La zona agroindustrial de la provincia se encuentra en alerta ante la posibilidad de que el gobierno nacional habilite la importación de maquinaria agrícola usada. La novedad –por el momento son versiones– generó comunicados de distintas cámaras y entidades vinculadas a la agroindustria advirtiendo sobre el impacto negativo que esto podría traer para el sector. “Cada máquina que ingrese es una máquina menos que vendemos”, señaló Sergio Culasso, fundador de MLS, una pyme de Las Rosas que fabrica sembradoras.
La misma preocupación manifestó el intendente de Las Parejas, Horacio Compagnucci: “Atenta contra la competencia de nuestras empresas y lógicamente contra la fuente laboral”.
En ese marco, desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de la región entienden que una decisión de ese tipo complica a un sector que, a pesar de la crisis y la recesión, se esforzó por mantener los puestos de trabajo. “Va a golpear sobre todo en las pymes. Es preocupante que el gobierno piense en este tipo de medidas”, advirtió Ariel Astudillo, secretario general del gremio.
La preocupación de las distintas entidades industriales se disparó ante las declaraciones del secretario de Transformación del Estado y Función Pública, Maximiliano Fariña, que adelantó la posibilidad de eliminar el Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU) con intención de avanzar hacia “un esquema mucho más sensato”.
Se trata de un instrumento creado en la década de los noventa que prohíbe la importación de bienes de capital usado, con el fin de proteger algunos sectores de la industria nacional.
Ahora, bajo el pretexto de bajar costos, desde el área de desregulación a cargo de Federico Sturzenegger deslizaron su intención de derogarlo y encendió el alerta de la Cámara Argentina de Fabricantes de Maquinaria Agrícola (Cafma) e incluso de la Asociación de Fábricas Argentinas de Tractores (Afat), que representa los intereses de las multinacionales radicadas en la Argentina, como John Deere o Jacto.
La Federación Industrial de Santa Fe (Fisfe) también emitió un comunicado donde consideró que la eliminación del CIBU representaba “un riesgo para la industria nacional y regional” y advirtió que la medida podría traer impactos económicos, productivos y ambientales negativos.
“Nuestra provincia lidera la producción nacional de maquinaria agrícola, con más de 200 establecimientos dedicados a la fabricación de máquinas agropecuarias, que generan 5.000 empleos directos, y un clúster de gran desarrollo en el triángulo de Las Parejas, Armstrong y Las Rosas”, señala el escrito. En esa zona de la provincia los dueños de las pymes, las organizaciones y gremios industriales, e incluso las autoridades municipales vienen siguiendo el tema de cerca.
Sergio Culasso hace una cuenta fácil: “Cada máquina que ingrese es una máquina menos que vendemos”. Tiene 56 años y es el dueño de MLS, una pyme de Las Rosas –a 124 kilómetros de Rosario– que se dedica a la fabricación de sembradoras para grano grueso y fino. Fundó su propia empresa 18 años atrás, luego de adquirir experiencia previa trabajando en el rubro, en la misma localidad.
“Somos una empresa chica, pero fabricamos máquinas a la altura de cualquiera de las firmas de renombre. Ya de por sí tenemos una competencia bastante feroz, porque el poder de las empresas grandes con respecto al nuestro es importante. Y medidas como estas nos golpean de lleno”, relató a Rosario/12.
El empresario explicó que, al igual que la mayoría de las pymes del rubro, decidió invertir y apostar en la ciudad donde nació y vive. Hoy emplea a quince trabajadores –casi todos de Las Rosas– y cuenta que, en un año bueno, llegan a fabricar unas 40 sembradoras. En 2024 quedaron lejos de eso número, produciendo 22 unidades.
A que en general fue un año malo para la industria, en el sector además se suma el arrastre de lo que significó la sequía del 2023 en el campo, que generó dificultades con la cosecha. “Nos fue un poco mejor que en 2023, pero no llegan a ser años buenos. Uno aspira a otra cosa. Los productores no terminan de acomodar su economía y hay muchos complicados”, evaluó.
En ese marco, Culasso remarcó que la eliminación de CIBU “tendrá un impacto muy negativo” para toda la región: “Desde ya que no coincidimos para nada con esta medida, si se llega a concretar. Nos perjudicaría mucho a todas las pymes del rubro. Pero por otro lado también incide en una zona núcleo donde nosotros desarrollamos mucho la actividad. Llevó muchos años lograr ser una zona pujante y eso se puede perder en poco tiempo. No es la misma velocidad con la que se crece que con la que se destruye. Estas medidas no favorecen al sector bajo ningún punto de vista”.
