River no jugó bien y salvó un punto en su visita a Vicente López. Es que Platense hizo un plante inteligente y parecía que tenía el triunfo asegurado, pero sobre la hora el equipo de Gallardo encontró el 1-1 que le salvó el invicto en el estreno del torneo.

River salió decidido a meter presión desde el arranque. Con Montiel y Acuña bien abiertos por los laterales se plantó en campo rival y acorraló a Platense contra su área. Parecía que sólo sería cuestión de tiempo que llegara la apertura del marcador, porque el conjunto local no llegaba a las coberturas y siempre aparecían rivales libres. 

Sin embargo, una de las primeras veces que Platense pudo salir del ahogo, encontró un gol que cambió la historia del partido. Y lo de encontrar fue literal: Taborda ejecutó un tiro libre que Vázquez alcanzó a desviar en el primer palo, aunque sin demasiada potencia ni dirección. La pelota iba mansita a las manos de Armani, pero el arquero no controló en primera instancia y, tras un rebote en su pecho y en su brazo izquierdo, el balón terminó adentro del arco.

La geografía del partido no cambió, ya que River siguió monopolizando la pelota y sumaba mucha gente en ataque. Pero poco a poco, Platense empezó a sentirse más cómodo y más sólido con su planteo defensivo. Así, el equipo de Gallardo dominaba hasta tres cuartos, pero no encontraba la llave para abrir el cerrojo calamar. Y por eso, apenas inquietó con un cabezazo de Galoppo en el primer palo y un remate desde afuera de Lanzin, en ambos casos bien controlados por Cozzani. Tan tibio resultó lo de River, que la mejor ocasión del primer tiempo, más allá del gol, también fue para Platense, con un disparo desde lejos de Minerva que obligó a una atajada reivindicatoria de Armani. 

Poco cambió en el arranque del segundo tiempo. Gallardo le dio confianza a los mismos once, pero su fastidio quedó en evidencia antes del cuarto de hora cuando mandó a la cancha a Tapia y Aliendro por los inexpresivos Colidio y Galoppo. Pero más allá de los nombres, el problema de River era de funcionamiento, ya que la única variante pareció ser la de tirar centros a la búsqueda de la cabeza salvadora de Borja. Tanto se repetía River que Platense empezó a anticipar movimientos y así casi aumenta, cuando Zapiola adivinó un pase de Pezzella y dejó a Lotti cara a cara con Armani, que le ganó muy bien el mano a mano para dejar con vida a su equipo.

La entrada de Solari le dio a River una variante por derecha que no había tenido. Con su desborde desequilibró y, en una de esas acciones, generó un centro que rechazó Cozzani y le cayó al ingresado Rojas, que cabeceó de sobrepique y logró el inesperado empate, un castigo duro para un Platense que ya saboreaba la victoria.