Una sensación de desencanto invade por estas horas a millones de hinchas de Boca y River. Ninguno pudo ganar sus primeros partidos en el Torneo Apertura y lo desplegado en los campos de juego se acercó más a las frustraciones acumuladas durante 2024 que a las esperanzas de un 2025 mucho mejor tanto en el plano local como en el internacional.
En todo caso, el problema es haberle prestado oídos a los cantos de sirena que se oyeron durante la pretemporada y que referían a dos equipos de ensueño que iban a barrer a sus adversarios cada vez que salieran a la cancha. Nada de eso sucedió este fin de semana. El modesto pero altamente motivado Platense, con un plantel valuado en 23,48 millones de euros según el sitio Transfermarkt, estuvo a nada de ganarle a las supuestas estrellas de River que esa web de referencia cotiza en 126,.5 millones. Y las supuestas estrellas de Boca, tasadas en 81,38 millones, no encontraron la manera de superar al austero pero bien puesto Argentinos Juniors que se llevó un punto de la Bombonera costando apenas 34 millones. Al menos por este fin de semana, la prepotencia del trabajo y el poder de observación pudieron más que la billetera. Nadie quiso dar ventajas.
"La plata no produce futbol, pero el fútbol si produce plata", decía el inolvidable Mariscal Roberto Perfumo cada vez que se lo consultaba sobre un plantel multimillonario. La frase llena de sabiduría aplica a la perfección en este caso. Las fortunas que los dos gigantes del fútbol argentino invirtieron en este mercado de pases no garantizan nada de antemano. Hay un largo trabajo que hacer para ensamblar las nuevas y costosas piezas con las que ya estaban y en eso andan los técnicos Fernando Gago y Marcelo Gallardo. Mirando, poniendo y sacando, ni más ni menos que eso.
La experiencia enseña que nunca se deben extraer conclusiones terminantes en las primeras fechas de los campeonatos. Solo es el momento de observar y tomar nota. Acaso dentro de una semana, con tres fechas ya jugadas, se podrá tener una idea más cercana, aunque no definitiva, de hacia que lado soplan los vientos boquenses y riverplatenses. El concepto final se tendrá recien a mitad de año, cuando Boca y River vayan al Mundial de Clubes de los Estados Unidos.
Este miércoles, Boca irá a Santa Fe para jugar con Unión y el domingo recibirá a Huracán mientras que River verá a Instituto en el Monumental y luego visitará a San Lorenzo en el Bajo Flores. O sea volverá a darse un escenario similar al de este fin de semana: el de enfrentar a rivales con presupuestos mucho menores que trataran de compensar diferencias con aplicación, compromiso colectivo y astucia.
Gago y Gallardo ahora tienen planteles más caros y amplios que les entregan más variantes de las que disponían cuando asumieron de apuro el año pasado. Pero eso sólo no alcanza para formar equipos campeones. Hace falta bastante más que billetes. Y entre el sábado y el domingo, dignamente, Platense y Argentinos se encargaron de recordarlo.