La política bonaerense sigue bien de cerca las negociaciones ante el inminente debate en el Congreso por el destino de las elecciones primarias, abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO) que el Gobierno nacional pretende eliminar, aunque sus aliados apoyarían sólo si la propuesta cambia de verbo y propone una suspensión. El resultado de esas conversaciones impactará de lleno en la jurisdicción con mayor cantidad de electores del país, la provincia que concentra el 38 por ciento del padrón electoral.
El gobernador Axel Kicillof ya alertó que el proceso electoral en Buenos Aires será “un desastre” a partir de la sanción en el Congreso de la boleta única de papel. También lo advirtió el juez federal con competencia electoral, Alejo Ramos Padilla, a partir de un escrito en el que puso en evaluación el complejo escenario. Esto dejó a la Provincia con varias cuestiones a definir.
El debate en la política bonaerense pasa hoy por ir por la opción de elecciones concurrentes; es decir, votar el mismo día candidatos nacionales y provinciales pero en urnas y con boletas diferenciadas; o el desdoblamiento, que es la realización de los comicios en el territorio provincial en una fecha diferente a las nacionales.
Sobre esto último hay posiciones encontradas en Unión por la Patria. "Es preciso que las autoridades políticas comprendan la urgencia de anticipar decisiones administrativas y políticas que permitan fortalecer y no saturar el proceso electoral que se avecina", dijo Ramos Padilla en su escrito.
“No habrá definiciones hasta que no se sepa qué va a pasar con las PASO nacionales”, sentenciaron desde el entorno del gobernador a Buenos Aires/12. Vale recordar que Buenos Aires tiene su propia ley de primarias, la 14.086, que ata la fecha de las primarias provinciales a las nacionales, por lo que será la Legislatura la que deberá definir qué hacer con la instancia, si es que el Congreso las tacha del cronograma electoral.
Como marcó este medio, a fines de noviembre, el diputado y dirigente del Frente Renovador, Ruben Eslaiman, presentó un proyecto que habilita a la suspensión de las PASO en territorio bonaerense. Según pudo conocer este medio, la propuesta encontraría respaldo también en el PRO, en Unión Renovación y Fe, como también en buena parte de las dos bancadas de la Unión Cívica Radical para avanzar.
Aún así, resta conocer la última palabra en el Congreso, dado que La Libertad Avanza no mostró intenciones de ceder en la suspensión a la eliminación total. Según lo previsto, la propuesta llegaría al recinto de la Cámara de Diputados el próximo 6 de febrero; luego restará el debate en el Senado. Si el calendario se respetara, recién en marzo podría haber alguna definición bonaerense.
“En nuestra fuerza política hay sectores que quieren PASO y otros que dicen que no hacen falta. En la ciudad de Buenos Aires acaban de desdoblar. Pero el gobernador tomará la mejor decisión para los bonaerenses cuando sepa cuál es la cancha. Y en cualquier caso la elección será muy compleja, porque innecesariamente según el nuevo régimen electoral nacional hay dos urnas, innecesariamente habrá dos boletas separadas”, dijo el ministro de Gobierno, Carlos Bianco, en un reportaje con este diario.
La provincialización del debate
Un buen número de dirigentes del oficialismo ya se expresaron sobre la necesidad de desdoblar la elección. Algunos incluso creen que ese sería el mejor camino, se mantengan o no las PASO. Hablan de "provincializar la elección", como ya lo decidieron otros distritos a lo largo del país. Hasta ahora, la Ciudad de Buenos Aires votará el 6 de julio, Salta el 4 de mayo, Chaco y San Luis el 11 de mayo y Santa Fe el 29 de junio.
En Buenos Aires, según establece la Ley 5.109, “la convocatoria (a elecciones generales) será hecha por el Poder Ejecutivo provincial con no menos de 60 días de anticipación” y las mismas deberán realizarse entre 30 y 120 días antes de la culminación del mandato.
Lo central del debate es defender la gestión de Kicillof para, a partir de esa base, conseguir los apoyos necesarios para sumar las bancas que darán forma al poder legislativo que acompañará al gobernador en sus últimos dos años de gobierno. "Hay que tener confianza, no debería ser un problema poder discutir la provincia en la provincia", afirman.
El ministro Bianco reconoció en una entrevista con Radio Provincia, que el desdoblamiento de las elecciones en la Provincia "es una posibilidad" aunque "dependerá de cómo se configure el escenario electoral nacional".
Este martes después del mediodía, en el Hotel Intersur de Villa Gesell, el gobernador Kicillof se reunirá con un grupo conformado por unos 20 intendentes del conurbano y del interior, entre los que también estarán presentes la vicegobernadora Verónica Magario y los ministros Carlos Bianco, Silvina Batakis, Andrés Larroque y Javier Alonso. La lista podría extenderse.
