La diputada provincial del Frente Amplio por la Soberanía (FAS) y candidata a convencional constituyente, Claudia Balagué, cree que en el espacio de centroizquierda “hay que ir pensando una alternativa y hay que construirla” para equilibrar fuerzas con los discursos de derecha que atestan el “clima de época”, pero entiende que “los tiempos” con miras a los próximos comicios “son muy acotados”. El FAS mantiene un diálogo abierto con Ciudad Futura, el partido de Juan Monteverde y Caren Tepp, y en la Cámara baja con Lucila De Ponti (Movimiento Evita) y el ex diputado Leandro Busatto, pero los exiguos plazos del cronograma electoral parecen no dar tiempo para establecer acuerdos que se reflejen en las listas. “Vemos muy desordenado ese armado (el del Partido Justicialista y sus satélites), sin muchas definiciones. Los tiempos apremian y nosotros también queremos mantener una identidad política como FAS”, dijo la ex ministra de Educación en una entrevista con Rosario/12.

Para Balagué “hay mucha frustración en la gente”, pero ese sentimiento no es homologable a una derechización de la sociedad que, en todo caso, aguarda “una alternativa de esperanza” que la saque del agobio cotidiano. La diputada, que será candidata para participar de la convención que modifique la Constitución provincial, considera que es menester de la centroizquierda “construir una democracia que sea realmente parte de la vida cotidiana de la gente”, porque “hoy la embestida que estamos sufriendo” atenta contra el mismo sistema.

-El FAS anunció quiénes encabezarán las listas de diputados nacionales (Carlos Del Frade) y convencionales, ¿existe todavía posibilidad de ampliar el frente en este turno electoral?

-Nosotros venimos discutiendo esto dentro del Frente Amplio, es uno de los puntos centrales. Hay una complejidad política creciente a nivel de todo América. Esto amerita que en algún momento se conforme un frente de izquierda amplia, junto con los sectores populares que permita contrarrestar esto que genera un clima de época muy avasallante, lo que algunos autores llaman hoy el tecno capitalismo y otros el tecno feudalismo, que por supuesto supera ampliamente lo que pasa en nuestra provincia. Hay que ir pensando esa alternativa, hay que construirla. Es mucho lo que hay que abordar para reforzar los derechos que se van perdiendo y para instalar los nuevos derechos, de última generación, para mejorar la democracia, para que la gente se sienta partícipe de un espacio democrático y comprometida con defenderlo. Para que no le dé lo mismo determinados discursos que se van naturalizando en la agenda pública. 

-¿Esto es posible para las elecciones santafesinas?

-Entendemos que los tiempos en este turno electoral, particularmente de constituyentes y concejales, son muy acotados. Los primeros días de febrero hay que estar presentando las alianzas y una construcción política sólida hubiera requerido iniciar esto con más tiempo, con más debate, con mayor confluencia de distintos sectores. Sumado a la dificultad de que los otros actores políticos están bastante desordenados y todavía no toman algunas decisiones, lo vemos difícil, lo vemos bastante difícil para este turno electoral. De todas maneras, seguimos dialogando con todos, no hemos cerrado ninguna puerta.

—¿Con qué sectores están dialogando?

—La convocatoria concreta fue de Juan Monteverde, de empezar a dialogar, particularmente a Carlos Del Frade, con quien tiene una relación hace muchos años. En la Cámara de Diputados charlamos con algunos legisladores del justicialismo con los cuales sentimos más afinidad, como Lucila De Ponti, en su momento con Leandro Busatto. Ahora se suma la figura de (el senador nacional Marcelo) Lewandowski, que no tiene nada definido por lo que vamos viendo en la prensa. Vemos muy desordenado ese armado, sin muchas definiciones. Los tiempos apremian y nosotros también queremos mantener una identidad política como FAS, que nos costó mucho construir. 

-¿Cuáles serían las condiciones?

-Esta sí fue una construcción política sólida, se trabajó durante mucho tiempo y se acordó un programa. Con los otros sectores políticos no hay acordado ningún tipo de programa ni de propuestas, y eso requiere mucho más tiempo. Nos parece importante insistir en el perfil político que venimos desarrollando, que tiene bastante claro cuál es el perfil ideológico, cuál es el contexto nacional e internacional y provincial, y sobre qué cosas hay que poner ejes para defender derechos y para construir una democracia que sea realmente parte de la vida cotidiana de la gente. Hoy creo que estamos sufrinedo una embestida a la propia democracia en sí.

—Hay un desorden en parte del peronismo, una fragmentación de los sectores populares. ¿Ves como un riesgo que haya una sobrerrepresentación en las elecciones de sectores conservadores y de derecha? ¿Hay un corrimiento de la sociedad hacia la derecha?

—Hay un clima de época, hay mucha frustración en la gente y a veces se discute hasta la cuestión democrática. La barbaridad que estaba planteando (el asesor Santiago) Caputo de hacer una encuesta a ver si la gente quería seguir con una democracia como está, o preferiría un sistema más autoritario. Eso es gravísimo, lo otro que vemos es que no hay muchos denunciantes de estos temas, se van naturalizando los ataques a las mujeres, al colectivo LGTB, a la niñez, a los derechos de las infancias, de los jubilados. El enojo de la gente es entendible, la frustración es entendible, pero yo no creo que esto sea una derechización de la población, sino de buscar alternativas que resuelvan sus problemas. Entendemos que estas políticas no resuelven sus problemas sino todo lo contrario, es la alternativa para entregar a la Argentina y para generar más pobreza y desocupación. Pero eso hay que ponerlo en palabras, hay que charlarlo, instalarlo en la agenda pública, así como el resto de la ultraderecha sabe cómo instalar otros temas y mentir, básicamente.

-¿Esa misma sociedad lo que no tiene a mano es una alternativa de futuro y de esperanza?

-Se puede volver a generar una alternativa de esperanza, y para nosotros el Frente Amplio es una semilla muy importante de todo esto. Ahí está el gran desafío y nuestro compromiso político. Muchos de nosotros somos militantes desde la época en que empezamos a construir esta democracia, por eso sentimos el enorme compromiso político de trabajar en estos momentos, de presentarnos (a las elecciones) y llevar otra voz, la voz de la gente. Un acuerdo de mesa chica entre tres o cuatro fuerzas políticas no debe ser la Constitución de la provincia de Santa fe, es un tema importante que va a regir por 50 años, y va a determinar la vida cotidiana de las futuras generaciones sobre salud, educación, derechos humanos, ambiente, pueblos originarios. Todos los temas de los que tenemos que volver a hablar, aunque parezca que pega más políticamente no decir nada al respecto. Nosotros estamos en la posición contraria.

-¿Qué te pasa cuando ves a tus compañeros del partido socialista en este armado de Unidos con el PRO?

-Estamos en Bases, que es una línea interna del socialismo, y nosotros sostuvimos las mismas banderas toda la vida y no hablamos en función de los vientos o las modas políticas, porque hay cosas que hay que defender siempre. Y por eso tenemos una línea interna y hacemos un planteo político diferente. La historia dirá quién estuvo en el acertado y quién en el lugar equivocado.