Mientras crece la polémica por el alambrado que el Gobierno de Salta quiere hacer en la frontera con Bolivia para evitar el tráfico ilegal, el interventor de la localidad de Aguas Blancas, donde se construirá el bloqueo, justificó la medida por razones de seguridad, dijo que existe el riesgo de que sea una "narcofrontera". "Íbamos camino a ser Rosario", resaltó.
Por la 750, el el interventor del municipio, Adrián Zigarán, defendió la medida y argumentó que la polémica decisión busca frenar el tráfico ilegal. El alambrado, que busca emular el muro que Donald Trump quiere construir en la frontera con México para frenar la inmigración, generó una rápida comparativa con las políticas norteamericanas, mucho más en medio de la retórica contra la migración que ha desplegado el gobierno argentino en la última semana.
Zigarán, designado interventor por el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, afirmó que hay supuestas situaciones de violencia y crimen que hacen más que necesaria la creación de este artefacto para controlar la frontera con mayor intensidad.
La polémica se desató luego de que la municipalidad de Aguas Blancas llamara a licitación para construir un “alambrado perimetral” en el cruce fronterizo con Bolivia en el Río Bermejo. Sin embargo, apenas se conoció la medida el gobierno boliviano salió al cruce y advirtió que "cualquier medida unilateral puede afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica". En un comunicado, el gobierno de Luis Arce manifestó su preocupación y lanzó duras críticas.
Así, mientras hace tan solo unos días Milei aseguró que “hordas de inmigrantes abusan, violan o matan a ciudadanos” y Trump desplegó cinematográficamente deportaciones, buscan poner en la frontera el motivo de la violencia. Lo curioso es que el alambrado tendrá apenas unos pocos metros de extensión.
“Yo tengo que ir más atrás de contar del alambrado. Decir que desde mi punto de vista la narcofronetera se había corrido dentro de Argentina, donde había como normales escenas de sicariato”, sostuvo Zigarán.
Además, dijo que la situación “se estaba desmadrando" y que "aparecieron videos de gente que se hacía llamar patrón, gente con armas largas y pasamontañas. Ya tenemos destituído un juez de la zona, fiscales, móviles de la policía y hasta bomberos voluntarios”.
En este punto, sostuvo, el Gobernador Gustavo Sáenz “tomó la iniciativa de hacer un plan” y “el Presidente y Patricia Bullrich lo apoyaron”, porque - según explicó - la ciudad estaba “camino a ser Rosario”, ciudad con altos problemas vinculados al narco.
Así, ante el problema de seguridad, se abre el problema de la frontera: “De la terminal al puesto de migraciones hay 200 metros de línea recta. Pero la gente salta un muro y sin pasar por migraciones. A la vuelta hacen lo mismo”.
“Entonces surge esta iniciativa de hacer estos 200 metros y con el alambrado sacar a los gendarmes y ponerlos para evitar que la gente evite el control de migraciones y salga por debajo de la terminal a casa particular donde los cobran para entrar y salir”, añadió.
Entonces, dijo: “Este alambrado, que va a estar dentro de la parte urbana, va a ayudar a que la gente sí o sí pase por migraciones”.
Para el interventor, esta iniciativa se hizo, además, por la falta de colaboración de Bolivia: “Charlamos todos los días. Solicitamos que refuercen las áreas de migraciones. Tenemos dos puertos conjuntos. Bolivia manda solo a un trabajador. Por eso se nos arman unos embudos impresionantes”.