Donald Trump hizo retroceder de un plumazo los derechos de las mujeres trans en EE.UU.: firmó una orden ejecutiva que ordena a las agencias del gobierno federal que dejen de reconocer la existencia de las personas trans. Y entre las consecuencias está que, aquellas que hayan sido condenadas por algún delito, pasarán a ser alojadas ahora en cárceles para hombres.

La orden ejecutiva se tituló “Defendiendo a las mujeres del extremismo de la ideología de género y restaurando la verdad biológica al gobierno federal”. Esto obliga a los funcionarios del gobierno a tratar al sexo como “biológico” y “determinado en la concepción”. Dice que las mujeres trans encarceladas deben ser retenidas en prisiones de hombres y que los espacios federales de un solo género, deben usarse de acuerdo con el llamado “sexo biológico”.

Además, Trump ordenó al Departamento de Estado prohibir la práctica de asignar X como marcador de género en los pasaportes y en toda identificación federal. De alguna manera, es como mandar de regreso al closet a la comunidad transgénero.

La Casa Blanca aclaró que las reglas sobre pasaportes no se aplican a los pasaportes emitidos previamente. Pero si una persona trans busca renovar su pasaporte, tendría que volver al marcador de género de su nacimiento. La mayoría de las personas trans entraron en pánico con razón por las nuevas normas sobre pasaportes.

Esta es la intrusión gubernamental más extendida en la vida privada de las personas trans desde que se legalizó el sexo homosexual en 2003 en la decisión de la Corte Suprema en el caso Lawrence v. Texas.

El alojamiento de prisioneras trans con mujeres se decidió como resultado de las horrendas tasas de violación que sufrían en prisión. Hay muchos estudios y evidencia de esto. Las alojan con mujeres porque los tribunales determinaron que era un castigo cruel e inusual someter a una minoría específica a violaciones desenfrenadas.

Trump está enviando una señal temprana de que las personas trans no tienen cabida en los EE.UU. La nueva orden ejecutiva establece que "defenderá los derechos de las mujeres y protegerá la libertad de conciencia utilizando un lenguaje claro y preciso y políticas que reconozcan que las mujeres son biológicamente mujeres y los hombres son biológicamente hombres".

La orden decreta: "En todo el país, los ideólogos que niegan la realidad biológica del sexo han utilizado cada vez más medios legales y otros medios socialmente coercitivos para permitir que los hombres se identifiquen como mujeres y obtengan acceso a espacios íntimos y actividades de un solo sexo diseñados para mujeres, desde refugios para mujeres víctimas de abuso doméstico hasta duchas para mujeres en el lugar de trabajo. Esto es incorrecto. Los esfuerzos por erradicar la realidad biológica del sexo atacan fundamentalmente a las mujeres al privarlas de su dignidad, seguridad y bienestar. La eliminación del sexo del lenguaje y de las políticas tiene un efecto corrosivo no sólo sobre las mujeres, sino sobre la validez de todo el sistema estadounidense. Basar la política federal en la verdad es fundamental para la investigación científica, la seguridad pública, la moral y la confianza en el propio gobierno".

La medida es una respuesta a lo decretado por Joe Biden en 2022, quien permitió que los ciudadanos estadounidenses pudieran seleccionar la "X" de género neutro como marcador en sus pasaportes.

El decreto también impide que los fondos estatales se usen para la atención médica de transición de género y exige "privacidad en espacios íntimos" para garantizar que los espacios de un solo sexo, como las prisiones y los refugios para víctimas de violación, se designen por sexo y no por identidad de género.