El grupo islamista Hamas liberó este sábado a cuatro rehenes israelíes a cambio de 200 detenidos palestinos en el segundo canje previsto por el acuerdo de tregua en la guerra en la Franja de Gaza, aunque un desacuerdo de última hora impidió que cientos de miles de desplazados regresaran al norte del territorio palestino. Este intercambio tiene lugar casi una semana después de la entrada en vigor del alto el fuego en el enclave, devastado tras más de 15 meses de conflicto bélico entre Israel y Hamas.

Liberadas y en condición "estable"

Las cuatro militares israelíes, secuestradas en el ataque sin precedentes del grupo islamista el 7 de octubre de 2023, fueron entregadas primero a la Cruz Roja, que las transfirió al ejército israelí. Poco después de cruzar a territorio israelí, las liberadas pudieron reunirse con sus padres. Luego un helicóptero las llevó al hospital y su condición fue declarada "estable", dijo la subdirectora del centro médico, situado en Petah Tikvah, cerca de Tel Aviv. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, dijo que la liberación fue un momento muy feliz que fue esperado durante mucho tiempo.

Antes de subir a los vehículos de la Cruz Roja, las cuatro mujeres fueron presentadas en un escenario en una plaza de Ciudad de Gaza, donde se congregaron decenas de combatientes armados y con pasamontañas. Todas saludaron sonrientes a la multitud. De entre 19 y 20 años, Daniella Gilboa, Karina Ariev, Liri Albag y Naama Levy realizaban su servicio militar en labores de vigilancia cerca de la Franja de Gaza, cuando fueron secuestradas durante el ataque de los islamistas. 

Recién liberada, Liri Albag agradeció en un video a los israelíes su respaldo. "Los quiero, a todos ustedes ciudadanos del Estado de Israel que apoyaron a las familias y los ayudaron, y a ustedes soldados de Tsahal que hicieron lo máximo por nosotras. Muchas gracias, los quiero", dijo Albag en la grabación. Más tarde Netanyahu se comunicó por teléfono con los padres de la joven liberada.

"Un sentimiento indescriptible"

Israel anunció por su parte la liberación a 200 palestinos detenidos en sus cárceles. De ellos varios grupos llegaron a Ramala, en Cisjordania, un territorio ocupado por Israel, donde fueron recibidos por miles de personas. Otros fueron trasladados a Gaza. En la lista figuran 120 condenados a cadena perpetua, de los cuales 70 tendrán que exiliarse fuera de los Territorios Palestinos, según una fuente palestina. 

"Es un sentimiento indescriptible", dijo uno de ellos desde la ventana del colectivo en el que viajaba. Entre los liberados se encuentra Mohamed Tous, el palestino detenido durante más tiempo sin interrupción en Israel, según la organización Club de Prisioneros Palestinos. De 69 años, este miembro del Fatah, el movimiento fundado por Yasser Arafat, estaba en la cárcel desde 1985.

"A todos ellos, yo los siento como si fueran mis hijos. Por eso he querido venir aquí. Mi marido también estuvo en una prisión israelí donde enfermó y murió. Nadie lo cuidó", explicó a la agencia EFE Khetam Zaid, una mujer palestina de 60 años que vivió parte de su vida en Colombia y ahora está de regreso en su tierra natal. Zaid es una de las cientos de personas que esperó a los presos en la plaza del Centro de Recreación de Ramala, en Cisjordania. 

Junto a ella Mezher Jeebat, un joven palestino, quiso también vivir en primera persona este momento, y sobre todo no perderse el regreso a casa de sus tres amigos tras ocho años entre rejas: Ehab Jazzar, Salah Majadbeh y Moataz Zaror, todos treintañeros. Azmi Rabta es uno de los presos y habló con EFE ya dentro del centro de acogida. "Espero que este sufrimiento pase, esta guerra termine y vivamos en paz y seguridad, a pesar de todo", dijo Rabta antes de desear que todos los presos palestinos sean liberados.

"El sentimiento de alegría se mezcla con la preocupación de lo que ha pasado a nuestra gente en la Franja de Gaza. Tengo amigos que estaban conmigo en prisión y van a ser liberados hoy", señaló Ameen Shoman, jefe de la Comisión de Presos y Expresos de Cisjordania. Esta comisión registró que, de los condenados a cadena perpetua puestos en libertad, 81 pertenecían a Hamas, 23 a la Yihad Islámica, 13 al movimiento secular Fatah, dos al Frente Popular para la Liberación de Palestina y uno al Frente Democrático para la Liberación de Palestina.

