YPF subió hoy un 6 por ciento en promedio el precio de las naftas y el gasoil en todo el país y abrió así un camino que en las próximas horas seguirán el resto de las compañías del sector. El incremento del precio de los combustibles estaba decidido a partir de las decisiones tomadas por el Gobierno tras las elecciones y solo faltaba su concreción. El aumento se suma a la suba de las tarifas de gas y electricidad que entró en vigencia ayer y a la suba de los aranceles de las medicina prepaga.
En los surtidores de YPF los combustibles se pagan más caros desde esta mañana. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires el litro de nafta súper pasó a 22,66 pesos por litro, mientras que el precio de la premium subió a 26,15 pesos. Cada litro de gasoil cuesta ahora 19,99 pesos y el diésel premium trepó a 23,18 pesos.
La petrolera estatal controla más del 55 por ciento del mercado de combustibles. Lo que hace o deja de hacer influye en el resto de las empresas del sector. Se prevé que las otras compañías ajusten sus precios en el transcurso de este mismo fin de semana.
En este caso lo que determinó la suba fue el cambio en el precio de los biocombustibles dispuesto más la suba en la cotización del petróleo crudo internacional. El Gobierno tiene mucho que ver.
La variación del precio internacional del petróleo pasó a incidir en los surtidores locales a partir de la decisión de la administración macrista de desregular el mercado de hidrocarburos. El crudo petróleo subió ayer, un día después de que la Opep y otros grandes productores pactaron extender por nueve meses el régimen de cuotas de producción que expiraba en marzo.
El aumento se veía venir, además, tras la marcha atrás del Gobierno de la baja del precio de bioetanol con los que se "corta" la nafta. El Ministerio de Energía había dispuesto a comienzos de noviembre una reducción del 15 por ciento el precio del bioetanol, pero a mediados de la semana pasada limitó la baja a 7,5 por ciento en la variedad derivada del azúcar y 10,5 por ciento en la proveniente del maíz.
La cartera conducida por el ex CEO de Shell Juan José Aranguren había anunciado la reducción del precio del bioetanol a comienzos de noviembre para neutralizar el inevitable nuevo aumento que se venía como consecuencia de la suba del crudo a nivel internacional. Las petroleras ya habían subido los combustibles el 23 de octubre último, a pocas horas de terminadas las elecciones.
Limitada la baja del biocombustible, el aumento ahora es un hecho que complica aún más a los consumidores, ya en jaque por los sucesivos tarifazos de fin de año. En el 2017, la nafta súper subió 18 por ciento, mientras la premium trepó un 20 por ciento y el gasoil aumentó el 12,5 por ciento.