La política comercial de Mauricio Macri se funda en los principios de libre comercio. Bajo la mirada oficial, el proteccionismo de los tiempos de Néstor Kirchner y Cristina Fernández Kirchner traía como contrapartida el cierre de los mercados a nuestras exportaciones. Una vez roto el “aislamiento populista”, la política de buenas relaciones con las potencias occidentales derramaría en acuerdos de libre comercio que permitirían ampliar las exportaciones. Pero el relato liberal choca con la realidad comercial. Según el Indec, las exportaciones acumuladas a octubre de 2017 son prácticamente iguales a la del mismo período de 2015: 49.000 millones de dólares. Mientras, las importaciones del mismo período sumaron 55.000 millones, unos 4000 millones más que en tiempos de populismo. La consecuencia fue el agravamiento del déficit comercial.
Las causas del fracaso de la política comercial oficial pueden ilustrarse en las negociaciones llevadas a cabo entre Macri y su “amigo” Donald Trump. El encuentro entre ambos mandatario permitió avanzar en el comercio bilateral y el presidente de Estados Unidos accedió finalmente a que ingresen a su país limones argentinos, que supuestamente lo harían a partir de 2018 por un monto de entre 30 y 50 millones de dólares aproximadamente. Luego de ese acuerdo, Trump cerró el mercado norteamericano al biodiésel argentino, una actividad que representa unos 1200 millones de dólares, es decir, entre 25 y 40 veces el potencial negocio de la venta de limones, y que constituía nuestro principal producto de exportación a ese mercado.
Ese tropiezo no disminuye la fe liberal de la Cancillería que busca en Europa compensar el proteccionismo estadounidense, negociando un acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea. Como para dar apoyo mediático a las negociaciones, Clarín tituló que “La exportación de biodiesel a Europa ya reemplaza a la que se enviaba a los Estados Unidos”. Pero se sabe que la mentira tiene patas cortas, y en este caso el titular no resiste el propio desarrollo del artículo donde se señala que “la previsión es exportar 1 millón de toneladas a Europa el año que viene, un 35 por ciento menos de lo que se enviaba a los Estados Unidos. Además, el precio europeo es entre 15 y 20 por ciento más bajo que el estadounidense”. En concreto, por el momento sólo se exportaron 300 mil toneladas en tres meses desde que la OMC obligó a los europeos a eliminar las trabas impuestas a nuestras ventas de biodiésel en 2013. Mientras tanto, la producción nacional de biodiésel ya cayó un 20 por ciento desde el cierre del mercado norteamericano.
La desorientación liberal del gobierno de Cambiemos no afecta solamente la producción y el empleo en las industrias de exportación o que compiten con la creciente mercadería importada. También muestra que el proceso de endeudamiento externo en curso carece de alguna sustentabilidad. Dado el déficit comercial estructural generado por la actual administración, ¿de dónde saldrán los dólares para pagar los créditos externos?.
@AndresAsiain