La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, reveló que, desde el 20 de enero, Estados Unidos deportó a 4.094 personas a su país, siendo la mayoría de ellos ciudadanos mexicanos. Este número forma parte de las acciones de inmigración implementadas por el gobierno de Donald Trump, quien prometió realizar “la mayor deportación de la historia”. En respuesta a este flujo de deportaciones, México tomó medidas para brindar atención a los migrantes, instalando centros de recepción en las principales ciudades fronterizas.
El anuncio de Sheinbaum se dio durante su conferencia matutina, donde detalló que los deportados fueron transportados en cuatro vuelos, confirmando que el gobierno mexicano aceptó estos retornos, en cumplimiento con acuerdos establecidos en el mandato de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. Si bien las cifras de deportados son altas, Sheinbaum afirmó que no se registró un aumento sustancial en comparación con deportaciones anteriores.
La presidenta también enfatizó la importancia de que los derechos humanos de los deportados sean respetados, señalando que México mantiene una comunicación constante con Estados Unidos para asegurar un trato digno para sus ciudadanos. “Nosotros no estamos dispuestos a que nuestros connacionales sean tratados de manera indigna. México solicitó a EE.UU. que se respeten sus derechos en cada una de estas deportaciones”, declaró.
La relación con Petro
En cuanto a la situación internacional, Sheinbaum comentó sobre la reciente crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, luego de que el presidente colombiano Gustavo Petro se negara a recibir aviones con deportados de EE.UU. México, que también enfrentó situaciones similares, aboga por el diálogo y el respeto mutuo entre las naciones. “El diálogo y el respeto son fundamentales, y así lo hemos promovido con Estados Unidos”, afirmó Sheinbaum, quien también expresó su apoyo al acuerdo alcanzado entre Colombia y EE.UU. para resolver la crisis.
México te abraza
El gobierno mexicano implementó el programa "México te abraza", con el objetivo de reintegrar a los deportados mediante empleo, programas sociales y la apertura de centros de recepción en los estados fronterizos. Estos esfuerzos buscan mitigar el impacto de las deportaciones, que afectan principalmente a los mexicanos, dada su presencia significativa en la población indocumentada de EE.UU.
En un contexto donde las deportaciones continúan siendo una preocupación para México, debido a la relevancia de las remesas enviadas por los migrantes mexicanos, Sheinbaum destacó que cerca del 4% del Producto Interno Bruto (PIB) de México depende de estas transferencias. Por esta razón, la protección de los derechos de los deportados y su correcta reintegración al país es una prioridad para la administración mexicana.