predio volvió a ser bonaerense. A partir de allí, el OPISU, junto al Municipio y organizaciones de la comunidad emprendió el proyecto integral de reurbanización a través de financiamiento internacional.
Así, desde entonces se está ejecutando el plan que incluye un total de 548 viviendas entre las que resultaron finalizadas, las que están actualmente en ejecución y las proyectadas. Además, el Ministerio de Hábitat y Desarrollo Urbano tiene en ejecución 628 casas distribuidas en tres desarrollos urbanísticos de Ciudad Evita, el barrio Balestrini y el barrio Rodolfo Walsh, todos en ese distrito bonaerense.
“Lo que hacemos es una intervención integral. En el caso de los NHT, son viviendas irrecuperables, por eso estamos construyendo siete complejos y ya empezamos a entregar viviendas, pero es un proceso continuo”, valoró la funcionaria.
La selección del orden de prioridad de los beneficiarios, se define en base a dos criterios: primero, el físico, porque hay viviendas que son demolidas y esas familias deben ser reubicadas; y segundo, con un criterio social, dado que se priorizan adultos mayores, personas con discapacidad y jefas de hogar, aunque también es importante el rol de resolución que toman las asambleas barriales.
En su planteo, Barrios explicó que estas casas “no son un regalo ni una dádiva, estamos parados en el paradigma de reparación de derechos y eso implica recuperar la noción de ciudadanía”, por lo que “las familias van a pagar las viviendas y los servicios”.
“Trabajamos con las prestatarias en el servicio de abastecimiento porque tenemos problemas en la calidad de las redes, dado que gran parte de La Matanza atraviesa problemas de agua. También se va a realizar el proceso de regularización dominial, la conformación de los consorcios, la responsabilidad sobre los espacios comunes que la Provincia va a acompañar. Trabajamos desde el primer día en esto, había muchas promesas incumplidas en cuanto a las obras de integración social y productiva”, planteó.
