Javier Milei tiene un problema con la temperatura. En pleno verano subtropical, el presidente acostumbra a usar remera térmica y campera de cuero, ya sea al sol o a la sombra. Pero tiene un conflicto mayor con el clima (y la evidencia científica): el jefe de Estado insiste que el cambio climático "es otra mentira que se cae", pese a que el gran consenso científico ratifica que el planeta enfrenta un calentamiento global. 

El presidente agita otra cruzada de su batalla cultural en una movida que permite que la agenda no se estacione en los problemas económicos que esconde su plan de gobierno. Luego de ir contra las pibas, el colectivo trans y las personas con discapacidad -ya sea en el Foro de Davos o en la promoción de proyecto para eliminar la normativa vigente- ahora Milei apunta a otra provocación, esta vez, contra los ecologistas. 

Lo hizo con su ya conocido método: un posteo en Twitter, en el que pretende dar por resulta una problemática apenas con un video o un comentario. Esta vez fue al citar a un escritor australiano, llamado Peter Clack, que también lucha contra molinos de viento imaginarios. "Un siglo de registros climáticos de los Estados Unidos muestra claramente que no hay calentamiento global ni crisis climática en ninguna parte del mundo", sentencia en el posteo que le puso retuit el presidente. 

Pero lo que Clack dice y Milei repite no es ninguna novedad sino el principal mito que promocionan los negacionistas del cambio climático: que el calentamieto actual responde a un "ciclo natural" y no por obra y gracia de los humanos. Lo primero que hay que decir es que las mediciones de temperatura confiables comenzaron en 1880 y demostraron un aumento sostenido desde la Revolución Industrial. Este incremento abrupto coincide con el auge del uso de combustibles fósiles y la liberación masiva de dióxido de carbono (CO2) a la atmósfera. Es decir, con la acción del hombre.

En períodos anteriores, cuando no existía tecnología para registrar temperaturas, los científicos han recurrido a estudios indirectos, como el análisis de testigos de hielo de la Antártida, que permiten reconstruir la historia del clima durante los últimos 800 mil años. Estos análisis muestran que la concentración de CO2 fluctuó naturalmente a lo largo de los milenios, pero siempre se mantuvo por debajo de las 300 partículas por millón. Sin embargo, en las últimas décadas, este nivel se ha disparado de manera repentina y sin precedentes, muy por encima de los rangos naturales observados en el pasado.

Lo dice la propia NASA, tan admirada por el presidente Milei. El organismo indica últimos 800 mil años se registraron ocho ciclos de glaciaciones y períodos cálidos, todos ellos vinculados a pequeñas variaciones en la órbita terrestre que modificaron la cantidad de energía solar que llega al planeta. Sin embargo, el calentamiento actual es diferente ya que está directamente asociada a las actividades humanas, como la quema de combustibles fósiles, la deforestación y las prácticas agrícolas intensivas, que generan gases de efecto invernadero y amplifican el calentamiento.

Por su parte, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), en su más reciente informe, concluye que "la influencia humana ha calentado el clima a un ritmo sin precedentes en al menos los últimos 2 mil años". Este informe, respaldado por más de 14 mil estudios revisados por pares y elaborado por científicos de todo el mundo, es el análisis más exhaustivo sobre la crisis climática. Entre sus hallazgos más impactantes, destaca que cada una de las últimas cuatro décadas ha sido sucesivamente más cálida que cualquier otra desde 1850. 

Estos diagnósticos son respaldados casi en su totalidad por la comunidad científica Milei lo sabe, pero igual seguirá con su cruzada. Tampoco se sacará la remera térmica.