Las restricciones por la pandemia redujeron las emisiones contaminantes y dejaron que la vida salvaje recuperara terreno conquistado por los humanos, pero las lecciones aprendidas de aquel efímero respiro medioambiental se han dejado atrás y cinco años después todo sigue como antes de la covid-19.
La gente se confinó en casa, el teletrabajo ahorró millones de desplazamientos terrestres y sus consecuentes emisiones, y el tráfico aéreo se desplomó.