"Yo me sacrifiqué por la liberación de Palestina y para poner fin a la ocupación y el establecimiento del Estado palestino, pero Israel no cree en la solución de los dos estados. Al contrario, se quieren anexionar Cisjordania", lamentó Shoman, quien pasó largos periodos en cárceles israelíes, de donde salió hace más de una década. Basil Shawamreh, de 20 años, otro de los prisioneros liberados, se fundió en un abrazo con su madre Lobna al Kron, que salió de madrugada de la ciudad cisjordana de Hebrón, una de las localidades donde más colonos viven, para llegar a tiempo a Ramala en un trayecto lleno de puestos de control. 

Este nuevo canje ocurre en el marco de la tregua por fases que puso pausa a más de 15 meses de guerra. En la primera etapa, que debe durar seis semanas, se prevé la liberación de 33 rehenes a cambio de 1.900 prisioneros palestinos. El ejército israelí dijo estar muy preocupado por la situación de los dos últimos niños rehenes, de una familia de origen argentino, que permanecen en la Franja de Gaza. 

El ataque de Hamas de octubre de 2023 resultó en la muerte de alrededor de 1.200 personas, en su mayoría civiles. Además 251 personas fueron secuestradas, de las que 91 permanecen en Gaza, aunque 34 estarían muertas, según el ejército israelí. La ofensiva israelí sobre la Franja de Gaza dejó al menos 47.283 palestinos muertos, en su mayoría civiles, según datos del ministerio de Salud gazatí, que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera confiables. 

Desplazados palestinos, en lista de espera

Desde el inicio de la semana Hamas afirma que, según los términos del acuerdo, el ejército israelí debe permitir el paso de palestinos del sur de la Franja de Gaza hacia el norte a través del "corredor de Netzarim", eje este-oeste controlado por el ejército israelí y que divide el territorio en dos al norte de la ciudad de Nuseirat. Pero Israel condiciona el regreso de esos desplazados a la liberación de una rehén civil, Arbel Yehud, cuya puesta en libertad estaba anunciada para este sábado, según las autoridades israelíes. Dos dirigentes palestinos aseguraron a la agencia AFP que la mujer se encontraba bien de salud y que sería liberada en el próximo canje.

"La ocupación sigue siendo reacia a aplicar los términos del acuerdo de alto el fuego y de intercambio de prisioneros, al seguir cerrando la calle Al Rashid e impidiendo el regreso de los desplazados a pie del sur al norte" de Gaza, dijo Hamas en un comunicado. "Responsabilizamos a la ocupación (israelí) de cualquier interrupción en la implementación del acuerdo y sus repercusiones en el resto de las fases", enfatizaron los islamistas.

El Corredor Netzarim es un puesto de control militar localizado en una ruta que el Ejército ensanchó en la guerra. Tiene unos 6,5 kilómetros ancho y 9 de largo y divide la Franja en dos mitades al sur de ciudad de Gaza, en el norte del enclave. Según lo estipulado en el alto el fuego entre Hamas e Israel que entró en vigor el pasado 19 de enero, los gazatíes deberían poder retornar al norte de Gaza, hoy una montaña de escombros de donde fueron forzosamente desplazados, a partir del domingo atravesando el puesto de control de Netzarim.

La guerra devastó el territorio palestino y provocó un desastre humanitario. Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció el viernes la destrucción total de Rafah, después de que un equipo de la organización recorriese la ciudad del sur de Gaza por primera vez desde mayo del pasado año, cuando se vieron obligados a cerrar actividades y evacuar la zona. “Ni siquiera hemos conseguido reconocer las calles donde estaba el Emirati. Es triste ver el hospital que daba vida totalmente vacío, sin señales de vida, todo está destruido”, explicó la coordinadora médica de apoyo de MSF, Nadia Abo Mallouh, que trabajaba en el Hospital Emiratí.

La organización explicó que la destrucción impide que la población pueda regresar con seguridad a sus hogares: faltan asistencia sanitaria y otros servicios básicos, las casas están destruidas y hay proyectiles de artillería sin detonar entre los restos de edificios. La coordinadora de apoyo a emergencias de MSF, Pascale Coissard, detalló que durante la visita vieron a un niño jugando con un proyectil. "Pasará mucho tiempo antes de que la población pueda regresar con seguridad a Rafah", lamentó la organización en un comunicado.