Justamente, el intendente anfitrión, Gustavo Barrera, es uno de los jefes comunales que manifestó en declaraciones periodísticas que “el mejor escenario para nuestro espacio es ir a las generales sin PASO y desdoblar” y subrayó que “los gobiernos locales tienen menos posibilidades cuando no se desdobla”. Hace unos días, ya reunió a un grupo de dirigentes de la Quinta sección, con quienes compartió un plenario en el que ratificaron su apoyo al gobernador.
Una elección, ocho campañas
El 20 de diciembre, en la ciudad de La Plata, el gobernador expuso su idea de una elección provincializada: “Yo, que tengo la responsabilidad de conducir el gobierno de la Provincia, tengo la obligación de ponerme al hombro la construcción de un frente político que sea alternativa para el futuro”, dijo. Acto seguido, se comprometió “a seguir trabajando, a recorrer plaza por plaza, pueblo por pueblo la provincia más extensa; le daremos todas las vueltas que le tengamos que dar”.
Más allá de eso, en Unión por la Patria no hay consensos cerrados al respecto. Hay quienes sostienen que el desdoblamiento no es la mejor opción bajo el argumento de que los eventuales puntos flacos de la gestión podrían ocupar horas en los canales de televisión, ríos de tinta en los diarios y múltiples publicaciones en las plataformas de noticias con el objetivo último de perjudicar la performance electoral del oficialismo.
Hay un acuerdo: de un lado y del otro, entienden que la campaña se sostendrá a partir de la oposición a las decisiones del gobierno libertario que golpean centralmente a los bonaerenses.
Hace unos días, Segio Massa juntó a la tropa intendentista del Frente Renovador en Pinamar, donde pasa sus vacaciones familiares. Con ellos evaluó el panorama electoral, sobre el que los alcaldes renovadores ya habían exigido definiciones "en el cortísimo plazo" a finales de 2024.
En la ciudad balnearia, el excandidato presidencial subrayó a los suyos la “necesidad” de poner celeridad a las negociaciones internas y tener definidas las reglas de juego y las alianzas “hacia fines de febrero”. Massa envió un mensaje interno y puso el cronómetro a correr.
Uno de los puntos centrales del encuentro estuvo centrado en la importancia de la territorialidad a partir de la “convicción” de que la provincia será escenario de “ocho elecciones distintas”. En ese sentido, se planteó como punto clave la elaboración de una estrategia para cada una.
Es que, además del formato electoral, también se pone en juego el destino de la lapicera que armará las listas seccionales y qué nivel de peso tendrán los dirigentes de esas regiones. Hay, en todos los sectores y todos los partidos políticos, cierto recelo por los lugares que se asignan a personas que no viven ni militan en la zona por la que termina ingresando, relegando a los dirigentes que tienen una mayor raigambre zonal.
Qué está en juego en Buenos Aires
La provincia de Buenos Aires está dividida electoralmente en ocho secciones en las que se eligen de manera intercalada diputados y senadores provinciales. Con una elección que tendrá dos boletas diferentes -la única para nacionales y la tradicional para bonaerenses- se termina el llamado “efecto arrastre” de la figura nacional, ya que el protagonismo se lo llevarán, en cada sección, las y los dirigentes que vayan a la cabeza en esas regiones. Por eso, los especialistas ya hablan de campañas bien localizadas que pongan el foco en las bondades y necesidades de cada una de ellas.
Todos los sectores juegan por cosas importantes. El oficialismo peronista reunido en Unión por la Patria sabe que no puede regalar nada y necesita de una mayor cantidad de escaños para apuntalar los últimos dos años de gestión del gobernador. Además, los espacios de la oposición como el PRO, la UCR y la Coalición Cívica apostarán por ampliar sus bancadas aunque sin certezas de qué lista los contendrá. Los libertarios, en sus diversas facciones de “puros” o “dialoguistas”, saben que no tienen demasiado para perder, pero sí querrán ir por mucho más para instalarse en la provincia pensando en 2027.
En la Cámara de Diputados bonaerense, que cambia 46 bancas, este año se renuevan los escaños de las secciones Segunda, que pone en juego 11 sillas, las 18 bancas de la Tercera, las 11 de la Sexta, y las seis de la Octava, que sólo contempla a los representantes de la ciudad de La Plata.
En el Senado provincial, donde se renuevan 23 escaños, se votarán ocho senadores por la Primera sección, siete por la Cuarta, cinco por la Quinta y tres por la Séptima.