La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, informó este lunes que el país ya recibió vuelos con deportados provenientes de Estados Unidos, confirmando el arribo de cuatro aeronaves y más de cuatro mil personas retornadas. En la primera semana de la administración del presidente estadounidense, Donald Trump, marcada por fricciones diplomáticas debido a su política de deportaciones masivas, Sheinbaum enfatizó la importancia de priorizar el diálogo entre América latina y la administración republicana.
"Con América latina siempre nuestra solidaridad y nuestro apoyo, somos parte de esta región inigualable", declaró la mandataria de México en su conferencia matutina, en la que consideró que, aunque no era su intención dar consejos a otros líderes latinoamericanos, es necesario mantener la cabeza fría para "establecer una relación de respeto entre las naciones". La mandataria remarcó que existen estructuras y mecanismos para recibir a los mexicanos que fueron expulsados, pero instó a Washington respetar los derechos humanos durante el proceso de repatriación.
En su mañanera Sheinbaum confirmó que entre el "20 al 26 de enero se han recibido 4.094 personas, la gran mayoría de ellas mexicanos y mexicanas", tras la implementación de "la mayor campaña de deportación de la historia" de Estados Unidos. Para apoyar a los deportados Sheinbaum anunció su programa "México te Abraza", que incluye, además de una aplicación para que los migrantes se comuniquen con consulados y reciban apoyo económico en caso de ser expulsados, la inauguración de nueve albergues en distintas localidades a lo largo de la frontera con EE.UU.
"Estamos obligados a una buena relación"
De esta forma la presidenta mexicana respaldó lo dicho por la secretaria de Prensa estadounidense, Karoline Leavitt, quien había anunciado el despegue de cuatro vuelos con deportados, pero aclaró que estos traslados corresponden a acuerdos previos establecidos por su antecesor, Andrés Manuel López Obrador. "Esto no es algo nuevo para México", expresó Sheinbaum, quien señaló que "hasta ahora" no se registró un aumento significativo en las deportaciones provenientes de Estados Unidos, ya que, "por semana, es un número que en otras ocasiones ha tenido nuestro país", según expuso en su conferencia.
"Ni México ni Estados Unidos vamos a ir a ningún lado. Estamos obligados a tener una buena relación, siempre en la defensa de nuestra soberanía y del respeto a las y los mexicanos y siempre buscando la coordinación, el respeto mutuo y el diálogo entre nuestras naciones", comentó la mandataria. Sheinbaum recordó que actualmente existe un grupo bilateral trabajando en temas migratorios, derivado de la conversación que sostuvieron la semana pasada el canciller mexicano, Juan Ramón de la Fuente, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio.
"Esperamos que este grupo se amplíe a otros temas que consideramos importantes con el gobierno de Estados Unidos. En el tema de migración hubo ya varias reuniones entre la organización de Estados Unidos que se llama CBP, que tiene que ver con migración y aduanas y migración de México", aseguró Sheinbaum, aclarando que los encuentros derivaron en una serie de acuerdos entre los países, los cuales no especificó.
La amenaza con aranceles
La mandataria también abordó la crisis diplomática entre Colombia y Estados Unidos, que se zanjó el domingo con la llegada a un acuerdo, después de que el presidente colombiano, Gustavo Petro, se negara a recibir aviones de deportados en condiciones "indignas", lo que disparó una serie de amenazas de aranceles entre los países. Según Sheinbaum, "para nadie son buenas ni las tarifas ni otros mecanismos" como medidas diplomáticas, sino que en cambio "debe prevalecer el diálogo y el respeto" entre países latinoamericanos y la gestión trumpista.
Sin embargo la gobernante mexicana no confirmó su asistencia a la reunión de emergencia convocada para el jueves por la mandataria de Honduras, Xiomara Castro, presidenta pro tempore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), en donde se discutirán estrategias conjuntas frente a los desafíos de migración, medio ambiente y unidad latinoamericana y caribeña. La presencia en la Celac de aliados de Trump, como los presidentes de Argentina, Javier Milei, o de El Salvador, Nayib Bukele, hacen muy complicada una reacción en bloque sobre esta cuestión.
La recepción de los deportados
Sheinbaum argumentó que su prioridad es defender a la población mexicana en Estados Unidos, y facilitar su reintegración con la implementación de "México te abraza", un plan que contempla empleo, programas sociales y cerca de una decena de centros de recepción en los estados fronterizos. Según aseguró la presidenta, existe "una coordinación previa" con otros gobiernos para garantizar la llegada de los deportados, así como procedimientos para proteger su integridad, incluido un protocolo aeroportuario en el que se pregunta a los repatriados por posibles vejaciones de sus derechos.
En ese sentido la presidenta señaló que la repatriación, algo común en todas las administraciones, debe realizarse con "respeto a los derechos humanos" para lo cual emplazará Centros de Atención para el migrante en la frontera con Estados Unidos, en línea con las demás iniciativas de su programa, los cuales prevé que inicien operaciones en la brevedad.
"La intención es asegurar una cálida bienvenida a los migrantes", aseguró la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodriguez, quien explicó que los Centros de Atención también contarán con cocinas móviles, y que darán a los deportados acceso prioritario a la salud, empleo, programas sociales, inclusión financiera, documentos de identidad y orientación jurídica, entre otros servicios destinados a "facilitar su integración".
Estas entidades tendrán por fin proporcionar servicios de limpieza y sanitarios en condiciones para los migrantes, suministrarles de agua potable y electricidad, y apoyar la labor de los servicios de protección civil, en coordinación con "al menos 34 dependencias federales" que participarán en la estrategia para garantizar la entrada de los deportados.
Durante su primera semana de gestión, Trump desplegó miles de militares tras declarar una emergencia en la frontera común, designó como terroristas a los carteles mexicanos y dio inicio a las redadas contra migrantes indocumentados. En el país preocupan las deportaciones masivas, porque cerca de la mitad de los 11 millones de indocumentados en Estados Unidos son mexicanos y sus ingresos representan casi el cuatro por ciento del PBI (producto bruto interno) de México, una cifra que en 2024 habría alcanzado un récord estimado de 65 mil millones de dólares.