“Nunca terminó bien”
Las Parejas es una localidad a 100 kilómetros de Rosario, donde viven unas 17.000 personas y hay alrededor de 180 pymes. Es decir, una pyme cada 90 personas. Tiene una matriz productiva que se fue diversificando en los últimos años, pero que nunca perdió su esencia: el desarrollo de empresas familiares que tuvieron una continuidad generacional a través de los años.
“Permanentemente surgen nuevos talleres que arrancan en un garaje o un galponcito, con una o dos máquinas, y después terminan siendo grandes empresas. O comienzan agarrando el trabajo que las grandes firmas tercerizan y después se vuelcan a producir ellas mismas”, explicó Horacio Compagnucci, su intendente.
La principal característica del entramado industrial de Las Parejas es que se desarrolló a base de capitales locales. Hoy el 70% de la población tiene algún tipo de vinculación con el trabajo metalmecánico, principalmente volcado a empresas de maquinaria agrícola como Ombú, Apache, Geronzi, Dumaire o Caimán, entre otras.
A esas grandes firmas se le suman autopartistas y pequeños talleres que fabrican repuestos y piezas para las terminales. Muchas de esas empresas vienen sufriendo los coletazos que dejó la sequía en el campo en 2023, pero el año que pasó tampoco dejó buenos números.
“Arrancó muy mal y hasta junio la expectativa era muy mala. La capacidad productiva de las empresas cayó al 50%. Después, en el inicio del segundo semestre hubo una mejora, pero sin llegar a los valores de producción de la ciudad”, evaluó el mandatario local.
“El año termina cerrando con algo de preocupación e incertidumbre sobre cómo va a ser la cosecha. Algunos sectores están con una mejor situación que otros, pero en algunos rubros lo vemos complicado. Por eso nos preocupa cualquier medida que pueda tener un impacto negativo en la producción industrial local”, añadió a Rosario/12.
La posible eliminación del CIBU motivó charlas con organizaciones industriales de la región y referentes de las distintas cámaras empresariales, así como también con los gremios del sector.
“Nos preocupa porque esta historia nunca terminó bien. Atenta contra la competencia de nuestras empresas y lógicamente contra la fuente laboral. Muchos industriales nos vienen manifestando esta situación. Algunos se han expresado desde las distintas cámaras y estamos en charlas con el Centro Industrial de Las Parejas, con quien posiblemente volvamos a reunirnos por este tema en los próximos días. Son medidas muy perjudiciales y es preocupante”, finalizó el intendente.
Gremios en alerta
Desde la UOM seccional Las Parejas también se encuentran en alerta por esta situación. “Si se libera la importación de maquinaria agrícola usada, entendemos que puede haber una disminución importante en la producción. Eso significa puestos de trabajo que se pierden. El 2024 no fue un buen año y creemos que esto podría empeorar la situación”, explicó Ariel Astudillo, secretario general del gremio.
“Estamos hablando que en su mayoría son empresas familiares que comenzaron en pequeños talleres y hoy son potencia. Eso explica el gran crecimiento que tuvo la ciudad que hoy está ampliando su área industrial”, detalló a Rosario/12.
El dirigente aportó datos que permiten entender lo que significó el primer año de la gestión Milei para la industria: de los 54 seccionales que tiene el gremio, en 40 los trabajadores estaban cobrando salarios reducidos a partir de distintos convenios y suspensiones, que buscaban evitar despidos por los bajos niveles de actividad.
Según números oficiales de la provincia, en diciembre se registraban 3.800 trabajadores suspendidos correspondientes a 49 empresas santafesinas. En junio, la cifra había tocado su pico: 11.000 trabajadores suspendidos de 85 empresas de la provincia.
“El año pasado la producción metalúrgica cayó en todo el país y acá tuvimos empresas produciendo a la mitad de su capacidad. Pero se pudieron mantener los puestos de trabajo a partir de acuerdos con las distintas empresas y logrando que los trabajadores puedan seguir cobrando la totalidad de las horas, a diferencia de lo que pasó en otros lugares del país”, sostuvo Astudillo.
“Además de la fabricación de maquinaria agrícola, esto impactaría en los talleres que hacen repuestos y elementos que son necesarios para el sector. Liberar la importación es perder puestos de trabajo e iniciar el cierre de las fábricas. Va a golpear sobre todo en las pymes. Es preocupante que el gobierno piense en este tipo de medidas”, cuestionó.